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“Antman y la avispa: Quantumanía”: otra muestra de la caída de Marvel

Por: Javiera Hojman | Publicado: 18.02.2023
“Antman y la avispa: Quantumanía”: otra muestra de la caída de Marvel Antman y la avispa_ Quantumanía | Antman y la avispa_ Quantumanía
Marvel ya no es para todos. No me refiero a su público objetivo, sino al público al que efectivamente llega: se convirtió en una eterna saga compuesta por series y películas con calidades variables, y desde hace un tiempo es muy difícil disfrutarlas de forma independiente.

La película Antman and the Wasp: Quantumania es una muestra de eso. Una de las pocas cosas interesantes que tiene es el potencial del villano para próximas películas y su vinculación con películas anteriores, pero como historia individual, deja muchísimo que desear. Para mi, que he visto gran parte de las películas de esta franquicia, es sin duda una de las peores.

La película sigue, por supuesto, al personaje de Scott Lang, el hombre-hormiga, que es parte de los Vengadores y que se caracteriza por su carisma y sentido del humor. Él, su pareja (“la avispa”), sus suegros y su hija, todos tienen trajes especiales que les permiten agrandarse y achicarse y adquirir una fuerza sobrehumana cuando lo hacen, además de comunicarse con las hormigas.

La trama sigue la línea de los últimos filmes de Marvel, sobre el mundo cuántico, la noción de los multiversos y los movimientos temporales como recurso para modificar la historia. En este caso, el foco está en la historia de la madre de Hope y los años que pasó encerrada en el mundo cuántico, como rebelde contra El Conquistador, una especie de dictador con superpoderes que convirtió ese universo en su propio imperio y pretende salir de ahí para destruir líneas temporales.

La estética de la película es una copia entre las primeras entregas de Star Wars y la reciente Dune. En ese sentido, tiene pocos recursos originales. Quizás hace diez años los efectos visuales habrían sido destacables, pero actualmente son más de lo mismo.

La música tampoco es muy interesante. El guion intenta tocar el tema de la importancia de la familia, la confianza y el sacrificio por los otros, y busca dejar un mensaje reflexivo sobre tener espacios para crecer, aprender y mejorar, pero queda muy corta. Para ilustrarlo se basa en clichés, y eso la vuelve un poco pretenciosa y bastante incompleta en su ambición.

Pese a lo anterior, el elemento más problemático son los personajes de apoyo. Desde un extraterrestre que exuda un líquido mágico y que sueña con tener agujeros, hasta la total ridiculización del villano de Ant-man 1, Darren, que es convertido en una especie de Humpty Dumpty, los comic relief no son cómicos, son simplemente tristes.

Hay un intento por volverlos interesantes e importantes para la trama, pero resultan simplemente patéticos, y es casi ofensivo que resuelvan conflictos utilizándolos. Su participación disminuye enormemente la calidad argumental de una película ya bastante mediocre en ese ámbito.

Además del potencial del villano para próximas entregas y su relación con entregas anteriores, hay que destacar el reparto de la película. Michael Douglas y Michelle Pfeiffer por si solos se lucen, tienen buena química entre ellos, y también con Evangeline Lilly. Paul Rudd desentona un poco, aunque probablemente es más por los rasgos de su personaje que por su calidad como actor.

De cualquier forma, esto no compensa lo lenta, insípida e incoherente que resulta el producto final. La película Ant-man 3 es directamente mala, y una nueva demostración de la búsqueda de Marvel por sacar entregas seguidas dejando de lado la calidad.

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