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Opinión

La cooperación en la enseñanza de las matemáticas

Por: Luis Flores y Felipe Marin | Publicado: 10.07.2023
La cooperación en la enseñanza de las matemáticas Imagen referencial Estudiantes matemática SIMCE | Cedida
Estudiar las dimensiones afectivas que emergen cuando se produce el encuentro con los contenidos, así como las interacciones con sus compañeros de clase luego de formar grupos de estudio caracterizados por la cooperación, son señales que debieran tenerse en cuenta.

Hace un par de semanas fueron publicados los resultados de la prueba SIMCE. y lo que ocurre en matemáticas invita a una profunda revisión y reflexión.

Probablemente existan muchas razones o causas para acercase al fenómeno, pero podrían contribuir a explicar estos resultados ciertos elementos que residen en la forma en que se estudia el contenido, y los desafíos existentes que se han instalado al momento de enseñar esta asignatura. Desde el trabajo con elementos tecnológicos hasta el distanciamiento paulatino de las interacciones entre quienes comparten una sala de clases, pueden ser señales que apoyen la búsqueda de soluciones.

En este sentido, un primer acercamiento puede ser observar la forma en la que se estudia matemáticas. Con frecuencia se ha visto una suerte de sobreconsumo de aplicaciones tecnológicas, incluso instaladas en los teléfonos, que resuelven ejercicios de matemáticas. Esto puede ser una interesante estrategia de comprobación de resultados o una suerte de técnica para enriquecer el proceso de estudio, pero al mismo tiempo deja en el pasado a los cuadernos de ejercitación y a la acción propia del estudio de estos temas, que tiene que ver con el hacer.

Atrás quedan los ‘ensayo y error’ o apuntes que se tomaban sobre los cálculos matemáticos, dando paso a una captura o fotografía al pizarrón o al desarrollo del ejercicio que hizo una aplicación, dificultando la integración del aprendizaje.

Un segundo acercamiento puede ser mirar la forma en la que se enseña matemáticas. Con el tiempo han surgido diversas luces que orientan a las y los docentes que imparten esta asignatura, entre las que destacan los elementos provenientes desde la didáctica, enriquecidos con el estudio de las creencias y experiencias de las y los estudiantes.

Igual de relevante es atender a las emociones que experimentan los estudiantes, sus rasgos de personalidad y las interacciones que vivencian con sus pares en la sala, permitiendo a quienes enseñamos, fortalecer los vínculos existentes en el proceso de enseñanza y aprendizaje.

Es en esta línea donde surge la necesidad de estudiar las tendencias cooperativas que poseen las y los estudiantes, vinculadas con sus propios procesos de aprendizaje, lo cual es parte de una novedosa y reciente investigación doctoral llevada a cabo por los autores de esta nota.

Estudiar las dimensiones afectivas que emergen cuando se produce el encuentro con los contenidos, así como las interacciones con sus compañeros de clase luego de formar grupos de estudio caracterizados por la cooperación, son señales que debieran tenerse en cuenta.

Se espera que esta perspectiva se considere en la planificación y puesta en marcha de acciones docentes que fomenten la formación de vínculos sociales y el surgimiento de emociones positivas en las y los estudiantes. También puede ser considerada para realizar innovaciones curriculares que propicien la cooperación entre estudiantes, entendida como una dimensión socio-conductual que va más allá del trabajo colaborativo de aula.

Lo anterior puede dar luces que permitan revertir la resistencia y rechazo que ha existido por años hacia el estudio y aprendizaje de esta asignatura y que hoy pareciera ser aún más profundo.

Luis Flores y Felipe Marin
Dr. Luis Flores, Director del Instituto de Entomología, UMCE. Felipe Marín, Profesor del Departamento de Matemáticas de la Universidad Andrés Bello.