Día de la Madre Tierra: nuevos escenarios

La pandemia del coronavirus nos ha planteado uno de los desafíos más críticos de nuestra generación, poniendo a todos los servicios sanitarios a trabajar por contener el virus y tratar de mantener con vida a los enfermos. En los próximos meses, una vez que la pandemia comience a ceder, se nos abrirá un nuevo desafío, que viene asociado a una oportunidad única. Todos los países estarán obligados a desarrollar programas intensivos de recuperación económica, que deberían tener como requisito básico la incorporación de fuertes medidas de sostenibilidad y bajas emisiones de carbono.

La reactivación no puede ser a cualquier precio, y obviamente el planeta no puede seguir pagando el precio del desarrollo desenfrenado. Por eso, el mundo podría utilizar la salida del Covid-19 para acelerar una transición ecológica, por lo que la conmemoración del Día de la Madre Tierra de este año ha adquirido un significado aún más profundo. Desde hace más de una década, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente elabora un “Informe sobre la Brecha de Emisiones”, que analiza la disparidad entre dónde deberían estar las emisiones de gases de efecto invernadero en 2030 y dónde se prevé que estén realmente. El Informe 2020 constata que, a pesar de un “pequeño descenso” de las emisiones de gases de efecto invernadero ocasionado por la amplia desaceleración económica de la pandemia, el mundo aún se está encaminando hacia un aumento de la temperatura de más de 3 grados en este siglo, muy por encima del objetivo del 1,5 establecido en el Acuerdo de París.

De hecho, existe un vínculo directo entre las crisis medioambientales, el cambio climático y el nuevo coronavirus. Los expertos han comprobado que el calentamiento global ha propiciado la aparición de nuevas enfermedades infecciosas zoonóticas, como por ejemplo el Covid-19, lo que significa que nuestra pandemia global está, muy probablemente, vinculada con la sombría situación ambiental de nuestro planeta. Este hecho debería servir como un enérgico y urgente llamamiento a la acción para todas y todos nosotros. En lo que respecta a la innovación climática y sostenibilidad, Israel puede servir como proveedor de soluciones a los problemas globales, dadas sus particularidades climáticas y sus experiencias exitosas.

Las condiciones de aridez y escasez de agua del país, combinadas con su espíritu emprendedor, han hecho de Israel un líder en el ámbito de la innovación medioambiental. El país ostenta el récord mundial de reutilización de agua, reciclando casi el 90% de sus aguas residuales para su uso en la agricultura. También cuenta con uno de los sistemas nacionales de agua más singulares del mundo, ya que cerca del 80% de su agua potable es agua salada desalinizada. Por otro lado, más de un siglo de experiencia en reforestación han convertido a Israel en un líder de la reforestación de áreas semiáridas, una experiencia que no hará sino aumentar su valor a medida que la plantación de árboles a gran escala y otras soluciones basadas en la naturaleza, se conviertan en métodos cada vez más frecuentes para mitigar los efectos del cambio climático. Asimismo, el riego por goteo y el desarrollo de cultivos resistentes y fortificados, son tecnologías mundialmente conocidas y muy solicitadas, que, de hecho, se desarrollaron originalmente en Israel.

Y respecto de las últimas tendencias en bio-sustentabilidad, Israel se ha ubicado a la vanguardia en el tema de los sustitutos de las proteínas animales. Empresas israelíes innovadoras han logrado producir proteínas cultivadas en laboratorio que casi no se distinguen de la carne de alta calidad, e incluso han cultivado carne real a partir de células animales en un laboratorio. Las embajadas israelíes en todo el mundo conmemoran cada año el Día de la Madre Tierra, con algún proyecto que permita conectar las ideas sustentables con los gobiernos locales y la ciudadanía. Así, nuestra embajada, en alianza con la ONG KKL Chile, implementará durante 2021 en distintas comunas de Chile un modelo de huertos comunitarios con tecnología de riego y asesoría israelí. El objetivo es que juntas de vecinos, comunidades escolares y otro tipo de entidades puedan desarrollar proyectos sustentables de autocultivo urbano que, por un lado, serán un aporte alimenticio en un período de crisis económica y, por otro lado, serán una instancia de integración y colaboración a nivel territorial. En resumen, con todas las dificultades que la pandemia de coronavirus nos ha infligido también nos ha proporcionado una oportunidad excepcional para cambiar nuestro camino de ahora en adelante. Israel seguirá compartiendo sus experiencias y conocimientos con los países del mundo, pues en este desafío como en otros de carácter global no vemos otra solución que la cooperación internacional para el desarrollo.