Santiago Aguilera |
«El niño y la montaña» se ha convertido en el cortometraje más premiado en la historia del cine chileno, pavimentando con laureles una carrera cuya meta son los premios Óscar 2022. Méritos no le faltan, pues a la fecha acumula más de 86 premios y más de 250 selecciones. La obra, dirigida por Santiago Aguilera, fue desarrollada por el estudio de animación chileno Poston Digital Arts.
El director de El niño y la montaña, Santiago Aguilera, se refirió al éxito internacional de la obra, a su origen y a la participación en el 10º Festival Chilemonos este mes de julio. El cortometraje podrá ser visto exclusivamente entre el 14 y el 18 de julio en OndaMedia.
El niño y la montaña trata de la historia de Hernán, un soñador niño que tiene problemas en la escuela, por lo que sus padres le piden más esfuerzo y sacrificio, haciendo que deje de lado su imaginación, pero en su camino al éxito profesional, se reencontrará con sus sueños de infancia y se dará cuenta que aún tiene importantes metas que cumplir.
El corto está ambientado en Osorno, Valparaíso y la vida salvaje en las montañas, y se basa en hechos reales. El libro Las montañas que llevamos dentro, del speaker y montañista chileno Hernán Leal, fue el punto de partida e inspirador del corto. En una primera instancia, pensado como apoyo audiovisual para complementar el trabajo social que hace Leal, dando charlas motivacionales a niñas y niños en escuelas rurales del país.
Luego de 15 meses girando por más de 40 países alrededor del mundo, El niño y la montaña tendrá una primera exhibición en Chile en el marco del 10º Festival Internacional de Animación Chilemonos, uno de los certámenes más importantes del continente en el género, pues es calificador para los premios Óscar. El cortometraje podrá ser visto, junto a todo el resto de la competencia, a través de la plataforma nacional Ondamedia.
Los países donde más premios acumula son Estados Unidos e India, pero en su recorrido también hay otros como Francia, España, Rusia, Reino Unido, Canadá, entre muchos otros donde ha representado de manera exitosa a la industria cinematográfica y de animación nacional.
En Latinoamérica el cortometraje también está destacando, pues a la selección en Chilemonos, se suman dos premios obtenidos en México el mes pasado en el 6º Festival de Cine Oro Negro y el 14º Festival Internacional de Cortometrajes UVAQ, en Morelia, además de dos importantes selecciones en festivales Brasil y Colombia en septiembre.
Conversamos con Santiago Aguilera, sobre el origen de la historia, el desarrollo del proyecto y las expectativas que tiene para el futuro de este cortometraje nacional que sigue acumulando premios.
-¿De dónde viene la historia de El niño y la montaña?
Creo que lo primero es entender que esta pieza no siempre estuvo pensada así como se ve. Viene desde una persona, Hernán Leal, un emprendedor que desde hace varios años agarra su camioneta y coordina reuniones en colegios rurales y se pasa un mes dando vueltas y haciendo charlas a niños, niñas y jóvenes, contando su historia personal y motivándolos a soñar en grande. Cuando conversamos del corto, nos dijo que lo necesitaba para llamar la atención de los niños en sus charlas, para usarlo como herramienta de mediación.
Hicimos una primera versión con música super punchi, con un narrador que estaba todo el rato explicando, para que los niños aprendieran, era más que nada un complemento. Luego dijimos “bueno, ahora hagamos una pieza artística para presentar en festivales”. Ahí le modificamos varias cosas: el narrador, cambiamos la música y al final fue una pieza mejorada.
-¿Cuál fue el mayor desafío en el desarrollo del proyecto?
Bueno, como en todo proyecto de estas características, los plazos siempre son un desafío, pero también fue que nos costó encontrar a algunos artistas específicos para algunas artes, personas que no teníamos dentro del equipo de Poston. A veces cuesta encontrar el talento, pero lo resolvimos y encontramos profesionales de primer nivel.
-¿Qué características tiene el trabajo de animación del cortometraje?
Tratamos de representar ciertas zonas particulares de Chile, de mostrar el territorio y las montañas también, son todas reales, hechas con mattepainting, que es pintar digitalmente una obra, basándose en una foto, entonces usamos imágenes reales de las montañas, del Aconcagua, el Kilimanjaro, el Denali y el Everest.
También quisimos dejar una representación muy clara de Valparaíso, con las escaleras, los pasajes, el trolebus. Eso es bonito, porque una obra que está dando vueltas por todo el planeta, muestra estas postales icónicas del país.
-¿Esperaban alcanzar el éxito que ha tenido el trabajo en el extranjero?
No, y nos alegra que suceda no solo por nosotros, sino que por todos los que trabajan haciendo animación y cine en general en Chile, porque estamos haciendo industria, mostrando a Chile en más de 40 países. Esperamos que este recorrido que está haciendo El niño y la montaña sirva para abrir espacios a más cineastas chilenos en el mundo.
Además, nos interesa mucho seguir aportando a la creación de industria, contribuir a abrir más puertas para la animación chilena.
-¿Cómo ve el desarrollo de la producción de animación o de género infantil en Chile y Latinoamérica?
En la medida que se vayan generando obras exitosas, más personas verán que la animación puede ser una profesión y puedes hacer algo que te gusta, pero para eso debe desarrollarse. De todas maneras, sentimos que en Chile hay un buen trabajo en el área de animación, tenemos un calificador a los Oscar como es Chilemonos, lo que habla de que hay respeto por quienes hacemos animación en el país.
Además tenemos premios y proyectos comercializados, pero aún queda mucho por hacer, estamos recién partiendo, aún tenemos que consolidar una industria de animación estable a nivel regional e internacional.
–Hay piezas de animación para adultos o para infancias, pero este cortometraje enlaza ambos públicos, ¿qué te parece esta multiplicidad artística del filme? Incluso los personajes se entremezclan como niños y adultos.
El Niño y la montaña está pensada para inspirar niños, pero también para que los adultos puedan revisar su camino recorrido y vean si aún pueden reaccionar o bien puedan transmitir el mensaje a los más jóvenes.
-¿Cuáles son los hitos que vienen en la búsqueda para que el corto sea calificable para los Oscar? ¿En qué momento de los últimos dos años eso se transformó en una meta concreta?
Llegar a los Óscar es una meta para muchos realizadores, pero también sabemos que no es un camino sencillo y que no es el único. Nosotros ya tenemos casi 80 premios y de seguro llegaremos a los 100. ¡Eso es un mérito enorme!
Cuando partimos con las postulaciones, de a poco nos fuimos dando cuenta que esto generaba interés, pero el punto de inflexión fue llegar como finalistas en un festival calificador en India a finales del 2020, ahí empezamos a tomarle el peso a lo que estaba pasando.
De todas maneras, lo tomamos con calma, queremos seguir posicionando el cortometraje y buscar clasificar a más festivales, no solo calificadores, también de animación o infantiles. Queremos lograr que el cortometraje se reconozca dentro del país, donde el récord de ser el corto más premiado en la historia ha pasado muy desapercibido.
Hoy estamos 100% enfocados en tener un buen desempeño en Chilemonos, no solo porque es un festival calificador a los Óscar, sino porque es un festival nacional, con una tremenda reputación como uno de los más importantes de Latinoamérica
