LIBRE (referencial) | Cedida.
Este jueves, a través de las pantallas de TVN se estrenó la serie documental LIBRE, la que muestra las historias de ocho reclusos que salen en libertad y vuelven al mundo fuera de la cárcel. «Todos sabemos que en Chile se encierra un tipo de delincuencia, que tiene que ver con marginalidad», sostuvo su director Juan Pablo Sallato en conversación con El Desconcierto.
Este jueves 12 se estrenó por las pantallas de TVN la serie documental «LIBRE», donde se trata el proceso de reintegración a la sociedad y la vida fuera de las cárceles, a partir de las historias de ocho reclusos y reclusas que alcanzan su libertad.
La serie logra tener acceso a distintas cárceles a lo largo de Chile y retrata el momento cuando una persona, que ha pasado dos, tres o 20 años en prisión, retoma su libertad, luego de haber estado presa por delitos diversos como asesinato, parricidio, narcotráfico o robo.
En conversación con El Desconcierto, el director Juan Pablo Sallato relató sobre el proceso de producción de la serie y la relevancia de estas historias que, a partir de sus vivencias particulares, arrojan luz sobre las implicancias del sistema carcelario en Chile. «Todos sabemos que en Chile se encierra un tipo de delincuencia, que tiene que ver con marginalidad», afirmó.
-¿Por qué decidieron hacer este tipo de programa y cómo buscaron diferenciarse de otros que también abordan temáticas carcelarias?
La idea de Libre nace cuando el 2017 se autorizó la libertad condicional a cerca de mil ochocientos reos a lo largo del país. Una cifra inédita y que trajo bastante polémica. La imagen en televisión donde se ve a decenas de presos bajando a medianoche desde los cerros de Valparaíso, me hizo pensar lo fuerte que debe de ser ese momento cuando después de diez, veinte o un año en prisión se abre la reja y pasas ese umbral que te deja en libertad. Entonces, este instante que dura minutos y que es más común ver en películas de ficción es el que quisimos capturar. Desde una mirada sin juicio, que en ningún caso justifica o viene a ser una expiación de los delitos cometidos, pero si invita a escuchar voces que en general están silenciadas. Y desde ahí preguntarse: ¿Quiénes son? ¿Que han pasado para estar ahí? ¿Cómo los recibe Chile? Y si han tenido las herramientas para poder integrarse sin volver a reincidir.
Es claro que es un mundo donde se hace noticia cuando se comete el delito pero poco hablamos de cuando salen en libertad.
-¿Qué tipos de personajes aparecen en la serie y por qué decidieron abordarlos?
Todos sabemos que en Chile se encierra un tipo de delincuencia, que tiene que ver con marginalidad, la gente que encarcelamos viene de esos mundos. Bajo ese espectro, los personajes y casos son muy variados y abordados desde distintos territorios, lo que muestra una radiografía, a mi entender, bastante precisa de nuestro sistema. Podría destacar el primer capítulo; Ricardo (42), que suma veinte años encarcelado por condenas de homicidio y robo. Pero luego de una revelación divina, saldrá a la calle jurando que es un agente de Dios. Eso si, la tentación de volver a sus andanzas y sacarse la corbata (termino canero para decir que te alejas del evangelio) está a la vuelta de la esquina.
También el caso de Jesenia quién está en prisión preventiva por haber asesinado a su pareja. Al lo largo del capítulo vemos su audiencia y sus defensores dejan entrever que llevaba años siendo abusada física y sicológicamente por parte de él. Jesenia argumenta: “Era él o yo”. Abriendo una temática muy contingente como lo es el tema de la violencia de género y las muchas aristas que tiene. O casos menos dramáticos como el de Nicol (24), que está presa por tráfico y en la cárcel conoce a Katy. Allí ambas se embarcan en un apasionado romance, pero con fecha de término: una de las dos recibirá la libertad antes que la otra.
-¿Cuéntanos de ese proceso de búsqueda a lo largo de todo Chile?
La serie logra tener un acceso y registro único en una gran cantidad de cárceles del país, al interior del sistema judicial y en zonas urbanas de difícil acceso. Para la realización de LIBRE se hizo un seguimiento a decenas de historias a lo largo de Chile, las que finalmente derivaron en los casos que construyen en esta temporada. Las búsqueda de casos estuvo en manos de un equipo de grandes periodistas liderados por Rodrigo Fluxá. Donde lo más difícil fue hacer calzar los tiempos de producción con la libertad de cada caso. Ya que algunos eran cumplimiento de condena, otros por libertad condicional y otros cambios de medidas cautelar por prisión preventiva. Abriendo un camino que no esperaba y que agradecí mucho que es mostrar el funcionamiento del sistema penal, donde en general las chilenas y chilenos sabemos poco.
-¿Desde el punto de vista de la reinserción o rehabilitación, entendiendo que trabajaron con egresados de distintas cárceles, con que mundo se encontraron éstos al salir en libertad?
Ser parte de ese momento es algo muy fuerte. Donde constatas in situ si el castigo que han recibido le está entregando herramientas para cambiar su vida. Y si ese a veces genuino intento de cambiar choca con una realidad opuesta a sus posibilidades. Donde muchas veces la vida afuera es más compleja que la que llevan adentro. Se trabaja con pocos recursos, y en general se responde a un mandato ciudadano que pide castigo. Pero debemos poner en la balanza que por cada persona que no delinque o que recuperes para trabajo en la sociedad, no solamente estás recuperando esa persona, estás recuperando un núcleo familiar, y estás recuperando probablemente a un grupo de personas que van a seguir ese camino.
-¿Qué fue lo más complejo de abordar cuando comenzaron a registrar el proceso de retomar la vida fuera de las cárceles?
Fueron seguimientos de más de un año en cada uno de los ocho casos. La principal dificultad en la investigación fue precisamente esa; la incertidumbre de ir acompañando a nuestros protagonistas en tiempo real, sin saber si volverían a recaer en el delito o no. Nuestra apuesta fue esa, porque queríamos captar en presente cosas que raramente se ven en pantalla, como el momento preciso, a medianoche, en que los presos cruzan la puerta de la cárcel y quedan en libertad”.
-¿Crees que la serie enganche con el público? ¿Por qué no deberíamos dejar de verla?
Me parece relevante que LIBRE sea exhibida por TVN. Programas como este dan sentido a la televisión publica. Donde se ponen temáticas de interés nacional y que inviten al dialogo La serie fue adquirida por Amazon para Latam lo que demuestra que el formato trabajado y el ritmo de la serie funciona de manera universal.
Por último, me parece importante el momento en que la serie sale al aire, justo cuando se está reescribiendo nuestra constitución y donde se han visibilizado nuevas voces. Aquí el dicho: “nadie conoce realmente una nación, hasta que ha conocido sus cárceles” toma sentido y creo que la temática tiene que entrar en la agenda como prioridad.
