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Cristina Dorador previo a la instalación de la Constituyente: “Que parta en Santiago es un símbolo muy centralista”

Por: Natalia Figueroa | Publicado: 02.07.2021
Cristina Dorador previo a la instalación de la Constituyente: “Que parta en Santiago es un símbolo muy centralista” file_20210519165342 |
Es una de las mujeres científicas escogidas constituyentes por el distrito 3, que abarca comunas de la región de Antofagasta. La investigadora en microbiología asegura que llevar las reivindicaciones del norte del país es una responsabilidad que asumió con la comunidad que la escogió y consigo misma, y que después de este proceso piensa volver a la academia como ya lo ha dicho en varias oportunidades. A pocas horas de que inicie la Convención Constitucional, aquí comparte sus reflexiones y las medidas que deberían quedar de entrada establecidas en esta histórica primera sesión.

Como los otros constituyentes de regiones, Cristina Dorador Ortiz (41), electa por la Región de Antofagasta, viajará a Santiago para ser parte del acto oficial que dará inicio a la Convención Constituyente, en el Congreso, este domingo 4 de julio. Aunque la científica asegura que todo se ha desarrollado sobre la marcha, con poco margen para conocer detalles de esta primera sesión, está expectante ante el encuentro con los otros 154 constituyentes electos en el territorio nacional.

Uno de los puntos que plantea de entrada es que la Convención debería ser itinerante y descentralizada. Asegura que en la riqueza de esos intercambios estarán las reflexiones de fondo entre los distintos constituyentes que aportarán sus conocimientos para forjar un nuevo paradigma en la Constitución, que para Dorador debe tener indiscutiblemente un enfoque “ecocéntrico”.

Ad portas de este hito, su nombre ha resonado para presidir la Convención, aunque en esta entrevista que concede a El Desconcierto, reconoce que su interés va más por la creación de una mesa directiva de la que podría participar, pero que nada está cerrado.

-Vienes del mundo de las ciencias y la investigación, ¿cómo te ves ahora en política?

Bueno, no provengo de la política tradicional en ningún caso y mi primera experiencia de este tipo ha sido muy, muy intensa. Creo que después de la Convención voy a volver a mis labores académicas porque eso es lo que siempre he dicho y no me veo participando de otras elecciones por lo que implica, pero sí contribuyendo en que se conozcan las reivindicaciones del norte de Chile, que es un compromiso que he asumido con las personas que votaron y también conmigo misma.

-¿Cómo es la “Constitución Ecológica” que piensas?

En primer lugar, incluye la ruta hacia donde deberíamos avanzar en un cambio de paradigma y de ética respecto a la relación que tiene el ser humano con la naturaleza, que tenga un enfoque ecocéntrico, es decir, que la naturaleza esté al centro. Eso es muy importante porque es una de las únicas formas que quizás nos queden para poder proteger los ecosistemas y también la naturaleza en sí misma, que está siendo afectada enormemente por la acción humana en el contexto de las labores industriales. Pero también por la crisis climática a la que nos vemos enfrentados, donde Chile es uno de los países más afectados por este gran problema global. Por lo mismo, tenemos que prepararnos para aquello y, si protegemos los ecosistemas, protegemos nuestra propia existencia.

Cristina Dorador.

-Sobre esto, ¿cuál ha sido la experiencia de otros países, por ejemplo, en el lugar que ocupan las tecnologías, las ciencias y el medioambiente?

Mira, sobre todo en Latinoamérica se han incluido las temáticas ambientales derechamente, porque hay un vínculo indisoluble con la visión de los pueblos originarios que es el «buen vivir», porque la naturaleza es nuestra parte íntima, que no se puede separar del ser humano. Es una visión muy adecuada para los tiempos actuales reencontrarse con el entorno. En ese sentido, hay que migrar hacia otro tipo de economía, ya que en Latinoamérica y en Chile, la mayoría de las actividades económicas están relacionadas con actividades extractivas, ya sean mineras, agrícolas o de las pesquerías. Es importante que se empiecen a desarrollar las ciencias, las tecnologías y el conocimiento en general, las humanidades, las artes, en los territorios. Estos temas están muy centralizados y se le ha dado un carácter productivo a las regiones, como un fin, que ha evitado que se puedan desarrollar otras áreas y disciplinas que, al final, van a llevar a una diversificación económica, sobre todo, pensándolo fuera de las lógicas de mercado que son tan fuertes, de competencia, sino que más pequeñas, más locales y cooperadoras y con espíritu solidario.

-El “buen vivir” para las comunidades indígenas, en respeto con la naturaleza, como lo señalas, es fundamental. ¿Cómo esto debe quedar en la práctica establecido en la Constitución? ¿En qué acciones se traduce?

Primero, esto tiene que estar en las bases iniciales, y si es que no en el preámbulo, en alguno de los artículos de la Constitución como un fin, como aspiración hacia lo que viene en el texto constitucional. Para ser concreta, hay derechos que deberían articularse, como el derecho de la naturaleza, el derecho humano al agua, que es algo muy importante porque sabemos que el agua es privada y uno de los grandes problemas el abastecimiento, para eso la ciencia y tecnología ayuda mucho a resolver esos problemas. También el derecho de vivir en un ambiente sano y en equilibrio, que es mucho más amplio de lo que existe actualmente en la Constitución de vivir en un ambiente libre de contaminación porque los parámetros de contaminación que se aplican para justamente saber si un lugar está contaminado no son necesariamente los adecuados, en Chile todavía no tenemos normativa de suelo. Se van a poder hacer leyes y reglamentos al respecto de la institución ambiental para que se puedan cumplir esos requerimientos constitucionales.

-Poner en el centro los derechos humanos significa respetar los derechos ambientales y territoriales de las personas y sus comunidades. ¿Ves que se ha disociado ese entendimiento integral de los derechos?

Sí, de hecho, en Chile pasa que desde que tenemos historia moderna, estos territorios del norte del país han sido explotados por la actividad minera de distinto tipo, ha habido una suerte de reemplazo de productos, de materias primas, el guano, el salitre, el cobre, el litio y así sucesivamente, mientras existan necesidades en el mundo. Sin embargo, esto ha hecho, por un lado, que el Estado tenga divisas para poder funcionar, pero ha generado graves consecuencias en los territorios. No solamente es un tema ambiental de ahora, sino que desde hace décadas y hay temas más culturales e identitarios involucrados, de arraigo, por ejemplo. Ha habido localidades mineras que de un día para otro se han tenido que cerrar por temas ambientales o de otro tipo, como Chuquicamata o Potrerillos, y qué pasa con las personas que han habitado ahí por décadas, se le dice simplemente ‘usted ya no sirve, váyase’ y se le quita este sentido de pertenecer a un lugar. Mucha gente nació en esos lugares y tuvo que haber una pelea para que en el carnet se reconozca donde nacieron, porque estos lugares se borran del mapa, lo mismo que pasó con las oficinas salitreras. El norte tiene una historia económica que pareciera muy exitosa, pero a la vez es de despojo y abandono. Por eso es tan importante poner estos temas en la discusión, que no somos un país homogéneo; somos muy diversos.

Con una lógica centralista y, además, basadas en lógicas económicas, claro que se ha disociado este entendimiento de la naturaleza. Se ha visto como un lugar, reduciéndolo a recursos naturales, dándole un valor. Pero a mucha gente le hace sentido, incluso, en temas de conservación, cuando le dices qué vale más explotar un bosque o preservarlo, como a muchas empresas le hizo sentido el género. Cuando se les puso encima el número sobre la mesa diciéndoles que si contratan a mujeres a la empresa le va a ir mejor económicamente, comienza a permear la equidad de género en la empresa. Lamentablemente hay cierto dogma, muy estándar y muy profunda de ver el mundo según la lógica del dinero. Preservar la naturaleza es algo intrínseco al ser humanos, es como si no quisiéramos permanecer más en el planeta. Es por eso que hay que ocupar esta nueva Constitución, para pensar el Chile de 10, 20, 50 años; porque ese es el país que se va a heredar a los que son ahora niños y jóvenes, y vamos a tener que pensar lo que va a pasar y para eso es muy importante la evidencia y no tanto lo que pase ahora o la cotidianidad que a veces se nos lleva la vida resolviendo temas de corto plazo.

-Has hablado de post- extractivismo, ¿de qué se trata?

Principalmente el post extractivismo es asumir que el extractivismo es un sistema económico, eso es como prepararse para lo que viene, que no tiene vuelta. No podemos seguir, por ejemplo, tratando de suplir las demandas mundiales de minerales y si seguimos en este sistema de mercado, estamos dispuestos a que el salar de Atacama sea irreversiblemente dañado para dar solución a la humanidad. Ojalá fuera así, pero no es así, porque estamos en una lógica de mercado, la empresa ‘x’ necesita producir una cantidad de autos eléctricos para ganarle a la competencia. Entonces, finalmente es una justificación basada en un tema de economías verdes o transición energética, pero en la práctica mientras tenga esta visión de mercado va a ser difícil lograr el objetivo, porque lo importante es hacer las grandes acciones, como cerrar todas las industrias contaminantes, sobre todo, de países como China y Estados Unidos.

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-Las primeras medidas por las que hay que transitar, ¿las ves a corto, mediano o largo plazo?

Todos los cambios son graduales, es algo que siempre trato de recalcar, a veces la gente se asusta porque los cambios transformadores siempre asustan. Uno prefiere quedarse donde está y es quizás un poco lo que la ciencia viene advirtiendo sobre la crisis climática, que ha tomado muchas décadas tomar decisiones y eso también pasa por la desconexión que existe entre el conocimiento científico y la toma de decisiones políticas. O sea, hubo un tiempo en que hubo muchos políticos, y sigue habiéndolos en el poder en países importantes, que niegan el cambio climático o que niegan la pandemia. Eso no puede ser usado en contra de las mismas personas. Es un tema muy extraño que exista la evidencia suficiente, pero que por temas ideológicos u otros, se toman decisiones políticas que finalmente vulneran los derechos y la vida de las personas. Por eso creo que es gradual, pero tampoco podemos dejar de hacer nada, eso sería terrible.

-¿Por dónde comenzar?

Lo primero es conversar, estos temas aparentemente para muchos son muy novedosos, pero, desde la investigación, se vienen hablando desde algún tiempo. Lo importante aquí es la integración de conocimientos. Una disciplina por sí sola, ya sea la ingeniería o las ciencias ambientales no van a tener las respuestas, que son complejas y para eso necesitamos conversar con distintas personas, todos los actores. Muy importante son los pueblos originarios porque tienen una forma de ver el mundo de diferente a la sociedad occidental y contribuyen mucho a entender temas que para algunos no son importantes, como lo decíamos antes, muchas veces estas discusiones se producen sobre la base del dinero o no por algo mucho más profundo. Vamos a tener la oportunidad única, en esta Convención Constituyente cuya composición es muy diversa, varias de las personas que van a ser electas provienen del movimiento ambiental en estos territorios. A la par a la Constitución la gente va a estar mirando y participando, entonces, se crea también un proceso democratizador, más allá del voto históricamente, promueve discusiones que antes no se daban. Hace diez años atrás era impensable hablar de esto incluso, cuando era más chica una vez en un seminario dije que había que tener cuidado con los efectos ambientales de la minería y alguien muy enojado me dice que la minería no contamina. Era un tema muy tabú.

-Esa idea sí ha ido cambiando, ¿no?

Exactamente, al menos el asumir que son prácticas productivas importantes, pero que producen efectos y que las empresas tienen que hacerse parte de estos cambios. Hay algunas que han migrado de usar aguas continentales aquí en el norte porque también es muy paradójico que la gran mayoría de la minería se realiza acá, donde estamos en un lugar casi sin agua, en el desierto de Atacama, por lo tanto, los depósitos de agua que se ocupan son los últimos que quedan en la historia geológica de este lugar. Son sistemas irrecuperables, hay salares que se han secado completamente frente a la acción de extracción de agua para la industria del cobre. Frente a ese escenario, hay empresas que han instalado plantas desaladoras muy grandes y han cambiado esto. Sin embargo, cuando uno revisa las demandas de agua que va a tener la industria minera, por ejemplo, en el informe de Cochilco, efectivamente hay un aumento de mayor agua que se suple por las desaladoras, pero el uso de agua continental no baja, se mantiene, no es que hagan un cambio de la desalación y dejen las aguas tranquilas, porque es su derecho y el agua es privada.

-Entonces, es fundamental la regulación que se haga del uso de agua de los privados…

Sí, del agua, por una parte, pero aquí también la minera es estatal y pública, y no porque sea pública es más sustentable. De hecho, hay muchos ejemplos de que no es así. Por eso, la discusión política que se da en temas de estatización, está todo lo que se dice sobre la recuperación de recursos, pero no hay un cuestionamiento mayor al extractivismo porque, en el fondo, hay un espíritu muy extractivista. Muchas personas, sobre todo la política tradicional que no ha logrado poner estas temáticas donde se debe y hablarlas con propiedad, altura de miras y evidencia, más allá del tema ideológico, esto es realidad y sentido común.

Inicio de la Constituyente

-¿Se ha hablado que podrías ser la constituyente que presida la Convención. ¿Te gustaría asumir ese desafío?

Mira, por ahora nuestros esfuerzos y trabajo están enfocados en prepararnos en la instalación, pero también conformar un grupo de constituyentes del norte de Chile, porque nuestras demandas son un poco diferentes, quizás hay similares con los derechos sociales, pero hay temas regionales o macroregionales que nos afectan y no se conocen en su magnitud. Estamos trabajando en aquello y vamos a emitir una declaración pronto. Sobre el tema de la presidencia, que se ha tomado la agenda, mi nombre ha sonado bastante, agradezco a las personas que me han recomendado, pero no estoy en campaña o vamos a ver cómo se dan las cosas porque nadie sabe bien cómo se va a elegir y a esperar solamente lo que se va a decidir. Si es que hay que asumir un compromiso no sé si ahora inmediatamente, pero más adelante es importante participar.

– ¿Qué temas te parecen que se deben resolver de entrada?

Sí, ese día va a ser muy importante por el hecho de empezar, pero también vamos a tener que elegir a la mesa directiva donde el presidente o vicepresidenta va a fomentar el tipo de sistema que va a trabajar fuertemente con todas las personas de la Constituyente, para poder escribir un reglamento que son las reglas de autoregulación de la Asamblea.  Ahí se podrán decidir cosas que a futuro estarán en el texto constitucional, por ejemplo, la inclusión, que para nosotros es lo más importante de este proceso. Es fundamental que nadie se quede afuera y que existan los mecanismos adecuados de participación ciudadana, que todas puedan de alguna forma (plantear) sus ideas, conocer lo que está pasando.

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-¿Cómo se logra eso a tu parecer?

Bueno, necesitamos un esfuerzo enorme. Tenemos que apoyarnos en tecnología, en trabajo a terreno, análogo y a pie, con papel y hoja, para poder llegar a todos los territorios porque finalmente esto se va a votar en un plebiscito de salida y sería muy triste que algunas personas no se sientan parte porque no les llegó nunca algo para poder contribuir y que se sientan ajenas a esto. Como ha pasado muchas veces, es decir, tenemos una Constitución actual completamente centralista, instrumentalizando las regiones, incluso, la de 1980 y las medidas posteriores de regionalización, les ponen número a las regiones. O sea, ni siquiera somos personas, somos un número dentro de una estructura. Es hora de rehumanizar el sistema y, por lo mismo, hay que hacer todos los esfuerzos posibles para poder llegar a todo el país que está en el mismo momento. La reglamentación es muy importante para aquello, también incluir que participen las personas que viven en el extranjero, el distrito externo como le llaman, sería muy importante. Luego viene el trabajo de lleno respecto a la escritura de la Constitución, probablemente se armen comisiones, temáticas, que también deben ser paritarias y plurinacionales.

-Sobre esto, ¿hay algún punto específico que han puesto los Constituyentes Autoconvocados?

Ha habido solicitudes porque, en realidad, hasta ahora el problema ha sido la falta del conocimiento de cómo se han ido dando las cosas, porque hasta ayer recién tuvimos información. Ayer muy tarde se mandó el protocolo Covid porque hasta ahí no sabíamos cómo enfrentar el proceso, y del protocolo aún faltan muchos detalles. Si se hubiese conversado desde un principio entre las y los constituyentes, de forma amplia, transparente y honesta no hubiésemos tenido que enviar solicitudes. Lo mismo pasa con los pueblos originarios y creo que pasa por la falta de comprensión de la interculturalidad. Es algo que va, incluso, a permear a la opinión pública porque no estamos acostumbrados a escuchar a los que no han tenido voz. Hay que hacerlo con mucha apertura, mucho diálogo y mucho respeto porque estamos en un momento distinto.

-¿No les han entregado la información suficiente sobre el proceso?

Lo que ha pasado es que el gobierno a través de la Segpres tiene que dar todas las garantías de que la Convención funcione bien, sin ningún problema. A mí me pasó que anoche muy tarde me llegó mi pasaje, así que tengo mi vuelo el día sábado a Santiago y al otro día comenzamos el trabajo. Lo que sabemos internamente es que todavía se están afinando detalles con los constituyentes autoconvocados, así que creo que está todo muy líquido y esperamos que las próximas horas ya empecemos a concretar algunas cosas.

-Ha sido poco fluido, entonces…

Sí, sobre todo para nosotros que somos de regiones, porque tenemos que viajar mucha distancia y también para todas las personas que tienen a cargo niños o niñas o personas que cuidan a personas mayores hay que organizarse, sobre todo ahora que estamos en pandemia, no es trivial que alguien venga a ayudarnos, es mucho más complejo que eso. Entonces, también se pidió apoyo en el tema de los cuidados, ahora y durante todo el periodo de la Convención. También me hubiese gustado que desde un inicio hubiésemos tenido una conversación más abierta porque parte en Santiago, que es un símbolo muy centralista. Esperamos que eso se pueda abordar, y probablemente así sea, y la Convención tenga este carácter itinerante, no todo el grupo porque es mucha gente, pero sí comisiones que puedan sesionar en distintas regiones porque eso abre la discusión a todas partes.

-¿Lo vas a proponer dentro de las primeras medidas?

Sí, por supuesto, porque la idea es que se sesione en todo Chile y que, incluso, haya un intercambio de personas porque son personas que son del sur que nunca han venido al norte y al revés. Entonces, cómo vamos a hablar de Chile si no lo conocemos, si solo tenemos una noción de lo nos digan o que podamos leer.

 

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