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Mujeres en la vanguardia: Su participación histórica en la defensa de los derechos humanos

Por: Talía Llanos Chacón | Publicado: 16.09.2023
Mujeres en la vanguardia: Su participación histórica en la defensa de los derechos humanos Mujeres frente a la dictadura (referencial) | Agencia Uno
Desde liderar las primeras agrupaciones de familiares de víctimas de la dictadura hasta unir fuerzas contra la crisis de subsistencia, las mujeres llevan 50 años protagonizando gran parte de la lucha contra las heridas dejadas por la dictadura.

En los últimos 50 años de historia chilena ha quedado plasmada la incansable lucha de defensores y defensoras de derechos humanos, especialmente durante la dictadura de Augusto Pinochet. Y las mujeres, hasta la fecha, protagonizan gran parte de las movilizaciones.

No es menor que uno de los hitos más multitudinarios de estos días –donde en el país se conmemoró un nuevo 11 de septiembre– haya sido la concentración de mujeres que rodearon La Moneda con velas y cánticos, llamando a un “¡nunca más!”.

Hasta la prensa internacional llegó el acto, que fue totalmente autoconvocado por organizaciones feministas. Según cómputos de las mismas, cerca de 12.000 mujeres habrían asistido a la actividad.

El importante rol que han cumplido las mujeres organizadas en resistencia no ha sido solo en Chile. Desde 2005 cada 29 de noviembre se conmemora el Día Internacional de las Defensoras de Derechos Humanos, luego de la Primera Consulta Internacional de Mujeres Defensoras, realizada en la ciudad de Colombo, Sri Lanka.

A nivel país, la organización feminista había llegado a un punto de “silencio”, en palabras de Julieta Kirkwood, luego del sufragio universal logrado en 1949. Pero la dictadura de 1973 propició que las mujeres volvieran a liderar los movimientos sociales.

Primero, se conformaron grupos dedicados a hacerle frente a la crisis de subsistencia, levantando ollas comunes y talleres productivos. Al mismo tiempo, comenzó la búsqueda de detenidos y desaparecidos por la dictadura en manos de madres, esposas e hijas.

Así surgieron las primeras agrupaciones de familiares de víctimas, que hasta el día de hoy continúan pidiendo verdad y justicia.

Además, con el retroceso en derechos sexuales y reproductivos que implicó la dictadura de Pinochet, también llegaron nuevas tendencias conservadoras como las que predicó la Fundación CEMA, dirigida por Lucía Hiriart, esposa del dictador.

Desde una perspectiva reflexiva, se formó el Centro de Estudios de la Mujer (CEM) dedicado a la producción de conocimientos, y se estableció la Casa de la Mujer La Morada como un espacio abierto para la acción política.

Ambos emanaron del Círculo de Estudios de la Mujer, que luego fue abandonado por la Academia de Humanismo Cristiano, después que la organización abordara temas como el aborto y la masturbación femenina.

En la década del 1980 se multiplicaron y diversificaron las organizaciones, formándose así grupos con claras posiciones feministas. Sus acciones se tradujeron en jornadas, actos masivos, protestas y elaboración de manifiestos y petitorios al gobierno y la oposición.

Colectivos como el Movimiento Pro Emancipación de la Mujer Chilena de 1983 (MEMCH 83) agruparon gran parte de las agrupaciones feministas de izquierda.

Mujeres por la vida y el caupolicanazo

Mujeres por la vida, en tanto, fue la única organización que articuló de manera transversal a todo el rango político de la oposición, desde el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) hasta la Democracia Cristiana.

Esta organización estuvo detrás del conocido “caupolicanazo”. En diciembre de 1983, más de 10.000 mujeres se congregaron bajo el lema “Hoy y no mañana, ¡Por la Vida!” en un significativo acto que tuvo lugar en el teatro Caupolicán.

Meses antes, en agosto de 1983, se desarrolló una de las protestas más emblemáticas cuando una treintena de mujeres ocupó las escalinatas de la Biblioteca Nacional, en Santiago, desplegando un lienzo que decía “Democracia Ahora. Movimiento Feminista”.

Cuando comenzó a negociarse el término a la dictadura por la vía plebiscitaria, muchos movimientos sociales, incluidos los feministas, empezaron a desarticularse.

Años después, connotadas mujeres como Olga Poblete, Elena Caffarena, María Antonieta Saa, Sola Sierra, Ana González y Viviana Díaz –primera Premio Nacional de Derechos Humanos en Chile– pasaron a la historia por su incansable lucha.

También Mónica González, Fanny Pollarolo, Estela Ortiz, Patricia Verdugo, Fabiola Letelier y María Olivia Monckeberg, entre otras, destacan por el trabajo que realizaron desde sus profesiones para denunciar los crímenes de la dictadura.

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