El domingo recién pasado falleció el reconocido actor y director de teatro Óscar Castro, a causa de complicaciones generadas por el COVID-19. Diversas organizaciones y personalidades ligadas al mundo teatral y político, tanto en Chile como en Francia, despidieron al artista.
Castro, que se encontraba radicado en Francia desde su exilio durante la dictadura, fue el fundador de la mítica compañía Teatro Aleph.
Dicha compañía nace a raíz de un proyecto de un grupo de estudiantes del Instituto Nacional y del Liceo 1 de Niñas, destacando por su innovación y su crítica social.
Entre los montajes más reconocidos en los que participó Óscar «cuervo» Castro se encuentran «¿Se sirve un cocktail molotov?» (1969), «Viva in-mundo de fanta-cía» (1969) y «Cuántas ruedas tiene un trineo» (1971).
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Luego del Golpe de Estado de 1973, Castro fue detenido por los militares y permaneció preso por tres años. Durante su tiempo en cautiverio, siguió haciendo obras dentro del campo de prisioneros. Lo liberaron en 1976, pero su madre, Julieta Ramírez, todavía permanece como detenida desaparecida.
Posteriormente, el actor fue exiliado del país y se radicó en Francia. Desde allí continuó su trabajo en el marco de Teatro Aleph, compañía que se mantiene vigente tanto en el extranjero como en La Cisterna.
En ese país, siguió su trabajo creativo con montajes como «El exiliado Mateluna» (1980) y «La noche suspendida» (1982). Labor por la que fue distinguido en 2018 como Caballero de la Legión de Honor, la más importante condecoración que Francia entrega a sus ciudadanos y extranjeros.