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Opinión

Burla y engaño del Ministerio de Vivienda

Por: María Lucero | Publicado: 01.03.2021
Burla y engaño del Ministerio de Vivienda |
En nuestro país se castiga a las familias esforzadas y que tienen las ganas de surgir, queriendo obtener una vivienda para poder comenzar a establecer sus vidas como un derecho. Si eres de la Región Metropolitana, y por gracia divina logras este subsidio, puedes hacerlo efectivo en la región que desees, no así lo obtengas en la Región de Valparaíso, donde sólo puedes adquirir una vivienda dentro de la misma región.

En el año 2020 muchas chilenas y chilenos esperaban ansiosos la tan publicitada postulación a la vivienda del decreto ds49. Desde ahí comienzan los errores. La burla del ministerio respectivo invitando y llamando a nuestra gente a un proceso de postulación (que se debía hacer por internet), con una pésima plataforma (para nada amigable con las personas que tanto querían postular), pensando en que no todos manejan ni tienen acceso a tecnología, significó que muchos quedaron fuera del proceso. Quienes sí lograron postular fue gracias a personas naturales que crearon grupos en Facebook entregando asesoría gratuita, otras veces pagada, para concretar el objetivo final: postular a la vivienda y mantenerse en espera de 45 días hábiles para luego conocer los resultados de dicho proceso.

El 5 de febrero se dio a conocer la lista de beneficiados con el subsidio ds49, dirigido a familias vulnerables. Muchas de ellas no lograron el beneficio. Las razones, en su mayoría incomprensibles, son los puntajes de corte. ¿Qué es el puntaje de corte, se debe preguntar usted? Simplemente, para el MINVU es un método de selección que varía entre una región y otra y que involucran diferentes variables por composición familiar y características de cada una, determinantes a la hora de designar los subsidios. Si el puntaje del postulante resulta inferior al puntaje de corte por región, no resultará seleccionado. Podríamos decir que la Región de Valparaíso –si bien tiene un porcentaje de corte alto (1.140)– está dentro del promedio estipulado para la zona central, donde resulta desbordante el puntaje de Ñuble, que alcanza a 1.365, mientras que las regiones de Aysén (865) y Los Ríos (927) ostentan los puntajes de corte más bajo. ¿Cómo varía el resultado del puntaje? Como expliqué anteriormente, dependerá de la composición familiar y de tener en la familia un adulto mayor de 60 años, una madre soltera (siempre y cuando la pareja no esté en el Registro Social de Hogares o legalmente casada), un familiar o postulante con discapacidad física o intelectual y/o alguien que haya sido torturado o preso en dictadura, puntajes que oscilan desde los 100 a 600 puntos respectivamente. Tener hijos menores, si bien la mayoría cree es un factor importante, no entrega más de 50 puntos por cada integrante del grupo familiar. Si bien es cierto estos puntajes podrían reflejar parte de la vulnerabilidad en Chile, como cifras están lejos de evidenciar la realidad social de quienes persiguen la vivienda digna como un derecho, no como un sueño.

¿Quién estipula el puntaje de corte?, ¿por qué este puntaje sube tanto de un año a otro?, ¿por qué esa diferencia abismal entre una región a otra?, ¿se castiga más a una parte de Chile que a otra de acuerdo al desarrollo económico de su región? Preguntas recurrentes de nuestra gente que día a día tiene que lidiar con la indiferencia de quienes trabajan en las instituciones que están para orientar en materias tan sensibles como educación, salud y vivienda. En nuestro país se castiga a las familias esforzadas y que tienen las ganas de surgir, queriendo obtener una vivienda para poder comenzar a establecer sus vidas como un derecho. Si eres de la Región Metropolitana, y por gracia divina logras este subsidio, puedes hacerlo efectivo en la región que desees, no así lo obtengas en la Región de Valparaíso, donde sólo puedes adquirir una vivienda dentro de la misma región. Y así suman y siguen las trabas. Se castiga al joven estudiante que anhela una casa propia y, al no tener cargas familiares, se lo obliga a vivir de allegado o arrendar piezas por años o simplemente condenándolo a endeudarse por décadas en el sistema financiero.
“Hay que llenarse de hijos para tener una casa”, “¿vivir debajo de un puente?”, son los típicos comentarios, tan ciertos a la vez, que dejan en evidencia lo que el gobierno tiene como parámetro para medir la vulnerabilidad, mientras hay muchos y muchas que ahorran y cumplen, pero los dejan fuera de este sistema erróneo e irreal. Eso es parte de la indignación y rabia, al no poder optar a una vivienda digna.
¿Y qué sucede cuando obtenemos el subsidio? Muchos buscan casas de acuerdo a lo obtuvieron doce millones, diecisiete millones y la gente en calidad de vulnerable no tiene para sacar un crédito hipotecario porque su sueldo no le alcanza para eso. Y así muchos/as  tienen que optar por devolver el subsidio por que nunca encontraron casa.

María Lucero
Candidata a concejala por San Antonio.