¿Quién protege a la democracia?

Dentro de la academia y el ámbito político, el debate sobre la erosión y retroceso democrático a nivel global ha crecido constantemente, y Chile no es una excepción, entendiendo que estamos pasando por una conmemoración de los 50 años desde el golpe de Estado generado por Pinochet y la junta militar, sintiendo el quiebre tan presente como fue el 11 de septiembre de 1973.

En un contexto actual donde no son golpes militares quienes hacen caer las democracias, sino que provienen desde candidatos con rasgos personalistas y autoritarios, que obtienen el respaldo de electores y partidos o movimientos políticos, esta dinámica representa una seria amenaza para la democracia. No solo cuestiona la forma en que los partidos políticos ejercen su rol dentro de la democracia, a menudo priorizando intereses pragmáticos sobre principios normativos, sino que también influye en la percepción de la democracia por parte de la ciudadanía.

Sin embargo, esta columna va más allá de la discusión habitual sobre la erosión y retroceso democrático, ya que su objetivo es reflexionar sobre quiénes son los verdaderos custodios o salvaguardias de nuestras democracias, incluso cuando estas son frágiles. Desde la perspectiva de la ciencia política, entendemos que son las instituciones y los actores políticos quienes desempeñan un papel fundamental en la defensa y preservación de la democracia en nuestros países.

Estos actores e instituciones abarcan desde la oposición política, que ejerce un contrapeso crucial al gobierno en funciones, si este llega a tener actitudes autocráticas, tanto la oposición como los partidos deben permitir las disputas políticas, negociaciones y acuerdos en lugar de bloqueos constantes hacia el oficialismo. Luego está el sistema legislativo, con la responsabilidad de crear y aprobar leyes que establezcan límites y controles al poder ejecutivo. Conjuntamente, los organismos encargados de la administración de las elecciones son esenciales para garantizar procesos electorales justos y transparentes. La sociedad civil organizada desempeña un papel destacado al movilizar a la ciudadanía y abogar por la rendición de cuentas de los líderes políticos, siendo vital para mantener la salud de la democracia.

Es particularmente interesante explorar cómo estas instituciones formales interactúan entre sí en la defensa y preservación de la democracia en Chile. Y nos lleva al título de esta columna ¿Quién protege la democracia?

Abordar esta cuestión nos permite analizar de manera más profunda el argumento de la erosión y retroceso democrático, además de ayudar a entender quiénes son los auténticos guardianes de nuestra democracia. Desde estas instituciones se debe combatir la desinformación y mantener las organizaciones correspondientes despolitizadas. Así que una respuesta exploratoria a la pregunta es que corresponde a las interacciones en conjunto de las instituciones anteriormente nombradas, incluso con la existencia de instituciones informales que pueden afectar la sostenibilidad democrática.

Al promover esta reflexión y fomentar el diálogo entre actores políticos y la sociedad civil, podemos aspirar a convertirnos en un modelo a seguir para América Latina en cuanto a cómo fortalecer y proteger los regímenes democráticos en tiempos de desafíos, reafirmando así nuestro compromiso con los valores democráticos y el estado de derecho, a través de mejorar las relaciones entre los partidos políticos, fortalecer las instituciones responsables de salvaguardar la democracia y potenciar el rol de la sociedad a la hora que los políticos rindan cuenta ante el electorado. Para que nunca más tengamos un régimen autoritario en nuestro país, ni nada o nadie se le trate de asemejar en esta época.