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El cuestionado rol de las salmoneras en la crisis sanitaria de Quellón: Trabajadores denuncian incumplimiento de medidas sanitarias y despidos injustificados

Por: Noemi Nilo | Publicado: 03.02.2021
El cuestionado rol de las salmoneras en la crisis sanitaria de Quellón: Trabajadores denuncian incumplimiento de medidas sanitarias y despidos injustificados Sector Coinco, Quellón | Foto: Camila Pérez
Quellón tiene la taza más alta de la región de Los Lagos y, pese a estar en Fase 1, posee ocho empresas salmoneras que operan en su territorio, en base a la resolución exenta del Ministerio de Hacienda que les permite funcionar. Sus trabajadores, en conjunto con los del área de salud de la zona, piden el cierre temporal de las plantas por 14 días para detener la crisis sanitaria que vive la comuna desde octubre. Tres dirigentes sindicales conversaron con El Desconcierto para detallar las irregulares que se viven al interior de sus trabajos que, pese a los aumentos de contagios en la ciudad, continúan al tope de sus faenas.

«En las salmoneras hay Covid», dice un lienzo enorme ubicado en una pasarela del sector Coinco en Quellón. La recóndita comuna, ubicada al sur de la provincia de Chiloé en la región de Los Lagos, presenta desde octubre un alza sostenida de casos positivos que afectan en gran medida a trabajadores de las plantas de proceso.

Entre el miedo de contagiarse y de perder sus empleos, han pedido reiteradamente el cierre temporal de las plantas por 14 días. La idea es que cada trabajador cumpla una cuarentena preventiva en su hogar ya que, de momento, la trazabilidad está fuera de control. La petición es respaldada por trabajadores de la salud y diversas autoridades municipales.

Hay siete plantas salmoneras ubicadas en Quellón: Los Fiordos, Salmones Pacific Star, Río Dulce, Yadrán Quellón, Surprocesos, Granja Marina Tornagaleones y Salmones Cailín.

Al menos en cinco de las empresas mencionadas habrían ocurrido negligencias, según afirman sus dirigentes sindicales, ya sea en materia sanitaria, amedrentamiento laboral, despidos injustificados y poco interés en considerar las demandas de los trabajadores.

“Lo único que esperan es mantener a la gente trabajando una o dos semanas más ya que ahí termina la mejor temporada. Después viene toda la baja en la producción y en las plantas de proceso” explica Gustavo Cortes, presidente de la Federación de Trabajadores del Salmón (FETRASAL) y trabajador en Río Dulce.

Durante todo el año las empresas cosechan el salmón salar, sin embargo, desde septiembre hasta inicios de febrero solo cosechan el salmón coho. Durante la temporada alta de este pez contratan alrededor de un 40% más del personal, lo que implica mayor circulación de gente al interior de las plantas e incluso hacinamiento, según relatan los mismos trabajadores.

Justamente desde octubre, después de iniciada la temporada alta, comenzaron a aumentar los contagios de Covid-19 en Quellón. “En marzo del año pasado le advertimos a la empresa que esto podía llegar a pasar, pero no lo tomó en cuenta”, dice Paula Arriagada, secretaria del sindicato N°2 de Los Fiordos.

comunidades Kawésqar

Una búsqueda activa cuestionada

Este martes la comuna presentó 26 casos nuevos positivos, que se suma a un total de 338 casos activos. Con poco más de 27 mil habitantes, Quellón tiene la tasa de incidencia más alta de la región, siendo Los Lagos la cuarta con mayor índice a nivel nacional.

Aunque los casos han disminuido desde este lunes, los dirigentes mantienen la postura de paralizar las plantas porque el virus permanece al interior de sus trabajos. “Si no nos escuchan las empresas ¿Qué nos espera? ¿Tomarnos las calles? Es lo único que nos falta porque las autoridades [sanitarias] no están escuchando”, apunta Paula.

Hasta el momento han fallecido 16 personas por Covid en Quellón, entre ellas una trabajadora de Granja Marina Tornagaleones. Según la versión de sus colegas la mujer se encontraba en su puesto de trabajo en la sección de filete de la planta, con fiebre y evidente malestar, por lo que habría sido trasladada al hospital. Pese a la delicada situación, el resto de los trabajadores continuó su turno. Tanto trabajadores de la salud y medios locales describen así los hechos, Jefa de la oficina provincial de la seremi de Salud, María Fernanda Matamala, afirmó a este medio que la trabajadora se contagió a través de un familiar y se encontraba en cuarentena hacía una semana.

Ante el aumento de casos y la instrucción de la Seremi de Salud, la industria salmonera presentó un Plan Integral al municipio. Su principal medida era comenzar a realizar búsqueda activa al interior de las plantas. Incluso decidieron paralizar por dos días para tomar muestras de PCR y asegurarse de que el lunes 25 de enero ingresaran a sus plantas solo trabajadores que dieran negativo.

La medida, según trabajadores del rubro, habría sido tardía.

Para esos días ya se sabía de la existencia de casos positivos en Los Fiordos. Había varios trabajadores asintomáticos, que solo se dieron cuenta que eran vectores de contagio cuando se hicieron el PCR. La empresa no tomó cartas en el asunto “hasta que empezó a haber desconcierto por parte de la gente y a ejercer presión”, comenta Paula Arriagada.

La toma de exámenes que la empresa hace de manera particular es bastante irregular, asegura la dirigente.  Sus mismos colegas se dieron cuenta que al firmar el documento para autorizar la toma de muestras, este figuraba con fechas de días anteriores. A otros que exigieron el PCR, se lo realizaron cerca de ocho horas después de solicitarlo. Los trabajadores se comenzaron a desesperar porque sentían que la empresa no tomaba acciones, así que en medio de sus turnos decidieron hacer “brazos caídos” para exigir que los test se tomaran bajo los procedimientos correctos. El reclamo fue respondido por la gerencia con una compensación monetaria de 130 mil pesos y, según recuerda Arriagada, les advirtió que “el que quería seguir trabajando que siguiera, y el que no, que abandone el puesto de trabajo porque no era bien recibido ahí”.

Durante esos días, los trabajadores de la planta Yadrán se enfrentaban a una situación similar. La empresa solo dispuso de exámenes PCR para sus trabajadores cuando el alza de casos positivos era evidente. Sin embargo, una vez que tomaban las muestras, debían seguir en sus puestos de trabajo. “Les decíamos [a la empresa] que esa no es la idea, porque nadie puede asegurar que en los días posteriores del PCR, no tengas contacto con alguna persona que sí está contagiada. Al final, no te sirve de nada”, dice Juan Cárdenas, trabajador y presidente del sindicato N°1 de la planta.

Pese a que Gustavo Cortes no ha presenciado irregularidades en la toma de PCR por parte de la empresa que lo emplea, Río Dulce, sí fue testigo del temor que sentían sus colegas y él mismo cada vez que se enteraban de que un compañero salía positivo de coronavirus. El dirigente se cuestiona: “¿cómo quedas sabiendo que compartiste con un grupo de 10 o 15 trabajadores que después de estar contigo salieron positivo?”. Gustavo hoy se mantiene en cuarentena con síntomas de Covid, luego de ser contacto estrecho de su hija que trabaja en la misma planta.

A estos procedimientos irregulares se suma la denuncia de los trabajadores de la Atención Primaria sobre la tardía notificación de resultados positivos de Covid al servicio local. En ocasiones, los resultados de los test PCR se informan 10 días después, por lo que el equipo de salud se comunica tardíamente con las personas contagiadas. Al contestar los llamados de los funcionarios manifiestan su molestia por la falta de atención y seguimiento de sus casos. “Se dificulta la trazabilidad, los contactos estrechos siguieron 10 días trabajando y contagiando. Es una cadena que no se corta y que creemos que no se va a cortar mientras la empresa siga funcionando como si nada”, comenta la presidenta de la AFUSAM Quellón, Marcela Silva. Según la Seremi de Salud esta situación se encontraría normalizada.

El resto de las medidas sanitarias se cumplen en la medida de lo posible. Al ingresar a sus turnos laborales se les toma la temperatura y deben usar su mascarilla en todo momento. Pero al ingresar a las plantas que son cerradas, es fácil que la distancia de dos metros desaparezca. Decenas de trabajadores transitan por los pasillos a diario. Los casilleros contiguos donde guardan sus pertenencias también posibilitan el acercamiento entre colegas. Durante la hora de almuerzo deben realizar filas para entrar al casino, la que a veces causa aglomeraciones inesperadas, y aunque adentro toman distancia deben sacarse la mascarilla.

Dichas situaciones han sido denunciadas reiteradamente por los trabajadores. El mismo Alcalde de Quellón, Cristian Ojeda, ha solicitado fiscalizaciones a las autoridades sanitarias. Tras los llamados públicos, el gobernador de Chiloé, Pedro Andrade, informó a los medios locales que reforzaron las fiscalizaciones a las salmoneras. Pero los tres dirigentes afirman que dichos controles son programados, o sea que la empresa sabe el día y la hora en la que llegarán, entre conversaciones cotidianas a veces llega el aviso: «mañana vienen de la Seremi».

“Cuando llegan, ya sea la autoridad sanitaria, la Inspección del Trabajo, gobernador, diferentes autoridades, las empresas tienen claro que iban a ir y prácticamente todo lo que visitarán. Entonces todo se cumple a la perfección”, dice Gustavo.

Paula también recuerda que la gerencia les cambió una de las últimas reuniones pactadas porque a esa hora recibirían una visita de fiscalización. Desde Seremi niegan esta acción que «iría en directo desmedro de nuestra labor» y sostienen que las medidas sanitarias son evaluadas constantemente.

Despedidos y amenazados 

La seguidilla de negligencias motivó a los trabajadores a manifestarse en varias plantas: Tornagaleones, Los Fiordos, Surprocesos y Yadrán. “Lamentablemente la industria actuó de la manera más vil que puede ser, amenazando a sus trabajadores y despidiéndolos solo por exigir sus derechos, que es el derecho a la vida, y no solo de ellos, sino también de su familia”, reflexiona el presidente de FETRASAL.

El mismo día que se comenzó a ejecutar el Plan Integral, el sindicato N°2 de Los Fiordos junto a otros trabajadores, tuvo reunión con las jefaturas. Estuvieron desde las 9 de la mañana hasta las 17:00 horas entregando propuestas que fueron rechazadas: días libres, turnos de 7×7 alternando grupos, o trabajar solo cinco horas sin colación para evitar la afluencia en los casinos.

Al salir de la reunión el representante de recursos humanos se acercó a una de las voceras y le pidió que lo acompañara a su oficina. Minutos más tarde sabrían que había sido despedida porque no tenía fuero sindical. Al terminar la jornada también desvinculó a los trabajadores que hicieron brazos caídos por las irregularidades en la toma de los PCR. Paula recuerda que fueron alrededor de 10 despidos en total. La Municipalidad de Quellón anunció que daría apoyo jurídico a los trabajadores, pues considera que fueron vulnerados en sus derechos solo por intentar salvaguardar su salud.

Según información de la Federación de Trabajadores del Salmón, las desvinculaciones no han sido masivas -entre 10 o 15 trabajadores-, pero han coincidido con quienes se han manifestado. Situación que se ha expresado, aseguran, a partir de actitudes amenazantes de las gerencias. Cuando un gerente de una planta se reunió con los trabajadores, recuerdan, les advirtió que si no deponían su actitud de brazos caídos, los iba a despedir. Algo similar ocurrió en otra empresa, donde la gerencia afirmó que en dos semanas la planta iba a cerrar e iban a venir los despidos.

Los trabajadores proyectan un escenario peor cuando termine la temporada del salmón coho. “Van a venir despidos masivos de trabajadores, sabemos que será así. La empresa está aprovechando los tiempos sabiendo que no se puede hacer nada, como manifestaciones o toma de carreteras, producto de la cuarentena” dice Gustavo Cortes.

A este riesgo se suma el temor que infunden a los trabajadores algunos dirigentes de los llamados sindicatos pro empresa. “Dicen que si la empresa cierra va a haber cesantía, que la empresa se va a ir de la isla. Ellos utilizan los sindicatos para que se le genere miedo a la gente, en base a eso obviamente la gente tiene la incertidumbre de que la pueden despedir”, explica Cardenas, el dirigente de Yadrán.

Agotamiento y cansancio

Algunos trabajadores de salud primaria de la zona han llegado a trabajar de 8 de la mañana hasta la medianoche. Están a cargo de atender a pacientes Covid que llegan a los centros, de la trazabilidad y el seguimiento, además del ingreso de estos datos a la plataforma Epivigilia del Minsal. El agotamiento y cansancio está causando estragos en su salud mental, sobre todo de quienes desde octubre no han parado de trabajar ni siquiera durante el fin de semana.

Incluso la comuna debió parar algunas de sus atenciones de salud primaria para priorizar casos de contagiados, medida que no se había adoptado antes, pues los insumos médicos y humanos son escasos. “Tuvimos apoyo económico desde el nivel central en el tiempo que estuvimos casi sin casos y ahora que estamos complicados, no vemos eso”, declara Marcela Silva.

“Las medidas adoptadas por las salmoneras van en desmedro de todo el trabajo preventivo, que es para evitar el contagio”, comenta Arlinne Reveco, presidenta de la CONFUSAM Chiloé.

Pese que la toma de exámenes PCR es el foco principal del plan de las empresas, los gremios de la salud tienen antecedentes de que no se ha realizado una cuarentena estricta en todos los casos tras conocerse los resultados. La AFUSAM también sabe de trabajadores a los que se les pide no informar sus contactos estrechos laborales o que si se reconocen como tal se les obligue asistir a las plantas tras salir negativo en la PCR, pese a que las medidas del Minsal exigen lo contrario.

“Hay un egoísmo y un poco valor a la vida que ha demostrado el empresariado, que asusta y complica”, enfatiza Silva.

El Desconcierto  intentó comunicarse con las empresas mencionadas en este reportaje, pero hasta el cierre de esta edición no obtuvimos respuesta.

 

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