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Esto que te cuento es verdad: Encuentro sobre leyenda y cultura

Por: El Desconcierto | Publicado: 22.04.2021
Esto que te cuento es verdad: Encuentro sobre leyenda y cultura |
La señora que compró un perro en China; los jóvenes que protagonizan un amor prohibido; el matrimonio que compró una planta en Brasil; la familia que espantó al lobizón que invadió su gallinero; los chicos que encontraron una señora llorando en el shopping: todos, son leyenda. De esto y mucho más tratará el Encuentro sobre leyenda organizado por Eterno Maridaje Literatura y Narración Oral para este 22 y 29 de abril. Aquí una entrevista con Beatriz Irene Ortiz, quien estará a cargo de una parte del encuentro.

En un contexto actual en que el relato se expresa principalmente en imágenes, textos brevísimos y audiovisuales, pervive en los pueblos y en las ciudades, un fenómeno narrativo sobre hechos, fundamentalmente extraordinarios, que se relatan como si acabaran de pasar o que teniendo antigua data, siguen pasando en distintas circunstancias del cotidiano: las leyendas. 

El Proyecto Escuela Eterno Maridaje, ha preparado un nuevo seminario online, en torno a la oralidad y la literatura, llamado “Esto (que te cuento) es Verdad: Leyendas”. Quienes cursen el Seminario se encontrarán con la profundización de lo que hemos hablado, con narraciones orales en vivo, bibliografía sobre el tema y con más material sobre la leyenda y su vigencia en nuestra sociedad. En él junto a Beatriz Irene Ortiz, estarán Anabelle Castillo y José Luis Gallegos. Jueves 22 y el 29 de abril. En vivo por Zoom + Clase grabada + Bibliografía. 

De esto y más conversamos con la Profesora de Castellano y Literatura, docente especialista en Literatura Infantil y autora de libros de Educación y Literatura, Beatriz Irene Ortiz, con quien, desde su casa en Buenos Aires, reflexionamos acerca de esta expresión de la oralidad y la literatura.

-¿Podrías contarnos acerca de las leyendas y su capacidad de trascender en el tiempo y de actualizarse?

-Las leyendas son relatos mayoritariamente folklóricos, lo que quiere decir que son anónimos, que se transmiten oralmente y pertenecen a la comunidad que los creó y que elige seguir transmitiéndolos porque continúan sosteniendo significados relevantes para ellos. Por supuesto, el hecho de ser de todos permite que muten y se adecuen a características epocales contemporáneas al narrador y su público, aunque siempre hay un núcleo narrativo que no cambia demasiado. 

A esta característica de adecuarse a la época, propia del material literario folklórico, hay que sumarle que algunas leyendas nacen muchas veces de acontecimientos históricos importantes para la sociedad que se transforman en relatos. De esa manera se suman a la memoria colectiva con el “certificado” de verdad que también le pertenece a este tipo de narraciones y que los diferencia, por ejemplo, de los cuentos que siempre son considerados ficticios. O sea, que el material legendario está abierto a incorporar lo extraordinario en lo cotidiano y esto le permite actualizarse. 

En estas últimas décadas se ha reconocido la presencia de la leyenda en las ciudades, se las conoce como leyendas urbanas y se las ha empezado a recopilar, lo que permite ver la actualidad de sus argumentos que son muy variados, para dar algunos ejemplos, se pueden nombrar: video juegos diabólicos, el robo de órganos, la amenaza de los extranjeros y sus costumbres exóticas o seres extraordinarios que amenazan la vida de los ciudadanos como el hombre gato. Sin duda, este material revitaliza y actualiza la leyenda.    

La función de la leyenda en la cultura

¿Existen entonces dos tipos de leyendas?

-En realidad, existen distintos tipos de leyendas y hay una gran variedad de clasificaciones que normalmente remiten a su función dentro de una cultura, por ejemplo, explicativas, de origen o heroicas. Cuando hablamos de la dupla leyenda y leyenda urbana, ponemos el acento en su lugar de circulación y de origen, muchas de estas historias están relacionadas, se prestan personajes y protagonistas, aunque cambian los escenarios. Así sucede con la Llorona, que de vivir entre los cerros o en el campo y presentarse al costado del camino en la noche, para engañar a algún jinete desprevenido y subirse a la grupa del caballo para llevarlo a la muerte, aparece en los shoppings como una mujer que llora en la puerta de los baños y que cuando alguien le pregunta si la puede ayudar, ella lo lleva al baño de donde desaparece para siempre. 

Se puede decir que hay una relación dinámica entre la leyenda rural y la urbana que responde también a los movimientos poblacionales no solo entre el campo y la ciudad, también se produce con los inmigrantes y sus historias. En el barrio de Once de la ciudad de Buenos Aires, donde vive una comunidad judía muy numerosa, hay relatos sobre la existencia y andanzas del Golem, personaje legendario del pueblo judío.

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¿Qué relación tiene con el mito?

-La leyenda y el mito forman parte de la cosmovisión de un pueblo. Se puede decir que mientras el mito remite al génesis del universo, de lo divino, de la humanidad, las instituciones sociales y lo que regula a una sociedad como tal, en un tiempo y un lugar anterior a la humanidad, que se actualiza constantemente por medio del ritual; la leyenda trata de lo particular, el origen del carbón no de las plantas, el nombre de un lugar específico, la existencia de seres que no son humanos pero tampoco divinos como el hombre lobo o lobizón. Su tiempo es histórico, es el tiempo de los hombres y mujeres; sus escenarios son reconocibles y cercanos para el narrador y su público. La relación con el mito es de complementariedad, ambos forman parte de las creencias de un pueblo, son considerados verdaderos y además comparten muchas veces personajes. 

Sobrepasar el aquí y el ahora

¿Qué importancia tiene la leyenda en la cultura y qué opinión tiene de las leyendas tradicionales en nuevas versiones?

-La leyenda, como todos los relatos que circulan en una sociedad, permiten entre otras cosas, compartir un imaginario que da sentido a la realidad y al mismo tiempo construir un sentimiento de pertenencia al grupo que sobrepasa el aquí y el ahora. Cuando comienzan a recopilarse y fijarlas por medio de la escritura, necesariamente el pasaje de la oralidad a la escritura, las modifica y dependerá de las intenciones del recopilador que el resultado final respete o no al original.

El Mío Cid

Las primeras obras literarias de nuestra cultura registradas por la escritura, tienen su origen en mitos, epopeyas, cuentos y leyendas tomadas directamente del folklore. ¿Por qué registrar por escrito estas obras que durante siglos habían vivido en la memoria de los pueblos? Es muy probable que aquellos primeros recopiladores trataran de fijar en una forma única, obras que constantemente eran modificadas por el paso del tiempo, las modas, o los narradores orales que introducían nuevos detalles o puntos de vista. 

Para entender mejor el proceso, tomemos un ejemplo: si se elige a la Literatura Española, se puede analizar lo que pasó con El poema del Mío Cid (compuesto en +/- 1200). Sabemos que es una recopilación de poemas épicos, denominados romances, que circulaban por España sobre un personaje histórico, Rodrigo Diaz de Vivar, que en realidad era un pequeño noble castellano que trabajaba para los moros y los nobles cristianos cobrando impuestos. En el poema es presentado como un héroe de la reconquista, fiel a su rey y amante esposo y padre, pero en los romances que conviven con el poema, es un joven rebelde que se enfrenta al rey y tiene serios problemas en su hogar. Así que el poema escrito selecciona para perdurar en el tiempo lo que les interesa a los recopiladores: un héroe nacional, buen vasallo, fiel esposo y padre excelente que reclama por la honra de sus hijas ante el rey. El Cid se transforma en protagonista de un ciclo muy extenso de leyendas que perdura hasta nuestros tiempos y que incluso ha sido llevado al cine.

La fidelidad al texto oral marcará si la actualización es válida o es una recreación literaria que solo tendrá valor desde lo estético y no tanto desde la transmisión del material folklórico.

– ¿Cuál es la verdad de una leyenda?

-La verdad estará dada por el narrador y el público, que en la medida que sientan que el relato es verdadero y no hay dudas sobre él lo seguirán sosteniendo y transmitiendo. Los estudiosos e historiadores buscan otro tipo de verdad, tratan de comprobar si lo que se cuenta sucedió, si hay documentos o restos arqueológicos que las confirmen. Pero ahí se está aplicando otro tipo de validación que es ajena a lo popular y toma la leyenda como curiosidad o como fuente.

       

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