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Desbordes y oposición a Boric: “La lógica de Schalper le hace mucho daño a la política”

Por: Rubén Escobar Salinas | Publicado: 13.03.2022
Desbordes y oposición a Boric: “La lógica de Schalper le hace mucho daño a la política” Mario Desbordes | Agencia Uno (archivo)
Había “un grupo que creía que todo era falso, que las demandas sociales eran inventos del marxismo mundial”, cuenta en conversación con El Desconcierto el exministro Mario Desbordes. El expresidente de RN realiza un balance del gobierno de Sebastián Piñera y apunta a los “sectores más dogmáticos” por los fracasos de la administración. Además, acusa que su invitación a Defensa fue una “operación” para sacarlo de la primera línea de la política y entrega algunas claves sobre su propio futuro, donde buscará construir una alternativa más cercana al centro e involucrarse en la discusión de la Convención Constitucional.

Yo le creí en su minuto, con el tiempo me he ido convenciendo de que fue una operación para sacarme de la primera línea”, dice Mario Desbordes sobre la invitación que le hizo el expresidente Sebastián Piñera a formar parte del gobierno. Es parte de la sensación ambivalente que le dejó su paso por el Ministerio de Defensa, decisión que de todas formas valora y no se arrepiente. El expresidente de Renovación Nacional realiza un balance político de los últimos cuatro años y considera que “este gobierno se farreó la oportunidad de hacer las grandes reformas que la gente pedía en la calle”.

En conversación con El Desconcierto, Desbordes responsabiliza de los fracasos a los “sectores dogmáticos” personificados en el jefe del segundo piso de Piñera en La Moneda, Cristián Larroulet, aunque advierte “el problema no es Larroulet por sí solo” y que el propio mandatario fue de un “dogmatismo tan brutal que no fueron capaces de comprender lo que estaba pasando”.

Además, envía un mensaje al Presidente Gabriel Boric, sobre quien considera que tiene una gran influencia dentro de lo que se pueda dar en la Convención Constitucional y espera que no se reste del proceso. “Nos estamos jugando el destino de Chile en los próximos 50 años”, advierte.

– La ministra Camila Vallejo afirmó que este “ha sido uno de los peores, sino el peor gobierno de la historia”. ¿Qué opina de sus dichos?

Camila Vallejo es una mujer muy inteligente y espero que no caiga en los errores de otros gobiernos, por ejemplo del propio gobierno de Piñera 1, cuando dijo que en 10 días habían hecho más que otros en 10 años. Todas esas frases grandilocuentes terminan pasando la cuenta. Este no es el peor gobierno de la historia. Yo no sé que habría hecho el Presidente Frei o la Presidenta Bachelet enfrentando el estallido social o la pandemia, nadie lo sabe. Hubo episodios extraordinarios en la historia de Chile, no fue un gobierno que viviera momentos normales. Uno puede criticar medidas adoptadas, respuestas que hubo, pero nadie puede comparar este gobierno con otro. Es imposible. Lo que se vivió en 2019 desde 1890 no tiene otro parangón, o 1920 con los intentos de revolución. El país estuvo al borde del colapso institucional completo, de una cuasi guerra civil, estuvimos a centímetros de que eso sucediera. Comparar el gobierno con los anteriores, no le veo por dónde.

– ¿Cómo cree que se recordará al gobierno de Sebastián Piñera?

Depende del plazo, creo que a largo plazo va a ser un gobierno recordado con matices, con luces y sombras, como muchos otros. Le tocaron situaciones extraordinariamente complejas, inéditas en los últimos 50 años, como fue el estallido social, e inéditas en los últimos 100 años, como fue la pandemia. Por lo tanto yo espero que se le evalúe bien en aquellas cosas en donde se trabajó bien, donde hubo buenos resultados, por ejemplo la pandemia. Por su puesto, no va a haber una buena evaluación en temas políticos, en cómo se enfrentó el estallido, la demandas sociales, ahí está al debe.

– Dentro de ese balance, ¿cuál cree que fue el principal acierto del gobierno?

El manejo de la pandemia. Ha sido bien evaluado a nivel internacional. Anticiparse en las compras de las vacunas. Nadie sabía qué hacer, era ensayo y error, se fue avanzando en el Plan Paso a Paso, en tomar medidas restrictivas donde había que tomarla. En eso es lejos el principal acierto.

– ¿A pesar de la gran cantidad de fallecidos?

El balance mundial nos dirá si estamos sobre el promedio, dentro del promedio. Creo que el país ha tenido hasta ahora cifras que, si uno compara peras con peras, son bastantes razonables. Muchos países aún no sinceran las cifras de fallecidos. En América Latina sobre todo hay una cifra negra enorme, porque no saben que están vinculadas al COVID, porque no quieren reconocer cifras. En el contexto general ahí es donde hay que hacer un análisis, sobre si el resultado, siendo terrible que fallezca tanta gente, sea en términos técnicos un resultado aceptable. Ojalá no hubiera muerto nadie, pero eso era imposible.

– Al contrario, ¿cuál cree que fue el principal fracaso de la administración de Piñera?

El mal manejo que hubo en las expectativas de la ciudadanía o con las expectativas de la ciudadanía. Este gobierno se farreó la oportunidad de hacer las grandes reformas que la gente pedía en la calle, por dogmatismo brutal de un grupo que creía que todo era falso, que las demandas sociales eran inventos del marxismo mundial y tantas otras tonteras que uno escuchó. El segundo, en el inicio de la pandemia haber estado siempre con una mezquindad absoluta en términos de ayudas sociales. Significó que la ciudadanía nos cobró la cuenta, este gobierno tiene una responsabilidad enorme en los resultados de la constituyente y en el mal resultado de la centro derecha, con haber ido al Tribunal Constitucional en plena elección. Siento que ahí están sus principales déficit. Pudo haber sido el gobierno que llevara adelante las principales reformas que Chile necesitaba. Se farreó esa oportunidad.

– Sobre esos sectores dogmáticos, sostuvo el pasado jueves que la mayoría de la gente que dejó los cargos en el gobierno han honrado el concepto de servidor público, pero que hubo otros que hicieron mucho daño. ¿A quién o quiénes se refería?

Al entorno del Presidente, algunos, no todos. «Maida» (Magdalena) Díaz o Benjamín Salas siempre estuvieron abiertos a exigir cambios; pero, (Cristián) Larroulet, el propio Presidente y algunos de sus ministros fueron de un dogmatismo tan brutal que no fueron capaces de comprender lo que estaba pasando en los distintos momentos duros que vivió el país. Ellos siguen el manual de cortapalos a rajatabla, como pasó con tanto que pontificó contra el primer y segundo retiro (de fondos de pensiones), que se justificaron absolutamente, pero desde la comodidad de sus casas en el sector alto era muy fácil decir que era una irresponsabilidad y que íbamos a dañar las pensiones, mientras tanto la gente se cagaba de hambre. Me refiero a ese grupo, a ese grupo duro que no quiso hacer una reforma de pensiones, avanzar a un sistema mixto, recogiendo las propuestas de la Comisión Bravo porque decían que era una reforma de izquierda. Que no quiso avanzar hacia un plan universal de salud. Eso fue demostrar lo duros de cabeza de algunos que no aprendieron de la crisis que hubo en Punta Arenas y en la crisis de Aysén en el primer gobierno. Si hubieran aprendido la lección habrían actuado de otra manera, pero la soberbia puede más.

– ¿Debió haber sacado el Presidente a Larroulet del segundo piso?

El problema no es Larroulet por sí solo. Larroulet lo que hace es ratificarle al Presidente lo que él cree. Piensan igual. Decir que Larroulet es culpable porque convencía al Presidente, casi que lo engañaba, no es así. El Presidente tiene en Larroulet una persona que le va diciendo “estamos bien, vamos bien” y él está feliz con eso. Piensan igual, muy parecido.

FOTO: Cristián Larroulet/Agencia Uno

– ¿Qué impresión le dejó la última cadena nacional el pasado miércoles? ¿La pudo ver?

No la vi. Salí a comer con mi señora, que era harto más importante.

– Entre las cosas que sostuvo fue que encontró en “demasiadas ocasiones una implacable obstrucción de una parte de la oposición”, ¿coincide con ese diagnóstico?

En algunos casos sí. En otros no estoy de acuerdo, la porfía del gobierno evitó acuerdos muchas veces. El caso más paradigmático creo que fue con la reforma a las pensiones. La oposición estaba de acuerdo con la comisión Bravo, durante el estallido estuvieron abiertos a esa gran reforma. Pero cuando se les pasó el susto, buena parte de la oposición se dedicó a bloquear y a tratar de que no se diera la reforma, en ese caso sí tiene razón Piñera. Pero en muchos otros casos, no. Hay de todo ahí.

– Se le ha criticado al pasado gobierno y al mismo Piñera la falta de autocrítica respecto al «estallido social», estoy hablando sobre todo de las violaciones a los derechos humanos. ¿Qué opina? ¿Cree que falta esa autocrítica?

No. En ese aspecto, el gobierno reforzó el presupuesto del Instituto de Nacional de Derechos Humanos. El gobierno ha colaborado con la justicia, estamos en un Estado de Derecho. Conozco a Andrés Chadwick y no tengo dudas que jamás se le hubiera pasado por a cabeza dar una instrucción a ninguna institución que pudiera significar alguna violación a los derechos humanos. Soy un convencido de que las instituciones, en términos de tales, actuaron enfrentando una situación inédita para Chile, tratando de hacer lo mejor posible. Que hay violaciones a los derechos humanos individuales, las hay, eso no se discute. Pero no fueron actitudes institucionales, nadie le dijo a los militares, a los carabineros, a los que fuera, “oiga, salga a disparar”, eso fue al revés.

– Hace unos días calificó como un “abrazo del oso” la invitación del Presidente a ser parte del gobierno, ¿se arrepiente de haber aceptado el cargo?

Así lo calificó la persona que me preguntó. No, no me arrepiento de haber entrado al gobierno, porque me tocó trabajar en el Ministerio de Defensa en momentos muy claves. Yo pensé que el Presidente me lo estaba pidiendo por las razones que él me dijo a mí, que era que lo acompañara en el primer aniversario de 18 de octubre, que lo acompañara en el plebiscito. Que necesitaba gente del Apruebo también, porque de lo contrario se iba a interpretar como una derrota del gobierno si el Apruebo ganaba por la cantidad que suponíamos que iba a ganar. Yo le creí en su minuto, con el tiempo me he ido convenciendo de que fue una operación para sacarme de la primera línea, en un momento que era incómodo, porque apoyaba el 10%, las reformas.

– Estaba bien aspectado en las encuestas, también…

Muy bien aspectado. Finalmente, con harta tristeza uno termina constatando que fue una operación política más que lo que el Presidente me dijo en su minuto. Eso se lo reprocharé a Piñera. Pero el paso por el Ministerio de Defensa para mí fue una experiencia muy bonita, de la que aprendí mucho, estoy orgulloso de haber sido ministro de Defensa. Claro, uno dilapida el capital político-electoral, eso es efectivo, pero yo estuve dispuesto hacerlo por las razones que me esgrimió el Presidente. Lo que uno termina constatando es que esas razones no eran las verdaderas y que había otras detrás.

– ¿Se lo han dicho personas del gobierno?

No, pero ya tengo más que constatado el que no fueron las razones. Pero ya es pasado eso.

Oposición a Boric

– ¿Cómo queda posicionada la centro derecha después de este segundo gobierno de Piñera?

La derecha queda súper fracturada. El sector está fracturado desde octubre de 2019 y hay heridas que no han sanado, al revés, hay gente que se dedica todos los días a tratar de mantenerlas abiertas. Un sector de la derecha más dura extremó sus posiciones. Con el otro sector, en el que yo siento que me encuentro, hemos tenido una verdadera montaña rusa de conflictos que hasta ahora no se han solucionado. Se ha faltado el respeto, se ha intentado imponer una posición sobre las otras y espero que la centroderecha, con lo que va pasar en los próximos meses, se de cuenta que lo que necesitamos es reconocer que hay más de una derecha y no volver a cometer los mismos errores. Los que pretenden la hegemonía, poner el zapato encima. O entenderán eso o aquí vamos a pasar peleándonos los próximos 20 años.

La derecha queda muy dañada después de este gobierno, la ciudadanía identifica a la centro derecha -por culpa de los más dogmáticos- como un sector que no está dispuesto a los cambios, que no tiene sensibilidad social. Eso va a costar sacárselo, porque está muy en la retina de la ciudadanía. Lo que escucho de decenas de personas es eso: el gobierno, la derecha, defiende a empresarios, intereses, no le importó la gente en su minuto. Eso es triste, porque no se justifica. Somos muchos los que no estamos en esa parada. Sí hay muchos que defienden intereses, que reciben el llamado telefónico del mecenas y toman decisiones, no solo de la derecha. Que estaban por el Apruebo, recibieron el llamado correspondiente y se cambiaron al Rechazo de un día para otro. En lo personal, estoy medio cansado con esta discusión de derecha-izquierda, la gente también está aburrida. No sé que irá a pasar en lo que viene, pero de que quedamos dañados no hay dudas y buena parte de la responsabilidad es del Presidente y del gobierno.

– ¿Qué expectativas tiene del gobierno de Gabriel Boric?

Me tiene hastiado la lógica de que si el gobierno es de izquierda lo reviento o, como dijo el secretario general de RN, lo «atrofio». Esa lógica de Diego Schalper le hace mucho daño a la política en general, porque por supuesto lo aplaudió todo el bloque duro y él quedó feliz. Pero, ¡por dios que le hace daño a la política! Porque la gente dice «para qué queremos partidos políticos si lo que van a hacer eso», como el perro y el gato peleándose todo el día, sin buscar soluciones a nuestros problemas. Yo creo que a este gobierno le va a ir bien. Tiene un proceso difícil por delante porque la situación económica del país no es buena, no sabemos en qué va a derivar la guerra en Ucrania, qué va a pasar con la pandemia. Pero ha designado buenos ministros. Debería irle bien mientras que el gobierno entienda y no cometa el error que cometió Piñera 2. Cuando pasó de primera a segunda vuelta se asustó Piñera, empezaron a hablar de la «clase media protegida» e hicieron una serie de propuestas. Ganó y se olvidaron de todo lo que había propuesto entre primera y segunda vuelta. Primó la idea de los Larroulet y compañía, de la UDI dura, de RN duro, de que «aquí hagamos las cosas que nosotros creemos correctas y punto”. Espero que el nuevo gobierno no caiga en el mismo error y no crea que todos los votos que sacó en segunda vuelta le permitan un cheque en blanco. Es necesario tener humildad y ser capaces de entender el momento que estamos viviendo. El Presidente Boric es líder de la coalición de gobierno, pero también es líder de la colación que tiene el sartén por el mango en la constituyente, también influye ahí. Espero que el gobierno no diga “oiga yo no me meto”, porque nos estamos jugando el destino de Chile en los próximos 50 años.

– ¿Qué opina de los cuestionamientos de su sector al rol que podría tener el PC en el gobierno?

Si uno ve el rol de PC en los últimos años -por supuesto tengo diferencias con ellos-, no es un partido que haya estado destruyendo o bloqueando. Estuve en la Comisión de Defensa con el diputado (Guillermo) Teiller y siempre fue un aporte. Conocí el trabajo de Camila Vallejo y de Karol Cariola en una serie de iniciativas, algunas las compartí y otras no, pero yo no veo el «cuco» que algunos plantean. Uno no está de acuerdo con ellos por supuesto, pero eso es la discusión política. Jadue tenía propuestas que yo no comparto, pero también tenía una serie de cosas muy razonables. Hay que ver qué va a primar, si los «Jadues» o (Hugo) Gutiérrez, que lo veo tan exacerbado, maximalista, confrontacional. Cuál va a ser el espíritu que va a primar en el PC, el de Jadue, Vallejo, Cariola o el de los «Gutiérrez». Espero que prime el primero, dependerá de ellos si son un aporte al próximo gobierno.

– ¿Ha conversado con Maya Fernández respecto al rol en Defensa?

La felicité, estuve con ella en el cambio de mando del Ejército. Tenemos diferencias políticas, pero nos respetamos y le tengo aprecio, la admiro mucho porque es una política muy capaz y creo que va a tener una buena gestión. Tampoco creo que un subsecretario comunista sea el «acabo de mundo», como algunos pretenden. Hay que dejarlo trabajar.

– ¿Qué consejos le daría a la ministra?

Creo que no necesita mis consejos. Ha sido presidenta de la Cámara, ha tenido tanta trayectoria política o más que yo, así que no. Desearle éxito, no más.

– ¿Cómo ve su futuro en la política? ¿Cuáles serán sus próximos pasos?

No me proyecto mucho en la política hoy día. Creo que si puedo ayudar en la formación de jóvenes, de mujeres, líderes sindicales -que la derecha siempre ha estado al debe en eso- con una mirada que es la que yo defiendo, un social-cristianismo solidario. Sobre todo me siento responsable por el proceso que se inició el 15 de noviembre. Un mensaje a todos los que nos tratan de traidores, de haber entregado la constitución: primero, ninguno de esos estuvo en la calle en su minuto, estuvieron escondidos debajo del catre y hoy día nos gritan. Estoy muy tranquilo con mi conciencia porque, a diferencia de esos que estuvieron escondidos, yo estuve donde las papas quemaban y firmé un acuerdo que me parece que es un buen acuerdo y lo volvería a firmar. Me la jugué por el Apruebo y volvería a votar a Apruebo, no lo dudaría un segundo. Por eso me siento responsable, todos los que ayudamos a que se produjera este encauce de las demandas ciudadanas tenemos que tratar de ayudar para que la Convención llegue a buen puerto. He conversado con varios convencionales del sector, también de centro izquierda y de izquierda, todo en privado, para dar opinión, y voy a tratar de ayudar ahí reservadamente.

– Ha dicho que estaba pensando en abandonar RN, además hay notas de prensa que sostienen que el PRI lo estaría sondeando respecto al refichaje que tienen que hacer. ¿Se queda en RN?

Es una decisión que voy a tomar este mes. No me siento cómodo con la lógica de la actual directiva y no me interesa hacer daño a RN, por lo tanto es una definición que voy a tomar en estos días. Ahora, no es que yo vaya a entrar al PRI si es que me salgo, no está dentro de mis planes. Mi aporte ahora es tratar de invitar a la gente de centro derecha que de verdad tenga fibra social, o por lo menos la que yo valoro, a que construyamos una alternativa desde el centro quizás, a la centro derecha, o más allá de las izquierdas y las derechas. Que busque instalar conceptos como el social-cristianismo, la solidaridad, como ejes de la política, pero en serio, porque hay muchos que dicen que son social-cristianos, pero la verdad es que uno los ve votar en el Congreso y de social-cristianos tiene el puro discurso. No sé si me voy de RN, es una decisión que voy a tomar a más tardar a fin de mes y que aún me tiene meditando.

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