Manuel Monsalve | Agencia Uno
“Si leyera el comunicado de la CAM o escuchara a su vocero, diría (que) están desinformados o es parte de una estrategia instalar versiones falsas», sostuvo el ministro (s) del Interior.
Manuel Monsalve está ejerciendo la titularidad del Ministerio del Interior mientras el Presidente Gabriel Boric está de visita oficial en Argentina, lo que tiene a la ministra Izkia Siches como vicepresidenta de Chile.
Todo, luego de que se constara la quema de 16 casas en Contulmo en la Región del Biobío, a lo que se suman amenazas de organizaciones que reivindican la causa mapuche. De esta manera, el diálogo que el gobierno busca propiciar en la Macrozona Sur, se ha visto permanentemente entorpecido, un tema que abordó Monsalve en ADN.
La conversación con la emisora se generó luego de que este domingo la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) oficializara que no dialogarían con “quienes tienen como fin último el aniquilamiento de nuestra gente, como Monsalve y compañía”.
Frente a la clara advertencia, el aludido comentó que “si leyera el comunicado de la CAM o escuchara a su vocero, diría (que) están desinformados o es parte de una estrategia el instalar versiones falsas para dificultar el diálogo».
“Tengo 30 años de relación con la provincia de Arauco. Trabajé como médico, fui director de servicio, viví en Los Álamos, en Cañete, fui parlamentario, gané cuatro veces. Nunca estuve de acuerdo con aplicar la Ley Antiterrorista ni la Ley de Seguridad del Estado; nunca estuve de acuerdo con la presencia militar y voté en contra del Estado de Excepción. Mi postura es bastante conocida“, dijo.
Paralelamente, comentó que la postura del nuevo gobierno ha sido la de plantear al menos tres lineamientos para conversar. “Tenemos la obligación de resguardar la seguridad de los que viven en Chile y lo vamos a hacer; tenemos la obligación de poder buscar una salida política que esencialmente, en su origen, (es de) un conflicto entre el Estado chileno y el pueblo mapuche, y está basado en la negación y exclusión histórica de derechos, por supuesto, pero eso requiere diálogo político», insistió.
Y agregó que «hay pobreza, marginación y exclusión social, por supuesto; es indispensable (trabajar) contra la desigualdad territorial, también”.
En este contexto, el rechazo al diálogo personificado en él es, en su opinión, “una caracterización equivocada. Yo no hablo por Manuel Monsalve, yo expreso la voluntad del gobierno y el gobierno ha expresado que mantendrá la seguridad y que hay una voluntad sincera con quienes quieran alcanzar la paz, la tranquilidad y también que quieran avanzar en poder reconocer una deuda histórica que el Estado tiene con el pueblo mapuche”.
Respecto de cómo se tiene que generar el diálogo con los pueblos originarios de Wallmapu, el ministro (s) del Interior aseguró que “tiene que ser amplio y significativo, tiene que ocurrir con temas que incomodan. La autonomía, la autodeterminación, la discusión de derechos territoriales incomodan, pero sin esas incomodidades no será posible el diálogo”.
Y la perseverancia en la necesidad de dialogar, agregó, no es “por voluntarismo, sino porque el fracaso del diálogo tiene una respuesta clara en la historia reciente de la zona sur del país”.
Adicionalmente y confirmando sus palabras del fin de semana, insistió en que “el gobierno no dialoga bajo amenazas ni bajo hechos de violencia. Queremos dialogar, llegar a acuerdos, pero esa voluntad no se va a expresar si es bajo amenaza”.
En cuanto a la forma como se propiciará, Monsalve adelantó que se “anunciará un proceso de diálogo que probablemente tenga veedores internacionales, probablemente Naciones Unidas. Buscaremos garantes que le den garantías a todas las partes. Cuando eso ocurra, veremos quiénes quieren diálogo y quiénes no”.
Por último, aseguró que la conversación que pretende establecer el Ejecutivo con los pueblos originarios de Wallmapu “tiene que ser amplia y significativa, tiene que ocurrir con temas que incomodan. La autonomía, la autodeterminación, la discusión de derechos territoriales incomodan, pero sin esas incomodidades no será posible el diálogo”.
En consecuencia, reiteró que la perseverancia en el dialogar no está dada “por voluntarismo, sino porque el fracaso del diálogo tiene una respuesta clara en la historia reciente de la zona sur del país”.
