«Nadie duerme en el bosque 2»: La película de terror que causa somnolencia

El viejo dicho dice que “no hay primera sin segunda» y así ocurre con Nadie duerme en el bosque esta noche. Su género es el de terror, pero de esto hay poco en ambas entregas del filme, ya que ni los efectos sonoros ni la historia resultan suficientemente cautivantes.

La primera parte de la saga se ambienta en un campamento en medio del bosque, donde los adolescentes no deben utilizar aparatos tecnológicos. Esto es lo más terrorífico que se puede apreciar en el elenco de la generación Z, pues la sangre derramada entre sus compañeros es muy parecida a la mermelada de frambuesa, precario si se piensa en todo el avance en maquillaje y utilería. Sangre proveniente de víctimas que fueron masacradas por unos “niños mutados” parecidos a trolls –el aspecto se debe a una sustancia de dudosa procedencia–, que el director polaco, Bartosz M. Kowalski no desarrolló en profundidad como para poder creerlo.

Asesinos mutantes

La primera película también muestra tomas de un animal descompuesto, que lejos de causar miedo, provoca repulsión. Se entiende la intención de alertar a los personajes sobre algo que está acechando, aunque es muy cliché. De la misma forma son los personajes: una chica ruda, otra sensual, el tímido que sabe datos de películas de terror y no para de hablar, un chico de la comunidad LGTBIQ+, un adolescente que fuma marihuana y es virgen, y un par de ciudadanos misteriosos (un sacerdote y un granjero).

Si bien se puede respaldar el rol de estos personajes para que haya más diversidad y así se pueda apelar a los sentimientos de quien lo ve, esto no funciona. Los diálogos creados por Kowalski, Jan Kwiecinski y Mirella Zaradkiewicz, son demasiado vacíos como para sentirse identificados con ellos.

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El aburrimiento e incredulidad aparece desde que la protagonista adolescente Zosia, ve una criatura extraña, pero no previene a su entorno. Eso se incrementa cuando se ven degollamientos en quienes acampan, de una manera perfecta, como si los seres mutantes que se mueven con lentitud fuesen cirujanos por tanta afinidad en el corte. Las otras muertes se enfocan en tomas superficiales, que no dejan espacio para confirmar si ocurrieron realmente o no.

Por otro lado, está Nadie duerme en el bosque esta noche 2 que se centra en la vida del policía que trabaja en la comisaría donde están encerrados los asesinos mutantes y la protagonista del filme anterior que intentó matar a los criminales. Esto va más allá de la poca eficiencia de la institución por tener a victimarios y víctima en el mismo lugar; se trata de la poca congruencia del filme, donde los personajes lejos de sentir asombro por el físico de los monstruos, los tildan simplemente de “gordos”.

Sangre fucsia

El que se comience a propagar esta mutación es lo más temeroso que sucede, ya que al ser mordidos ya son parte de esta “tribu”. El impacto se pierde con todas las conversaciones divagantes de los personajes y con las muertes, que al igual que en la primera parte de la saga, sucede de una manera radical, es decir, muy sangrienta o muy censurada, pero siempre con sangre fucsia. Además, los roles son igual de estereotipados, con una prostituta, un chico enamorado en secreto de su compañera de trabajo y esta que lo ignora, entre otros que no tienen relevancia.

Ambos filmes se diferencian por un año de estreno (2020 y 2021 respectivamente) y se nota la rapidez al crear la última, ya que resultó aún más incoherente y así se demuestra con los humanos que fueron convertidos en mutantes, quienes generan sentimientos de amor e incluso de celos entre sí, pero olvidan completamente la compasión al matar a otros humanos. 

“… Y no hay segunda sin tercera” se señala en el viejo dicho, mismo que no tiene fin,pero en este caso no debiese haber más entregas de una historia que solo sirve para sentirse somnoliento.

Nadie duerme en el bosque esta noche 2. Polonia. 96 minutos. Bartosz M. Kowalski. Mirella Zaradkiewicz, Bartosz M. Kowalski. Netflix. Terror y fantástico. Polski Instytut Sztuki Filmowej, Plan Zet y Akson Studio. 2021. Cezary Stolecki. Radzimir Debski. Izabela Dabrowska, Sebastian Stankiewicz, Robert Wabich, Lech Dyblik, Mateusz Wieclawek.