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Cristián Millapan, joven mapuche víctima de trauma ocular: “Me dispararon directo a la cara”

Por: Natalia Figueroa | Publicado: 04.05.2021
Cristián Millapan, joven mapuche víctima de trauma ocular: “Me dispararon directo a la cara” | Cedida por Cristián Millapan.
El joven recibió un impacto de perdigón en su ojo derecho el pasado 24 de abril, en medio de un trawun –reunión– en Nueva Imperial. “Este era un encuentro pacífico”, señala el estudiante de construcción civil que hoy está a la espera de ser trasladado a Santiago para iniciar un tratamiento. Acá adelanta que interpondrá una acción judicial contra el funcionario policial responsable de este hecho.

Hace una semana, Cristián Millapan Santander, de 18 años, fue dado de alta del Hospital de Temuco después de haber sufrido un trauma ocular que hoy lo tiene en reposo absoluto en su casa, en la comunidad de Triftrifko de Galvarino. El estudiante de segundo año construcción civil en el Inacap, no tiene intenciones de congelar sus estudios y espera retomar el semestre una vez terminada la licencia. Aunque en ocasiones anteriores ya había vivido situaciones de represión policial en comunidades, es la primera vez que resulta afectado a este nivel.

El sábado 24 de abril Cristián estaba participando en un trawun en el lof Caucauche, al que estaban invitadas varias comunidades. En el encuentro conversarían sobre la militarización en la zona y los allanamientos sostenidos en el último tiempo. En principio, estaba planeado hacer el encuentro en un espacio de recuperación territorial –proceso iniciado hace dos meses–, del que es propietario el empresario local, Juan Muñoz Canobi, dueño de la cadena de supermercados regional “Lily”.

Días antes funcionarios policiales hicieron excavaciones profundas alrededor del fundo de Canobi, un tipo de “barrera” para impedir el ingreso de la comunidad después de ser desalojada semanas antes. El día del encuentro, sin embargo, otro comunero facilitó su terreno, colindante con el del empresario, para desarrollar la actividad. Desde temprano otros funderos que resguardaban el terreno de Canobi, relata Cristián, comenzaron a hostigarlos lanzándoles piedras e insultándolos. Durante la mañana ya se habían instalado en el territorio drones, helicópteros y carros blindados.

Carabineros lanzó lacrimógenas y disparó directo a la comunidad. Las municiones llegaron muy cerca de los niños  y la respuesta de la comunidad se hizo inminente. Fue ahí cuando Cristián resultó herido por el impacto de los perdigones, como relata a El Desconcierto.

-¿Qué ocurrió ese día?

Fue un trawun al que fuimos en la comunidad de Caucauche, de Triftrifko. Recuerdo que fuimos los primeros en llegar. Tipo diez de la mañana llegaron los Carabineros a tirar lacrimógenas. Nosotros igual nos defendimos con piedras. Fue un enfrentamiento largo, desde las diez que empezó y ellos se quedaron ahí, como a 500 metros. Uno tiraba piedras, pero a ellos no les llegaban. Después, al almuerzo, nosotros nos reunimos entre todas las comunidades, estábamos haciendo la conversación y empiezan a disparar de nuevo. Nos llega una lacrimógena por al lado de un niño que tenían como tres años. Los vieron por el dron y sabían dónde tirar las lacrimógenas. Eso fue como a las dos y media y nos dio impotencia. Ahí fue donde yo recibí el impacto del zorrillo que había llegado a esa hora, porque en la mañana solo estaba la tanqueta, un furgón y una micro de Carabineros. También una camioneta, pero de ahí no se bajó nadie. Como a la una fue cuando el zorrillo empezó a disparar y yo recibí el impacto. No tuve momento de cubrirme. Me llegaron trece perdigones en un solo disparo.

-¿Te los han podido extraer?

Uno me lo sacaron de la pierna y otro en la parte de abajo del cuello. Primero me lo sacaron en (centro de salud de) Labranza, aunque no tenía mucha conciencia porque había perdido mucha sangre. Tengo tres en la cara, tres en el cuello, en el brazo derecho, en la mano izquierda y en la cintura. Cuando me los sacó la enfermera, le pregunté y me dijo “sí, son de acero” y los dejó en un platito y sonó.

-¿Cuál ha sido el diagnóstico médico?

Que tengo que seguir yendo a controles y que se va a ir viendo sobre el procedimiento. Me intentaron salvar el ojo, me regeneraron las perforaciones que tenía, pero todavía sigo teniendo el balín adentro. Me han dicho que voy a tener un porcentaje de visibilidad menos. No saben cuánto, pero tampoco perdí la vista al cien por ciento.

-¿Cómo has estado estos días? ¿Has recibido apoyo?

Con dolores, a veces tengo que estar con los ojitos tapados porque al abrir el izquierdo, el otro también me duele y me pasa a raspar generándome molestias. Con mi familia hemos recibido apoyo, el de mis amigos que me han llamado. No he estado solo.

-¿Te habías visto enfrentado a situaciones de represión en la comunidad?

Igual habían, pero, como le digo, los Carabineros cuando disparan se bajan y apuntan, por eso nunca me había llegado tan fuerte y a la cara. Yo me podía resguardar, pero ahora no pasó eso. Fue desde adentro.

-¿Otras personas también resultaron heridas? 

Sí, varios peñis, pero a mí me dispararon directo a la cara.

-No se cumplió ningún protocolo

Nada, si me disparó a quemarropa. Del zorrillo no salió nadie, no me percaté que estaban disparando, solo sentí el impacto, el sonido y caí.

 –Como lo que te ha ocurrido ahora, han sido cientos las víctimas de trauma ocular durante el estallido social, antes también Fabiola Antiqueo, una joven que perdió su ojo producto del disparo de Carabineros en 2017. ¿Qué piensas sobre este continuo de violencia?

Igual ahora me siento mal, siento lo mismo que esa gente que estaba en el estallido social y perdió uno de sus ojos, que sintieron los disparos en sus ojos, que no es otra parte del cuerpo que uno podría soportar, pero la vista es esencial. Me imagino si hubiesen sido los dos ojos, hubiese sido más terrible. Da pena por uno que está sintiendo ahora el dolor y por ellos que están en lo mismo.

-¿Van a presentar alguna acción judicial contra este funcionario policial?

-Hay abogados que están en el tema para que se haga justicia, que sería ideal, pero nunca va a ser así. Después si lo dan de baja (al carabinero), lo van a cuidar igual dejándolo con bonos. No como a uno que lo meten preso, mientras ellos siguen teniendo una vida normal. Tienen más privilegios que uno. Todo eso se está investigando. Este era un encuentro pacífico, en ningún momento atenté contra su vida. No se va a comparar una piedra, tirada a 200 metros a que te disparen con un arma de fuego. Ellos andan con protección, con escudo, con todo. Yo andaba solo con polera.

 

Traslado y tratamiento

Por una serie de complicaciones que tuvo el mismo día en que lo ingresaron al Hospital de Temuco y posterior a ser internado, Cristián sigue a la espera de ser derivado los próximos días a Santiago para que especialistas de la Unidad de Trauma Ocular (UTO) del Hospital El Salvador puedan iniciar su tratamiento. La Coordinadora de Víctimas de Trauma Ocular también ha tomado contacto con él y su familia para ofrecerle apoyo.

-¿Cómo fue el traslado al hospital?

A mí me derivaron los mismos Carabineros porque después nos tomaron detenidos. A mi familia la encañonaron, los bajaron con metralletas en la carretera, no me acuerdo mucho, pero lo escuchaba.  Íbamos camino a Temuco. Ellos revisaban el vehículo a ver si andábamos con armas, pero no encontraron nada, ni un cuchillo, ni un cortauñas, nada. Cuando llegamos al hospital me preguntaron si podía caminar, les dije que no, que me sentía débil y me trasladaron en una silla de ruedas. Andaba con los Carabineros porque ellos relataron que había sido en un trawun y que venía herido. Me limpiaron y me sacaron un perdigón, el que estaba al lado del cuello. Había otro enfermero, aunque no podía ver bien, que le dijo a la enfermera que se lo dejara. Después me derivaron al hospital regional en ambulancia. Por el daño que tenía me deberían haber llevado en una camilla, pero me llevaron sentado. Me pusieron el cinturón de seguridad, con la cabeza hacia abajo, yo iba mal.

-¿Ibas con algún familiar?

No, a ellos los dejaron detenidos en Nueva Imperial, después los derivaron. Fue porque veníamos del trawun. En ese momento que los encañonaron, mi tía les dijo que yo era el sobrino, que los dejaran ir hasta el primer hospital. La dejaron, pero apenas llegaran a Labranza quedaría detenida. Ahí pasamos a una salita y no supe más de mi tía. En ningún momento perdí la conciencia, escuchaba todo.

-¿Después te tomaron un PCR?

Sí, cuando llegué. Estaban los Carabineros y les pregunté cuando me iban atender porque había pasado como una hora, y yo estaba mal. Me dolía, no estaba con ningún familiar, no podía ver, ni nada. Me dijeron que era difícil que me pudieran intervenir porque no había cirujanos hasta el lunes. Me bajoneé harto, decía ‘chuta, voy a perder el ojo’, además, no tenía ningún familiar. Después me vino a hablar una carabinera y le dije que tenía 18 años y que era estudiante. Me dijo voy a tratar de ver qué van a hacer contigo y empezó a conversar, pero después otro carabinero le dijo «déjalo, si él se lo buscó».

-¿Dónde estabas ahí?

En una silla de ruedas, en el pasillo del hospital.

-¿Cuánto rato después ingresaste?

Uff, casi como tres horas esperé. Antes que se fueran los Carabineros, me vinieron a decir que quedaba libre porque me habían levantado los cargos por las lesiones que tenía, fue casi a las ocho y media de la noche. Se fueron y quedé solo. Le pedí ayuda a la gente para buscar a familiares por Facebook para comunicarnos y nadie me ayudaba, quizás cómo me habrían visto. Me sentí mal. Como a las nueve llegaron del GOPE y ahí me leyeron la carta en voz alta, todos se pararon a escuchar, de que había quedado detenido por desórdenes en el lof Caucauche, por tirar piedras a personal de Carabineros y molotov. Después les dije que me habían pasado un papel donde decía que no estaba detenido porque venía al hospital por el daño que tenía.

-¿Qué dijeron por la intervención de urgencia que te debían hacer?

Me dijeron que el domingo en la tarde me iban a derivar a Santiago, después llegó un peñi y me fue a ver. Él me contactó con mi familia, ahí vimos la posibilidad de hacer el traslado esa misma noche. Llamaron y una tía que trabaja en un centro de salud, ella me ayudó. Me dijeron que me tenía que ir a Santiago. Le dije al peñi que se fuera no más para que no tuviera problemas y al rato llegó mi tía que la habían dejado en libertad. Mi papá seguía detenido. A las 11 recién me hicieron un PCR. Con mi tía empezamos a descansar, se me quitó un poco la angustia. Me dijeron que estaban haciendo lo posible para que me pudieran derivar.

-¿Y por qué no te derivaron?

Me dijeron que me tenían que hacer otro PCR que iba a estar en dos horas, estuvimos harto rato esperando. Después me llevaron a una sala y fue muy raro porque me dijeron que había salido con resultado positivo y me pasaron a una sala Covid. Mi tía se había ido tranquila a la casa sabiendo que me iban a llevar a Santiago, pero no fue así.  Supuestamente había salido positivo, pero era porque no me querían trasladar. Solo el último día que me dieron el alta me dijeron que el examen era negativo. Incluso, me llamaron de la seremi de Galvarino para saber con quién había tenido contacto estrecho. Le dije que, con mi papá y mi mamá, pero no me sentía con ningún síntoma, estaba todo bien. Así que fue una situación media compleja.

-¿Para cuándo quedó el traslado?

Eso lo estamos viendo, pero ya me dijeron que tienen que llevarme allá para que me vea el especialista. Tenía los pasajes listos, pero tuve problemas con el carnet que me tomó la PDI. Mi papá lo fue a buscar, recorrió todos los lugares por los que había pasado, al final, por iniciativa de ellos, lo bloquearon y lo dieron como perdido y tuve que volver a sacarlo. Así que tampoco podía viajar.

-¿Te han seguido haciendo controles en Temuco?

Sí, ahí me han hecho revisiones, me han limpiado el ojo y todo. Ya me siento más tranquilo, tengo más ánimo porque estoy en mi casa con gotitas, me las aplico cada una, dos y otra cada seis horas. He hecho reposo en 45°, tampoco puedo estar tirado.

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