Plaza de la Dignidad, emblemática explanada de la revuelta social |
«Salimos a protestar por malas políticas en manifestaciones, fuimos golpeados, mutilados, gaseados con lacrimógenas, atropellados, hasta lanzados desde un puente. Nosotros quedamos presos, algunos encontraron la muerte en manifestaciones (…) no hemos visto a los abogados del gobierno querellarse contra la policía. Sí los hemos visto defendiéndolos por querellas de las organizaciones sociales», se lee en el documento en que claman por su situación, asegurando ser inocentes de delitos graves. «No hemos matado a nadie, no hemos torturado a nadie, no hemos dejado ciego a nadie. Exigimos nuestra Libertad. Sin nosotros, la gente y el pueblo no estaría cambiando la Constitución», dijeron.
Durante las últimas horas y en el contexto de una nueva sesión de la Convención, el constituyente electo de La Lista del Pueblo, Rodrigo Rojas, solicitó frente al pleno la libertad para los presos de la revuelta social, argumentando que fue este movimiento el que justamente redundó en la instalación del órgano responsable de elaborar una propuesta de nueva Carta Magna para el país.
Concretamente a través de una carta, uno de los emblemáticos rostros del estallido leyó una carta a nombre de los privados de libertad durante la jornada que ha marcado la segunda reunión de esta entidad, una cita donde se han evidenciado las opuestas posturas existentes frente a este irresoluto tema.
Este fue el contenido del documento:
«A los presentes de la Convención Constitucional:
Queremos dirigirnos a ustedes, ya que nosotros como presos políticos deseamos ser escuchados, ya que si no fuera por nosotros, esta sesión no estaría funcionando, esta Convención no hubiese existido. ¿Cómo se llegó a crear esto? Con un pacto derivado de manifestaciones que a su vez fueron consecuencia de la mala política estatal, no sólo por 30 años, sino por 47 años desde que comenzó la dictadura, implantando una Constitución a puertas cerradas, sin consultas, sin debates.
Constitución hecha a base de muertes, torturas, violaciones, extractivismos, robos, privatizaciones arbitrarias, sobornos, etc, la cual deriva en malas políticas públicas sin derechos básicos para el pueblo y privilegiando a unos pocos.
Nos aburrimos de esto, salimos a protestar por malas políticas en manifestaciones, fuimos golpeados, mutilados, gaseados con lacrimógenas, atropellados, hasta lanzados desde un puente. Nosotros quedamos presos, algunos encontraron la muerte en manifestaciones como Mauricio Fredes, Abel Acuña, Cristian Valdebenito, ciegos quedaron Fabiola (Campillai) y Gustavo (Gatica), atropellado por vehículo policial Neco, incluso Óscar Pérez atropellado por dos vehículos. En ninguna de estas situaciones hemos visto al gobierno querellarse por violaciones a los DDHH, tampoco hemos visto a los abogados del gobierno querellarse contra la policía. Sí los hemos visto defendiéndolos por querellas de las organizaciones sociales.
Por lo tanto, hay una persecución política contra nosotros, porque el gobierno sí se nos ha querellado, endureció leyes para condenar la protesta social y con ello mantenernos presos. Es fácil deducir que somos presos por la política.
Lo más relevante de esto, nosotros no hemos matado a nadie, no hemos torturado a nadie, no hemos dejado ciego a nadie, pero ¿los malos somos nosotros?
Exigimos nuestra Libertad. Sin nosotros, la gente y el pueblo no estaría cambiando la Constitución.
Libertad a todos los presos políticos!»
