Ferias y festivales del libro para todos los gustos

El renacimiento de un evento librero como la FILSA es sin duda un hito del retorno a la presencialidad. Sin embargo, hoy en día son muchísmos más los festivales y ferias del libro que prometen reunir al público lector, más allá de las fronteras y de las envergaduras de sus ocasionales organizadores, entre los cuales hay organismos gremiales editoriales y municipios, así como librerías y fundaciones sin fines de lucro, o incluso juntas de vecinos y colectivos culturales. Diríamos incluso que hoy cualquier gestor con algo de ganas y redes puede armar una feria “internacional” gracias al zoom, en una suerte de “autogestión 2.0”.

El mes pasado, el octubre rojo del estallido, nos dejó algunas pistas de lo que vendría. El mes comenzó con el retorno a la presencialidad de la Primavera del Libro, que celebró su 11ª versión en el Parque Bustamante marcando tendencia por la visita del ilustre Presidente Boric.

 Octubre lo cerró el Festival de Autores de Santiago, FAS, que bajo el lema “Volvamos a encontrarnos” celebró su quinta edición, en el Centro Cultural Las Condes. La Primavera es organizada por la agrupación gremial Editores de Chile (donde convergen universidades y sellos como LOM, RIL o Cuarto Propio entre muchísimos otros). En cambio el FAS es de la Corporación del Libro y la Lectura (donde se reúnen los conglomerados transnacionales de mayor envergadura: Pengüin Random House y Grupo Planeta, entre otros).

Pero no dejemos aún octubre y anotemos: entre La Primavera y el FAS, a mitad del mes, el 14 y 15 de octubre, se desarrolló la Feria de Autores Latinoamericanos en Frankfurt, FALF CREA+, donde participaron en forma presencial, autores como el poeta e investigador rancagüino Pablo “Yeko” Aguilera, o la escritora santiaguina radicada en Alemania, María Angélica Muñoz Jiménez.

En alianza con la XII Semana Latinoamericana de Frankfurt, como antesala de la Buchmesse2022 Frankfurt Book Fair, que se desarrolló entre el 18 y el 22 de octubre, allá en Alemania, con España como país invitado. Un evento autogestionado más allá de las fronteras, con un chileno a la cabeza: el gestor y audiovisualista Giorgio Vargas. Frankfurt es relevante porque es la feria más importante a nivel planeta. No puedes desentender de ella. Ni la Primavera, ni el FAS podían toparse con esas fechas.

Ahora, regresando al país, habría que mencionar a la FILZIC, en Antofagasta, que orientada a un público juvenil e infantil, inauguró la temporada de noviembre con una serie de actividades nutrida y muy interactiva, llena de interacciones con los formatos digitales y de video juegos. Y una combinación impresionante de empresas y del sector público en la organización y convocatoria. Fue del 25 de octubre al 1 de noviembre. A todo Halloween.

Digamos a grosso modo entonces, que el retorno a la presencialidad está marcado por los efectos de la pandemia, que cuando no suspendió a unos, obligó a varios otros festivales y ferias editoriales a reinventarse en el formato remoto on-line, pero también pasó lo inverso: favoreció la multiplicación y nacimiento de otros tantos eventos de sello “internacional” gracias a la supresión digital de las distancias. El panorama, como podemos ver, es muy disímil y variopinto hoy en día. Vea usted cómo se nos viene noviembre, habiendo recién transcurrido una semana.

El sábado 5 de noviembre, en la Villa Olímpica de Ñuñoa, se desarrolló la 1era versión de la feria del libro independiente “Palabrea”, bajo el eslogan “en el territorio retumban las palabras”. Entre sus expositores se confundían editoriales y librerías, y entre sus actividades hubo conversatorios y talleres, música en vivo y teatro lambe lambe. Organizada por emprendimientos, colectivos y organizaciones vecinales de la propia villa, contó con la participación de poetas como Amanda Durán y Karo Castro, Óscar Saavedra y David Añiñir, y proyectos musicales como Saturna, Dr. Pez y Jirafa Ardiendo entre muchos otros.

Y es que Ñuñoa, esa comuna acusada de ser un reducto hipster, de contar con una especia de “sobre-oferta” cultural e intelectual, tiene efectivamente su propio Festival Internacional del Libro y la Lectura, FILL, instancia impulsada desde el municipio que se desarrolló del jueves 3 al domingo 6 de noviembre. Este evento es en el fondo la reformulación de la tradicional feria del libro de la comuna, que ahora, desde el 2021, se ha presentado como un festival internacional, y en esta segunda versión contó con España como país invitado y más de 60 stands de editoriales y librerías. Gracias al apoyo de la embajada y del centro cultural de España, participaron autoras y autores hispánicos como María Hesse, Rut Nieves, María Sánchez, Andrés Barba y David Aliaga.

El mismo fin de semana, es decir el 4, 5 y 6 de noviembre, en el MAC de Quinta Normal, se desarrolló “Impresionante”, feria de proyectos impresos que se realiza desde 2016 bajo el eslogan “imprimir es resistir”. Talleres y acciones de arte más que meras exposiciones, ejecutadas en paralelo en múltiples espacios, reuniendo a más de 90 proyectos editoriales y colectivos de arte gráfico de Chile y Latinoamérica.

Ahora, este miércoles 9, jueves 10 y viernes 11 de noviembre, en la Universidad de la Frontera, se desarrollará la 1era Feria de Editoriales de Temuco, FEDITT.UFRO, evento organizado por la biblioteca central de dicha casa de estudios superiores, y que reúne a sellos editoriales del centro y sur del país bajo el eslogan “curar la palabra”, con talleres y charlas para público escolar y actividades formativas con inscripción previa.

En las mismas fechas, pero en Valparaíso, tendremos la 10ª versión del Festival Internacional de Poesía de Valparaíso “A Cielo Abierto”, con actividades siempre gratuitas como la lectura en trolebuses con micrófono abierto para los asistentes, las intervenciones en cerros y plazas y los recitales nocturnos en lanchas desde el Muelle Prat. Del miércoles 9 al sábado 12 de noviembre.

Este es el contexto amplio en que renace la FILSA, la Feria Internacional del Libro de Santiago, una feria organizada desde los años 80 por la Cámara Chilena del Libro, entidad de la que se han escindido poco a poco los sellos editoriales y que agrupa hoy en día principalmente a librerías y distribuidoras; que ha sido cuestionada por múltiples causas, una de las cuales es sin duda su liderazgo, que ha recaído de manera casi vitalicia en el mismo hombre, Eduardo Castillo. Y ni mencionar el hecho de que uno de sus dirigentes se vio involucrado en un bullado operativo policial contra la piratería en calle San Diego. Y vale la pena recordar que FILSA no se suspendió por la pandemia, sino antes: fue el estallido del 2019 el que inició el paréntesis de 3 años que hoy llega a su término.

Sin duda es un hito que alegra a los miles de chilenos y chilenas que acuden a la Estación Mapocho como a un ritual. Porque la FILSA, que fuera en su momento considerado el “evento cultural más importante del país” (en palabras del ex ministro Ottone inaugurando la versión del 2016), cuenta sin lugar a dudas con ese background. Es el evento del sector librero -ya no podemos decir editorial- con más trayectoria. Por eso se realizará del 11 al 20 de noviembre en su tradicional emplazamiento en Estación Mapocho, con su también tradicional y cuestionado cobro de entrada. Aunque haya para el público lector, decenas de alternativas que como hemos visto, nutren el calendario con ofertas de un amplio abanico.

Y eso que no nos hemos adelantado, porque a la vuelta de página, en diciembre, vendrán la FILVA en Valparaíso y la Furia en el GAM. De modo que no hay excusas para no encontrarse con los libros, con los autores y autoras, con proyectos libreros y editoriales o con algunas de las cientos de iniciativas que conforman el larguísimo etcétera de una familia que sigue creciendo.