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Entre astros y algoritmos: El pulso astrológico del desarrollo de la Inteligencia Artificial

Por: Paola Cruz | Publicado: 01.03.2024
Entre astros y algoritmos: El pulso astrológico del desarrollo de la Inteligencia Artificial Inteligencia artifiical robot | Pantallazo
Un ciclo interesante de observar es el de Júpiter-Urano, que inicia siempre con una conjunción, tal como ocurrirá el 20 de abril de este año. Este fenómeno celeste es de especial interés para comprender los eventos actuales y futuros en el ámbito de la inteligencia artificial (IA), cuestión que desglosaré a continuación.

Un evento celestial marca hitos clave en la evolución de la inteligencia artificial: desde los principios matemáticos hasta el cine de ciencia ficción y el lanzamiento reciente de lentes de realidad aumentada, todos están entrelazados con la próxima conjunción Júpiter-Urano del 20 de abril, destacando una profunda relación cósmica con el avance tecnológico y cultural de nuestros tiempos.

La mayoría de las personas relaciona la astrología principalmente con horóscopos generales según el signo zodiacal; aquellos con una comprensión más amplia conocen la profundidad de las cartas astrales; y una porción muy acotada de la población sabe del vínculo profundo entre análisis astrológico y los acontecimientos sociales y ambientales.

Esta antigua práctica se sustenta en la observación meticulosa de los cuerpos celestes y su influencia en la dinámica terrestre: estudiando desde cambios meteorológicos, hasta transformaciones socioculturales y revoluciones políticas.

La astrología política, o mundana, proporciona una perspectiva sobre los ciclos de la historia, amalgamándolos a los movimientos de pares planetarios, como si estos fueran relojes cósmicos que marcan el ritmo de los sucesos.

Un ciclo interesante de observar es el de Júpiter-Urano, que inicia siempre con una conjunción, tal como ocurrirá el 20 de abril de este año. Este fenómeno celeste es de especial interés para comprender los eventos actuales y futuros en el ámbito de la inteligencia artificial (IA), cuestión que desglosaré a continuación.

Para algunos, la relación entre los avances tecnológicos y los ciclos de Júpiter-Urano puede parecer un campo de estudio marginal; sin embargo, el paralelismo entre estas conjunciones y la historia de la IA resulta fascinante y, a la vez, esclarecedora: las posiciones astronómicas no solo definen los tiempos del día y la noche o el crecimiento de las mareas; también existe un acoplamiento de los eventos macrosociales con los tiempos planetarios.

Sistema simbólico y la metáfora Júpiter-Uraniana

La astrología, más allá de ser una herramienta de predicción exacta, se entiende mejor como un marco simbólico que utiliza metáforas para desentrañar patrones y tendencias. Se trata de una vía para la introspección y el reconocimiento de los ritmos que se tejen a través de nuestra existencia individual y colectiva.

Dentro de este enfoque, los eventos celestes no se describen como causantes directos de los sucesos terrenales, sino como reflejos o señales que nos ayudan a profundizar en el entendimiento de nuestras experiencias.

En esta narrativa cósmica, Júpiter es el símbolo de la expansión y la fortuna, vinculándose con el crecimiento personal, la comprensión filosófica de nosotros mismos y de la realidad, así como las visiones de futuro.

Urano, por su parte, representa a la tecnología, el cambio y la innovación, asociado con la ruptura de lo convencional y el nacimiento de nuevas ideas.

Este diálogo celestial, especialmente intenso durante estas conjunciones, marca periodos de avance tecnológico significativo, propiciando la innovación, el progreso intelectual y una nueva visión sobre el futuro y la capacidad inventiva humana.

Para ejemplificar la relación entre el ciclo Júpiter-Urano con los sucesos terrenales, utilizaré las últimas nueve conjunciones, que han estado distanciadas por catorce años entre ellas. Si bien las manifestaciones sociales de estas conjunciones son variadas, en esta ocasión voy a enfocarme en su vínculo con el desarrollo de la IA.

De ‘Problemas de Hilbert’ a asistentes virtuales

Conjunción de 1900: Aunque el concepto de inteligencia artificial no estaba aún definido, este año marcó un hito decisivo para las matemáticas con la presentación de los ‘Problemas de Hilbert’. Este conjunto de 23 desafíos no solo catalizó la formalización de la disciplina, sino que las soluciones halladas posteriormente fueron esenciales para la teoría de la computación.

Conjunción de 1914: En las vísperas de la Primera Guerra Mundial, se presentó ante el público parisino «El Ajedrecista»: una maravilla mecánica, que concretó el sueño humano de construir una mente artificial. Este autómata no solo jugaba ajedrez, sino que también insinuaba un futuro donde las máquinas podrían pensar.

Conjunción de 1927-1928: En estos años, nacieron mentes que serían faros de la IA, como Minsky y McCarthy. Esto es relevante, porque quienes nacieron en estos años portan en su vida la influencia de esta conjunción. Además, si bien, aún no existía la inteligencia artificial, en 1927 se estrena «Metrópolis», la primera película que abordó la problemática de los robots con imponentes imágenes y preguntas éticas. El filme capturó la imaginación colectiva, presentando una visión del mañana donde la humanidad y la máquina se entrelazan.

Conjunción de 1941: En medio de la tormenta de la guerra, Konrad Zuse creó ‘Z3’, la primera computadora programable y completamente automática.

Conjunción de 1954-55: Este periodo se alzó como un amanecer de la inteligencia artificial, viendo el nacimiento de la traducción automática entre idiomas. Además se redactó la Propuesta de la Conferencia Dartmouth, donde se plantea que cualquier proceso intelectual puede ser replicado por una máquina.

La Declaración de la Conferencia señalaba: “se intentará averiguar cómo fabricar máquinas que utilicen el lenguaje, formen abstracciones y conceptos, resuelvan las clases de problemas ahora reservados para los seres humanos, y mejoren por sí mismas”, lo cual, es una tesis que sigue siendo controversial.

Conjunción de 1968-1969: Con esta conjunción se estrena la famosa película «2001: Una odisea del espacio», que proyecta la visión y los miedos colectivos sobre la inteligencia de las máquinas. Mientras tanto, la comunidad académica celebraba la Primera Conferencia Internacional Conjunta de Inteligencia Artificial (IJCAI) en Stanford.

Simultáneamente, en 1969 Marvin Minsky y Seymour Papert publicaron «Perceptrons», un libro que criticaba severamente los modelos de redes neuronales de la época, lo que llevó a una disminución en la financiación y el interés en la investigación en esta área.

Conjunción de 1983: Luego de años donde la IA no tuvo financiamiento, y meses antes de la conjunción, Japón lanzó un programa para crear ‘Sistemas Informáticos de Quinta Generación’, incitando una carrera hacia el horizonte de la inteligencia artificial. En respuesta de ello, en 1983, el gobierno de Estados Unidos empezó a financiar la investigación de la IA a través de una iniciativa de computación estratégica, con el objetivo de desarrollar máquinas que «verán, oirán, hablarán y pensarán como un ser humano».

Conjunción de 1997: El mundo observó asombrado cuando Deep Blue de IBM desafió la supremacía humana en el ajedrez, al derrotar al entonces campeón mundial de ajedrez, Garry Kasparov en un juego rápido, marcando un antes y un después en la percepción de la capacidad de las máquinas.

Este año también fue testigo del nacimiento del LSTM, cimentando las bases del aprendizaje profundo.

Conjunción de 2010-11: La inteligencia artificial se coló en los hogares con el nacimiento de asistentes virtuales, transformando la vida cotidiana y anunciando una nueva era de interacción hombre-máquina: primero fue Siri de Apple, luego se sumaron Cortana de Microsoft, Alexa de Amazon, y Google Assistant, mientras que las empresas comienzan a incorporar tecnología de asistente virtual en su servicio y soporte al cliente.

Además, en 2011, se creó Google Brain como el estandarte de una revolución en ciernes. Además, la supercomputadora Watson de IBM gana el programa de juegos de televisión llamado Jeopardy.

Cada conjunción Júpiter-Urano parece marcar hitos de nuevos proyectos relevantes para la computación o la IA, o bien, una actualización sobre la imagen colectiva que tenemos sobre los alcances de la tecnología. Estos momentos no solo reflejan avances tecnológicos, sino también un viaje filosófico y cultural hacia la comprensión de lo que significa la inteligencia y la consciencia.

Sobre la próxima conjunción Júpiter-Urano en abril de 2024

Desde el debut de Chat GPT-4 en marzo de 2023, la inteligencia artificial ha evolucionado de ser un tema meramente académico y técnico a convertirse en un asunto de interés general para una amplia gama de personas.

Aunque este avance se produjo 13 meses antes de la próxima conjunción Júpiter-Urano, podría tratarse de una antesala de eventos más significativos que se van a expresar en estos meses, tal como ocurrió en el año 1982.

En aquel año, Japón realizó inversiones estratégicas en tecnología un año antes de una conjunción, desencadenando una respuesta posterior de Estados Unidos, al siguiente año, que revitalizó la investigación y el desarrollo en el campo.

Observando las noticias recientes, se aprecia una tendencia hacia la formación de alianzas entre empresas tecnológicas, especialmente en la aplicación de la inteligencia artificial a la telefonía móvil.

Por otro lado, Microsoft, ha anunciado la apertura de sus modelos de IA, invitando a los países a desarrollar sus propias economías digitales, por lo que los próximos meses serán cruciales para comprender el verdadero impacto de estas iniciativas. Además, el reciente lanzamiento de lentes de realidad aumentada apunta a una posible transición de los teléfonos móviles hacia dispositivos tecnológicamente superiores.

Esta época, impregnada de la innovación uraniana, se caracteriza por un asombro mezclado con ansiedad ante la velocidad de los cambios, un sentimiento que probablemente perdurará durante los próximos meses o incluso un año.

En medio de este torbellino de innovación, nos encontramos en un momento ideal para reflexionar, a modo jupiteriano, sobre cuáles serán los principios que enmarcarán el uso de esta tecnología: la IA podría ayudarnos a resolver una infinidad de tareas tediosas, permitiéndonos ocupar el tiempo en trabajos más estimulantes y creativos; sin embargo, también podría facilitar la instalación de complejos sistemas control y manipulación de masas por parte de gobiernos o monopolios tecnológicos.

El asunto es lo que ocurra durante estos meses irá moldeando nuestra visión sobre los alcances que la Inteligencia Artificial tendrá durante los próximos 14 años; hasta cuando haya una nueva conjunción planetaria.

Paola Cruz es cientista política y astróloga.
IG: @paola.astral

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