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Opinión

«Línea mortal»: Al límite del aburrimiento

Por: Jaime Coloma | Publicado: 20.10.2017
«Línea mortal»: Al límite del aburrimiento unnamed_29 |
«Línea Mortal, al límite” no engancha ni cumple con una premisa básica del cine de terror: asustar. Creo que sólo en un momento, gracias al consabido factor sorpresa, logró generarme un pequeño sobresalto

Corría 1990 cuando Joel Schumacher decidía re incursionar en una cinta de terror adolescente, tal como ya lo había hecho en el ’87 con “Lost Boys» («Generación perdida»).

La idea de poner un elenco atractivo, que claramente iba en línea recta a transformarse en la generación de recambio hollywoodense, en situaciones paranormales, con una cuidada estética y una trama que, en ese entonces resultaba novedosa, obviamente no era mala, y por lo mismo desarrolló una historia donde la posibilidad de morir y revivir conociendo que había al “otro lado”, resultaba tremendamente seductora. Cruzar la línea que divide vida y muerte era novedoso y narrativamente, desde la perspectiva audiovisual, desafiante, dando origen a la original “Línea Mortal”: película que, viniendo de la mano de su anterior éxito, prometía repetir. Y así fue.

“Línea Mortal” se estableció como un nuevo parámetro terrorífico/perturbador, poniendo en el escenario de monstruos clásicos y no tanto a la mismísima muerte como posible persecutora de ingenuas víctimas. En este caso, y a diferencia de la franquicia comercial en la que devino “Destino Final” -donde era la muerte en persona la que perseguía a los personajes de la cinta-, la muerte como tal se establece en un plano más metafísico, dejando entrever la idea del perdón y la culpa como ejes sustanciales de la narración propuesta. Y, por supuesto, del lógico desencadenamiento de la misma.

Esta idea es exactamente la que plantea “Línea mortal, al límite” (lo de “al límite” se lo pusieron en la traducción para países latinos, la película se llama simplemente “Línea mortal”), filme recién estrenado y que promete ser un remake de la propuesta noventera que ponía en la palestra a lo mejor del espectro actoral juvenil de la época.

Efectivamente, la cinta va estableciendo -sin convencer mucho- la idea de desarrollarse ante la vida con todos nuestros pecados absueltos. El enfrentar nuestras realidades sin tapujos es la premisa para poder acceder a una muerte tranquila y a esa idea de que el juicio final te pille confesado, entregando así su pequeño mensaje moral, lo que no es nada nuevo en el género de terror. Por lo mismo, y ya que nuestros protagonistas vuelven a la vida luego de experimentar por algunos minutos la sensación de morir, es que deben, obviamente, pagar sus faltas. Algo así como despertar los fantasmas del pasado que en una negación constante decidiste ocultar y, por qué no, olvidar. Hasta ahí la idea no es mala, aunque nada de novedosa.

Personalmente suscribo a las cavilaciones metafísicas de John Donne (1572 – 1631) y sus reflexiones/poemas sobre la muerte, donde le sugiere no ser tan orgullosa a pesar de que algunos la llamen poderosa y terrible ya que sólo existe en el momento de morir y luego, en sus propias y bellas palabras: “muerte, tú morirás”.

La idea de la muerte y lo que ocurrirá después es algo que, me da la sensación, resulta inherente, casi “adehénico” al ser humano en tanto éste tiene conciencia de su existencia e inminente fin. Por lo mismo es que resulta siempre atractivo algún relato posible relacionado a éste tema, sin embargo y es aquí donde yo pongo el énfasis, depende de cómo se trate y muestre dicho tema.

“Línea Mortal, al límite” no engancha ni cumple con una premisa básica del cine de terror: asustar. Creo que sólo en un momento, gracias al consabido factor sorpresa, logró generarme un pequeño sobresalto. La trama, si se es medianamente cinéfilo, ya es conocida pues probablemente ya se vio la del ’90. Por lo mismo, las premisas acá deberían desarrollarse en torno a un cuidado y muy atractivo casting -que tampoco resulta, no se engancha con ninguno de los personajes, hasta me cayeron un poco mal- y una narración cuidada, misteriosa y digna del mejor suspenso.

Las escenas se van desarrollando de manera obvia sin profundizar en la psicología de los protagonistas, cinco jóvenes estudiantes de medicina que al mejor estilo “Frankenstein” se creen dioses (Mary Shelley debe estar revolcándose en su tumba aunque acá no se trate de crear al nuevo Prometeo). Son competitivos, narcisos e irónicos, o sea unos verdadero encantos que enganchan negativamente desde el principio, tampoco se logra  establecer la premisa lógica de vencer la Muerte so riesgo de tener algún pecado oculto y no salir trasquilado por tan magnánima y pretenciosa idea de doblarle la mano a “la parca”. Los escenarios y las atmosferas propuestas quedan muchas veces al debe así como también los quiebres narrativos que finalmente hacen que no asuste ni un poco, por el contrario y jugando torpemente con la idea publicitaria y diferenciadora de la traducción “Línea Mortal, al límite” está literalmente al límite del aburrimiento.

Ficha técnica

Dirección: Niels Arden Oplev
Guión: Ben Ripley
Protagonistas: Ellen Page, Diego Luna,James Norton

Jaime Coloma