Por un mes, dejemos de poner palos a (la) rueda

Aburre leer cada cierto tiempo la redundancia de críticas (muchas veces poco contextualizadas) al proceso de Reinaldo Rueda, en general, y a sus diversas decisiones, en particular. Opiniones que parecen olvidar, por ejemplo, que el colombiano asume en medio de un duro proceso de recambio en el éxito y que, precisamente, este tipo de desafíos requieren ensayo y error, tiempo y paciencia; algo que al cafetero le toca liderar en el centro de una país bañado por un mar del exitismo y rodeado por la cordillera de opiniones radicales (esa famosa capacidad de ser “chaqueteros” a cualquier hora del día).

Es necesario reconocer también, que hace más de un año existe un forado de confianzas y compañerismo en un camarín resquebrajado desde y por sus propios líderes. Por si fuera poco, desde que asumió el actual técnico, muchos jugadores han bajado considerablemente su nivel en clubes (Sánchez, Medel, Isla), y una camada de futbolistas acostumbrados a recalar en Europa hoy no pasan los límites de las fronteras mexicanas. Se suma a esto, que otros nombres claves han estado lesionados gran parte de la temporada (Bravo, Beausejour, Aránguiz). Como guinda del pastel, la “generación dorada” que todos añoran, carga aturdida con el dolor de no haber sido capaz, por sus propios problemas, de ganar 1 de 3 partidos para llevarnos a Rusia. Sin duda era esa la despedida ideal para gran parte de esa generación, no la Copa América 2019.

Sobre la cuestionada nómina: no trae grandes sorpresas, excepto Vargas. Todos/as queremos de vuelta a Díaz, pero sabemos que no es una decisión puramente técnica. Bravo lleva un mes de entrenamientos después de un año parado, Puch y Valdivia están lesionados. Sobre la polémica dupla Junior/Sagal, es necesario recordar que en cualquier nómina de 23 (de Bielsa o Sampaoli, incluso) habrá siempre uno o dos jugadores que, sea por rendimiento o prejuicio social, no son del gusto absoluto de la gradería, ¡pero los 23 no juegan!

Si dejamos la rabia y nostalgia de lado, veremos que esta nómina tiene un tremendo 11 titular. Si pensamos un posible formación (4-3-3), podríamos imaginar en cancha a Arias; Isla, Medel, Maripán, Bose; Pulgar, Aránguiz, Vidal; Fuenzalida, Vargas  y Alexis. Como posibilidad aparece Castillo para el eje de ataque y Pedro Pablo Hernández y/o Esteban Pavez para reforzar el medio campo si se quisiera jugar con un 4-4-2. El “Torta” Opazo es alternativa para cualquiera de las dos bandas (ya sea por Isla o por Bose) y el nunca valorado Jara puede relevar a Maripán si su juego más lento nos trae problemas.

Vale aclarar que no soy admirador de Rueda y comparto la crítica (quizá la única real) frente a una evidente ausencia de estilo de juego definido; pero algo si tengo claro: admiro profundamente al 90% de los jugadores nominados (e indiscutidos) y a esa camiseta que nos permite siempre soñar, pese a las miserias cotidianas de una hinchada que aparece cada tres meses.

Veamos y luego critiquemos, que aún hay fútbol camaradas.