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Belika Rubik: “Me encantaría estar en un panel de política debatiendo en drag”

Por: Wilson Nanculef | Publicado: 04.02.2021
Belika Rubik: “Me encantaría estar en un panel de política debatiendo en drag” Belika Rubik. Fotografía de Kike Palacios (@kpfotografiachile) |
La artista drag nacional Belika Rubik volverá como jurado en Versus Drag Queen, programa de YouTube que ganó en su primera edición.

A mediados del 2017 Belika Rubik se coronó como la primera ganadora del concurso Versus Drag Queen, una competencia de transformistas transmitida por YouTube que le dio un espacio de difusión y visibilización a muchas drags en la escena nacional.

Desde entonces la artista ha sabido conquistar diferentes espacios, como discotecas, redes sociales e incluso la televisión, siendo destacada por su propuesta y su imponente imagen. 

Belika volverá como jurado residente en la nueva temporada de Versus pronta a estrenarse. Mientras tanto, la artista se concentra en sus propios proyectos.

Te invitamos a leer esta entrevista donde la artista relata en primera persona su rol como jueza, lo que es ser Drag en pandemia y el actual abandono de las artes en el país.

  • Versus: de ganadora a jurado residente

-La verdad es que no me costó tomar la decisión, primero porque Versus me dio a plataforma para mostrarme. Entonces tomo esto como la mano de vuelta y apoyar el proyecto, ya que permite a otras drags mostrarse, siendo de las pocas oportunidades o plataformas que tenemos.

Se echaba de menos el proyecto y aparte yo lo paso super bien, es super entretenido ser parte de esto. Más que ser juez, lo veo como una plataforma para mostrarme y segundo, aportar –con lo poquito y nada que he aprendido, que ha sido de forma super autodidacta– a personas que están partiendo.

Esto no es como la juez que dice “la ropa te queda mal”, sino que dar herramientas que me hubiese gustado a mí me dijeran cuando comencé en el drag. Es una forma de devolver la mano a todas esas personas que te ayudan, así que super feliz, porque me llamaron de la producción y fue como “por supuesto, acepto”. Versus fue la plataforma que permitió mostrarme, entonces siempre voy a tener ese apañe transversal con ellos.

  • El arte del drag en pandemia

-Es horrible, porque tenía la costumbre de todos los fines de semana tener algún evento, algún programa, preparar algún look para la semana. Entonces con la pandemia fue parar en seco, porque lo primero que murió fue precisamente lo que hacemos: todo lo que es la entretención. Al mismo tiempo creo yo, es justamente lo que nos ha permitido en tiempos de pandemia sobrellevar de mejor forma el encierro. Es muy contradictorio que se vea a la cultura como algo que no es primera necesidad, sabiendo que cuando estuvimos encerrado todos pudimos sobrellevar esto viendo YouTube, Netflix, escuchando música.

Cuando al comienzo de la pandemia comienzan a cerrar los locales es como venir a 200 por hora y frenar de la noche a la mañana, ver tus ingresos bajar, ver cómo te reinventas. Yo creo que el ambiente drag es super resiliente, siempre buscas formas de seguir en contacto con la gente porque somos super desechables al final del día. Te desapareces de las redes y mueres socialmente, como pasó con muchas que no siguieron haciendo cosas y hasta la vista; veamos cuándo irán a aparecer de nuevo.

  • Innovar para adaptar

-Fui experimentando, aprovechando sobre todo las redes sociales. Hoy en día estamos en esta generación que nos permite estar hiperconectados con videollamadas, con los videos de YouTube. Pasamos de lo análogo, que es la performance en un escenario con la gente, a tener que transmitir lo mismo a través de una pantalla, con un alcance distinto.

Era super triste, a mí me pasó muchas veces al principio de la pandemia cuando estábamos encerrados y teníamos que hacer un Live. Estás con toda esa energía, pero vestido de la cintura para arriba y abajo estás con calzoncillos y zapatillas haciendo un show y apagas la cámara y era como la escena del payaso triste, solo en tu casa con una botella de vino diciendo y “¿ahora quién me da ánimo a mí?”.

Fue super agotador psicológicamente. En un momento dejé de hacer los lives porque me agotaba tener que estar bien para el resto, cuando yo también necesitaba resolver mi vida diaria. Desde lo cotidiano, como pagar el arriendo, hasta sobrellevar el encierro solo en tu casa, sin poder ver a tu familia, a tus amigos y un sinfín de cosas. 

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Además, fue todo muy Art attack, es decir, trabajar con lo que tienes,  ya que estaba todo cerrado, entonces ver qué cosas tenías a la mano para confeccionar algo y darte cuenta que no tenías una laca… Ahí había que hacer un engrudo, o para un vestido, sacar cortinas viejas y así reinventarse. Además, comienzas a ver para el lado y te das cuenta que ahora todas se habían armado un escenario, las luces, el aro de tiktok, que yo creo que se disparó la venta y todas pasándose el dato “oye aquí lo encontré 10 lucas más barato” y todas comprando el mismo aro. A todas se nos echó a perder el mismo día, pero fue necesario porque al final es nuestra pega y nos gusta lo que hacemos, más allá de si reporta o no dinero.

Después más adelante apareció el tema de los tips, que es algo muy gringo, pero igual se dio, que es cuando te dan propinas por tu show a través de transferencia. Entonces ahí toda la gente conoció nuestros nombres de civil, nuestros RUT y fue también como exponerte, pero era la única forma. 

Esto igual tuvo su peak y luego bajó. Por ejemplo, cuando estábamos encerrados te metías a Instagram y todas haciendo lives, como que cambiabas de canal. Nos permitió juntarnos entre compañeras, ya que nuestro ambiente siempre ha sido super segmentando. 

  • El abandono de las artes 

-Aquí se valora mucho más comprar unas zapatillas que ir a ver una obra de teatro. Tenemos que entender que somos una sociedad super capitalista, que todo es la venta, la transacción, dejando de lado ese aspecto más humano que son las emociones, ya que hoy todo es transable monetariamente.

No tenemos una cultura como tal de no sé, una Rusia imperial con el ballet Bolshoi cuando era un espectáculo ser parte del ballet en San Petersburgo o la Scala de Milán. Acá no está esa cultura, tenemos algo mucho más desde el consumo de mall, de lo rápido, de lo desechable, entonces el tema cultural es como “me tienen que entretener, pero no voy a invertir en ese producto”. No es como en Argentina y los teatros, las revistas con temporadas completas y que se repiten, acá las obras de teatro son a pulso y hay otras a las que les va mejor porque quizás son más comerciales, pero tiene que ver con un tema de sociedad.

  • El arte del drag

-Se tiene que entender que hay un trabajo detrás en el teatro, la danza, el cine y el drag que también es un arte escénico. Es un trabajo con disciplina, que tiene constancia, que tiene ética y un sinfín de cosas, no es llegar y maquillarse. Se debe poner valor a eso, que también es una responsabilidad nuestra en cómo lo hacemos valorar. Es decir, tomarse otros espacios, siendo el desafío que se viene para nosotros, pero tiene que haber un cambio cultural, que se podría lograr si remamos todos para el mismo lado, pero vivimos en una sociedad tan egoísta que solo importa “lo que yo estoy haciendo, no el bien común”. 

Aquí falta la concepción del bien común. Por ejemplo, nunca nos hemos juntado todas las Drag Queen, los Drag King, las transformistas, y hacer este ejercicio de conversar sobre qué queremos en nuestra disciplina. Todos hacemos esto como un hobbie que se profesionalizó ante la necesidad de trabajo, ya que no tenías más que hacer, no tuviste el privilegio de estudiar. Entonces sería entretenido poder como gremio conversar e intercambiar opciones, cosa que se ha logrado un poco, con la irrupción del drag con un ambiente más político mostrando que es posible vivir de esto. Somos muy pocas las que damos boletas cuando trabajamos, el resto trabaja en negro: trabajo hecho, trabajo pagado y te quedas sin previsión, sin salud, el local se cierra y te fuiste para la casa.

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El Drag ya es un arte y me encantaría que se pudiera profesionalizar aún más y ocupar otros espacios más allá de las discos. También existe mucho morbo, por ejemplo, cuando van a la tele, pero deben aprovechar ese morbo de la gente para entregar el mensaje, como el caballo de Troya. Es decir, basta que una entre, para que entremos todas. Las que somos más patudas debemos empezar a hacer cosas fuera del ambiente de la noche. Hay muchas transformistas que se están tomando las calles ahora de día, y están llegando a un público hetero que desconocía esto o lo veía desde la marginalidad. Ir tomando espacios es ir normalizando que todos vivimos en un planeta que se llama Tierra en un país que se llama Chile donde las expresiones pueden convivir armónicamente. Suena super utópico, pero es posible. 

Hay muchos discursos válidos que podrían aportar a la televisión, y no solo en un ambiente de noche y escenarios. A mí me gusta mucho el tema de los documentales, las revistas y el teatro. Me gustaría hacer una revista algún día y con plumas y todas las cosas o también me encantaría estar en un panel de política debatiendo en drag

Los espacios se van ganando de a poco y con patudez. Igual es cosa de tiempo, pero  la gente ya asocia el transformismo, el drag y empieza conocer que hay realidades detrás, que hay trabajo. Muchas veces debemos enseñar: “hola, soy persona igual que tú”, y con eso ir validándonos a través del trabajo y la propuesta que entregamos para poder salir del circuito de siempre. 

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