Un gran acuerdo para las Pymes

El gobierno negoció con la CUT un aumento del sueldo mínimo para llegar progresivamente a 500.000 pesos el 1 de julio del 2024. En la primera parte de este acuerdo no se consideró el impacto que generaría un alza de esta envergadura para nuestro sector de pequeñas y medianas empresas.

Sin embargo, nuestro ánimo y sentido de responsabilidad nos llevó a enfrentar largas jornadas de negociaciones con el Ministerio de Economía por un subsidio que mantenga el empleo y no afecte la alicaída economía de las Pymes y que mitigue ese impacto en nosotros. Conseguir un acuerdo para subsidiar, por ejemplo, el 80% del alza de la microempresa de manera decreciente para poder adaptarnos con mecanismos de protección según los indicadores negativos que pudiera presentar nuestra economía, es un avance que valoramos.

Además, insistimos en temas muy sentidos para el sector que tiene sobre sus hombros la mayoría del empleo con sólo un 13% de las ventas totales del país, entre ellas las deudas tributarias y previsionales, implementación de medidas de protección para el alza de las tarifas de las cuentas de la luz, especial para Mipymes.

Concretar un plan de desarrollo estratégico para nuestro sector que tenga metas claras en cuanto a la participación de ventas y el PIB, o habilitar el Estatuto Pyme (letra muerta para nuestra protección), son temas urgentes que se deben abordar para evitar la gran afectación de las Pymes chilenas.

Será en los próximos días, en el Parlamento, donde esperamos seguir avanzando en esta discusión. Nosotros estamos detrás de los temas relevantes para la economía, porque podemos ser beneficiarios o víctimas de las decisiones que se toman, y no vamos a conformarnos con decisiones que nosotros no podamos discutir, compartir y asumir.

El diseño estratégico de algunos gremios es recurrente: cerrar la puerta a los acuerdos, como bien lo vimos en la negociación pasada del subsidio. Nosotros, con responsabilidad y coherencia, hemos optado por estar disponibles para iniciar un acuerdo que nos ayude a enfrentar de mejor manera una conversación democrática en el Parlamento. Hemos optado por agotar todas las instancias de diálogo siempre y ser serios frente a un gasto fiscal que podría llegar a los 386 mil millones de pesos.

Nuestro norte es debatir ahora un diseño estratégico para las Mipymes que las haga más fuertes frente a los vaivenes económicos, a los que se enfrentan con fallas estructurales que afectan profundamente la redistribución del ingreso.

Nos anima, a pesar de nuestra desfavorable condición, seguir pensando en el país, en su mayor prosperidad y en empresas familiares puestas en el centro del desarrollo de Chile. Para eso hay que perseverar, no obstruir.