Un ejercicio de memoria

El 30 de agosto se conmemora el Día del Detenido Desparecido.

Hace unos días circuló un tweet de un diputado de la oposición quien, usando la imagen de un cementerio, indicó que se trataba del Apruebo y Servel haciendo puerta a puerta. La burla aludía a un fraude electoral, lo que hirió la memoria de familias de detenidos desaparecidos que hoy siguen en el padrón.

Fuera del oportunismo político y de la crueldad de la publicación, lo sucedido visibiliza –sobre todo en un día como hoy– la deuda histórica que tiene el Estado de Chile hacia los familiares de víctimas de la desaparición forzada en contexto de dictadura.

A días del plebiscito histórico donde Chile puede elegir una nueva Constitución, es imprescindible que hagamos un ejercicio de memoria, donde aún queda pendiente la pregunta: ¿dónde están? La publicación del diputado demuestra que, a pesar del tiempo y de los cambios que hemos experimentado, hay una parte de la población que prefiere reír y olvidar el recuerdo de una herida viva de nuestro país, y que el padrón electoral nos obliga a visibilizar.  

Muchas personas subieron fotos de cómo se ve el padrón cuando aparece un detenido desaparecido: al lado de su nombre, en el lugar donde se firma, se expresa que se trata de una persona ausente por desaparición forzada. Esto demuestra lo absurdo de tratar de instalar la posibilidad de fraude para tapar lo que es incluir a nuestros desaparecidos en el padrón para recordar en cada elección que hay muchos que no pueden ejercer ese derecho.

Hoy quisiéramos invitar a hacer memoria por aquellos detenidos desaparecidos que no aparecerán en el padrón. Se trata de trece niños que nunca volvieron a sus casas y que sus familias nunca supieron qué ocurrió con ellos. Un país sin memoria difícilmente podrá construir futuro, así como una sociedad que no da espacio a niñeces no podrá proyectarse.