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¿Qué mueve al indeciso?: Las razones de un grupo con el poder de definir la elección

Por: Rubén Escobar Salinas | Publicado: 18.12.2021
¿Qué mueve al indeciso?: Las razones de un grupo con el poder de definir la elección Cámara de votación (referencial) | FOTO: SEBASTIAN BELTRAN GAETE/AGENCIAUNO
Una porción relevante del electorado tomó su decisión sobre si votar o no en esta segunda vuelta presidencial recién en los últimos tres días, mientras que algunos lo harán este mismo domingo. Los “indecisos”, dicen los expertos, tienen el potencial de inclinar la balanza del balotaje. ¿Qué factores hacen que un “desencantado” se levante a votar? Cuatro analistas electorales lo desmenuzan.

Hace tres días terminó el periodo de campaña electoral. Se acabaron los debates, los candidatos ya dieron todos sus discursos y los equipos ya se desplegaron en los territorios. Sin embargo, para una parte no menor del electorado la decisión sobre si ir o no a votar se dio en estos últimos tres días e incluso se dará este mismo domingo, a pocas horas de saber quién será el próximo Presidente de Chile.

Los votantes indecisos podrían convertirse en el apoyo clave que permita hacer la diferencia en favor de alguno de los abanderados, según algunos expertos. Y así lo han entendido también desde las campañas de Gabriel Boric (Apruebo Dignidad) y José Antonio Kast (Frente Social Cristiano). Los giros hacia el centro y la búsqueda del voto “desencantado” y de quienes perdieron en la primera vuelta ha sido parte de las estrategias que ha tratado de instalar los comandos.

Con una participación electoral que ha ido en picada desde la instauración del voto voluntario -solo 47% en la primera vuelta- y un porcentaje de votantes sin una definición firme según las últimas encuestas, el escenario sigue siendo incierto.

Al respecto, lo primero que deja claro Axel Callís, director de Tú Influyes, es que en Chile “uno podría decir que hay una estructura de votación como de cuatro o cinco millones de personas que votan”. “Hay una masa de votantes que ‘van a todas’ y que son votantes que vienen del padrón antiguo. Mientras que el votante voluntario, que es mucho más joven, entra a votar de acuerdo a lo que le gusta”, explica.

Sobre los indecisos, cree que más bien “hay que hablar de personas que toman la decisión más tarde de ir a votar y personas que toman la decisión más temprano”.

Por su parte, Paola Assael, directora de la encuestadora Black & White, va más allá y afirma que “hay gente que va a tomar la decisión final en la urna. Va a ser como un gut feeling. Es la gente que más rechazo tiene a los dos candidatos y dice ‘bueno, voto por el mal menor’”.

Afirma que al tratarse de “una elección clave” -el primer balotaje desde el retorno a la democracia sin los candidatos de la exConcertación y del exChile Vamos-, podría haber más presión para los todavía indecisos a ir al local de votación y allí definir finalmente si darle el respaldo al candidato que sienta más cercano o anular el voto. “Hay gente que todavía no logra convencerse y va a decidir en la urna”, insiste.

Callís detalla sobre quienes tomarán la decisión de votar o no, o votar nulo, en los últimos días de campaña que “en general, el porcentaje en países con voto voluntario está entre el 12% al 20% de personas que toman la decisión” poco tiempo antes del proceso. Un número con potencial de influir en el resultado.

En tanto, el sociólogo Alberto Mayol, quien dirige la encuesta “La Cosa Nostra”, explica que la pregunta es “si hay grupos que podrían abstenerse y otro que podrían participar, que se hubiesen abstenido antes”. “De repente hay perfiles específicos muy pequeños, pero que pueden ser suficientes para afectar el final de esta historia”, advierte, aunque matiza que “tampoco está tan claro”.

“Hay muchas versiones distintas respecto a los volúmenes de diferencia entre las dos candidaturas, yo creo que está un poco asentado que debiera ganar Boric, pero no está claro el cuánto. Si bien administrativamente es irrelevante, sí es políticamente y científicamente significativo”, sostiene.

El miedo versus la esperanza

“Hay bastante ansiedad en el ambiente”, afirma Paola Assael. La encuestadora sostiene que los resultados de un Congreso equilibrado en la primera vuelta “trajo más tranquilidad” y que los candidatos “han tendido más a moderarse, cambiaron su programa económico y los dos se han desdicho de críticas muy ácidas que tenían”.

Aquí la pelea es por los votantes de centro, que fueron todos los que votaron por Sebastián Sichel, Franco Parisi, Yasna Provoste, que perdieron en la primera vuelta”, sostiene.

Para Assael, en esta segunda vuelta “hubo una estrategia multifactorial. Por un lado irse al centro, capturar a los indecisos, tranquilizarlos y movilizar a la gente que es más propensa a mi sector para que vaya a votar”.

Alberto Mayol argumenta que “la indecisión más bien pasa porque hay dudas razonables respecto a las dos candidaturas. Ambos han tenido un periplo más bien complejo durante toda esta campaña, son nombres que a principios de la campaña no eran favoritos, ha habido mucho azar en su arribo a esta instancia y en ese sentido es natural que haya una población que no esté preparada para tomar una decisión de manera muy clara”, sostiene.

El sociólogo hace el alcance de que en las campañas de ambos candidatos “no hay un repertorio común. Los clivajes a los cuales apelaron cada una de las candidaturas no se relacionan necesariamente con los mismo órdenes de fenómenos”. “Salvo el último momento de Boric, con la distinción entre ‘medio y esperanza’ versus el ‘comunismo y libertad’ de Kast”, agrega.

Sobre este último punto, Cristián Valdivieso, socio y fundador de Criteria, considera que “las campañas del miedo no han calado particularmente, porque nunca ha estado muy estructurado desde el punto de vista de la sociedad en los grandes públicos esta idea del fascismo y del comunismo, más bien, sobre la tesis que la gente ha estado buscando candidatos en función de sus historias de vida”.

Lo que tenemos en lo grueso es una campaña de Kast centrada fundamentalmente en el miedo, a que aumente la delincuencia, a que llegue el comunismo, y una campaña de Boric que ha entremezclado mucho mejor la esperanza con el miedo y donde la esperanza es mucho más relevante en términos de que es transformadora”, reflexiona.

Valdivieso afirma que “en la historia de las elecciones en Chile, desde el 88’ siempre ha ganado la esperanza por sobre el miedo”. “Mucho se especula con que Piñera ganó (en su segunda elección) por el miedo y eso falso, en lo que ganó Piñera fue por la promesa de tiempos mejores. Es decir, por la esperanza”, argumenta y agrega que esto “le va a pasar la cuenta” a Kast.

No obstante los anterior, cree que para esta segunda vuelta “no ha aparecido claramente una razón de movilizar nuevo electores, sigue estando la campaña muy estructurada en torno a las cualidades o a la historia de vida de cada uno de los candidatos”.

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FOTO: Gabriel Boric y José Antonio Kast / SEBASTIAN BELTRAN/AGENCIAUNO

Los factores que “mueven la aguja”

En cuanto a qué o quiénes son los principales influyentes para que un indeciso termine por definir si sufragar el día de la elección, para Axel Callís entre el jueves, viernes y sábado antes de la elección un grupo se sintió presionado para ir votar, algunos que no votaron en primera vuelta, mientras que en otro grupo “van a ser movilizados a votar”.

“Los movilizados a votar son personas mayores o apolitizados, en general personas que no son votantes heavy user. Esas personas van a votar esencialmente por la tendencia que en ese minuto decantó el balotaje”, afirma.

Los balotajes decantan al final”, sostiene y lo explica con este ejemplo: es como un partido de fútbol que bascula hacia un lado o al otro de la cancha. Así como cuando Universidad de Chile ganó 3-2 a Unión La Calera y se salva del descenso, hacia el final del partido todo el juego era en favor de la “U”, “lo mismo pasa en los balotajes, normalmente no terminan en un empate, basculan para un lado o para otro. El que entra a votar y toma la decisión tarde se va al lado de donde basculó la elección”.

Además, Callís asegura que los mensajes que puedan salir de los candidatos o de sus comandos durante los últimos días no hace diferencia a esta altura. Por otra parte, los indecisos que “van a ser movilizados” a levantarse a las urnas serán blanco de la presión de su círculo cercano. Sobre quiénes específicamente harán esta presion, “depende de la edad, si eres joven es la presión de los amigos; si eres mayor, de la familia”.

Assael coincide en que “la recomendación de un cercano es lo que más influye, porque en el fondo es la recomendación de una persona en la que yo confío. El boca a boca, lo que está pasando, influye mucho en la opinión de otro”. Sin embargo, a diferencia de Callís, cree que también han influido los debates y los mensajes que dieron al final de la campaña, además incluye los factores económicos y el tema de la seguridad ciudadana como elementos que los indecisos le siguen dando vuelta en los últimos días.

Considera que “hay una agotamiento, la gente realmente no quiere más de delincuencia ni de desórdenes, o sea el llamado a la tranquilidad y a la paz es un llamado que hace eco”, lo que en su opinión fue el fuerte de la campaña de Kast y que Boric incluyó con más fuerza en la segunda vuelta.

Puede influir lo que digan (los candidatos) estos últimos días y también puede influir algún tropiezo. Vemos que hay una ‘guerra positiva’, por las propuestas y cuál es el que tiene una mejor oferta para el país. Y también hay una pelea por quien es el que ha cometido más errores o cosas que son imperdonables”, agrega.

Por otro lado, Valdivieso sostiene que lo que influye en los indecisos “es más menos lo mismo que les influye a los votantes, solo que se despierta el atractivo al final, en el último minuto. No hay algo particularmente distinto. Puede haber un gatillador que refuerce alguna idea o concepto, que movilice algo que estaba dando vuelta entre la gente”.

El analista pone como ejemplo la muerte de Lucía Hiriart, la viuda del dictador Augusto Pinochet, ocurrida el jueves pasado. Puede que “efectivamente después de las celebraciones contra Lucía Hiriart, ‘me doy cuenta que el comunismo es una amenaza y que el vandalismo se ha tomado las calles, voy a votar’”, por un lado. Pero también puede que el hecho gatille una “cantidad de imágenes retrógradas, anacrónicas, de un pasado al que nadie querría volver y con el que pueden asociar a Kast, lo que hace que gente diga ‘no, en realidad no voy a votar por él’”.

Son imágenes que terminan reforzando ideas previas que estaban ya instaladas, pero no habían sido suficientemente movilizadoras”, sintetiza.

También explica que a todo lo anterior se agregan factores que pueden parecer banales, pero juegan un rol importante, como la locomoción, la temperatura del día o qué tan cercano esté el local de votación. “Existe la percepción o el juicio de que es innecesario hacer el esfuerzo que significa ir a votar porque hay una sensación de que nada relevante puede cambiar”, afirma.

De esta manera, Valdivieso advierte que detrás de los “indecisos” hay un problema profundo en el país: “Una desafección con el sistema político en general”.

Y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) está de acuerdo.

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FOTO: DANIEL ARAYA/ AGENCIA UNO

Ningún candidato me representa”

El miércoles pasado, el PNUD en conjunto con Ipsos publicaron un informe sobre Chile titulado “¿Votar o no votar? Entendiendo las razones que explican el abstencionismo electoral”. El estudio recopiló datos entre enero de 2020 y octubre de 2021, con personas indecisas de ir a votar en los últimos procesos electorales.

Los resultados arrojaron cuatro principales factores que aparecen como determinantes para que una persona indecisa concurra a las urnas: la confianza en el sistema político y las y los políticos; la representatividad de las candidaturas; la información sobre las elecciones y las candidaturas; y el nivel de riesgo de contagio de COVID-19.

Estos distintos factores influirían como facilitadores y obstaculizadores de la participación electoral para los indecisos y no funcionan de forma excluyente unos de otros, “sino que en los relatos de las/los participantes tienden a interrelacionarse y afectar unos a otros”.

En cuanto a la confianza en el sistema político y sus representantes, el informe destaca que hay una amplia desconfianza, que si bien no es nueva se ha agudizado en los últimos años.

“(…) la baja confianza en la capacidad del sistema político y sus representantes de generar las transformaciones requeridas, basada en las frustraciones previas, funciona como un inhibidor de la participación electoral en personas indecisas, mientras que la percepción de que las elecciones representan una oportunidad única de cambio sirve como incentivo que los motiva a votar, como pasó en las elecciones asociadas al proceso constituyente”, destacan.

Otro de los puntos en común entre los indecisos es que sienten que ningún candidato los representa, también relacionado con la desconfianza en general del sistema político. De esta manera, la alta visibilidad mediática de los candidatos de partidos políticos tradicionales desalientan el interés de participar, porque se percibe como una “amenaza” a la agenda de cambios que se busca impulsar.

En contrapunto, “las candidaturas independientes, es decir, quienes no han tenido militancia o no tienen vínculos con los partidos políticos tradicionales, son vistas como representantes más efectivos de las personas. Estas candidaturas movilizan a algunas personas indecisas a votar”.

Un tercer factor es el nivel de información sobre las elecciones, las candidaturas y sus propuestas. De acuerdo al estudio la mayoría de las personas consultadas “identifica como un requisito para votar el estar ‘bien informados’ acerca de las elecciones”, por lo que la percepción de no contar con suficiente información resulta un obstáculo para la participación de los indecisos.

“La percepción entre las personas indecisas de carecer de la información necesaria sobre los procesos electorales y las implicancias de sus decisiones desincentiva su decisión de votar, mientras que el contar con información imparcial, plural, veraz y fácilmente accesible es identificado como un facilitador a la hora de concurrir a las urnas”, detalla el informe. Además, explica que los indecisos tienden a ligar la responsabilidad de informar al Estado y a los medios de comunicación, mientras que no son proclives a aceptar una responsabilidad de informarse por iniciativa propia.

Como cuarto elemento, se destaca que la pandemia también influye en la determinación que tomen los votantes indecisos. El estudio afirma que existe una preocupación transversal por contagiarse de COVID-19 al ir a votar, por lo que “la gestión del riesgo de contagio se vuelve clave a la hora de decidir si participar o no en las elecciones”.

“(…) El efecto de la pandemia por Coronavirus-19 en la participación electoral de personas indecisas ha dependido del nivel de riesgo presente a la hora de concurrir a las urnas y de las medidas de autocuidado y sanitarias que se han instalado a lo largo de los meses”, explica.

Finalmente, el PNUD sostiene que el problema de la participación electoral “no es fácil de abordar ya que implica, entre otros puntos, reconstruir la confianza ciudadana en el sistema político y fortalecer el sistema de representación”. Aunque, “el momento político transformador por el que está atravesando el país representa una oportunidad única para esto, y así dotar de legitimidad a los cambios en curso y promover un desarrollo sostenible en el que no se deje a nadie atrás”.

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