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Opinión

Una merecida cachetada

Por: Javiera Court Arrau | Publicado: 11.02.2018
Una merecida cachetada BdKbm4mIAAAohlE |
Tenemos dudas y nuestros propios prejuicios. Especialmente cuando en muchos hogares o grupos de amistades, no se habla de la diversidad sexual y no sabemos quiénes van a reaccionar bien y quiénes lo harán de mala manera

Si algo me dolió, cuando comencé a asumir mi primera relación con una mujer, fue aquella cachetada. Un golpe seco. Una diestra maligna que me tenía ganas hace un buen rato. La merecía.

Con la capitana en la selección de la universidad, al poco tiempo de conocernos, nos convertimos en grandes compañeras. Confidentes, yuntas, pero sobretodo amigas. De las de verdad.

Era mi capitana de futbolito, pero también del volleyball femenino. Su posición: de opuesta.

El opuesto es el remachador neto; el que no recibe nunca, porque siempre esta en posición de ataque (esto se los cuento para que comprendan la magnitud de la cachetada).

Aquel día celebraba mi cumpleaños. Si no me equivoco, los 21. Llevábamos un buen tiempo alejadas. No hubo una discusión, ni una explicación. Simplemente me protegí de mis propios prejuicios. Me encerré en amistades pertenecientes a la comunidad LGBTI. Un error. Mi error.

Avanzada la noche y pasada de copas, se atrevió a encararme. Ella no había entendido hasta ese día nuestro distanciamiento. Me culpó por acabar nuestra amistad. Fui culpable. Pensé que ella no me aceptaría. Culpable nuevamente. Su rabia contenida no dio más y lanzo el derechazo.

No duden en preguntar

Los prejuicios que cada lesbiana tiene sobre la homosexualidad son diversos. Los tiempos, las dudas, el apoyo, el orgullo. Todo es demasiado personal como para lograr un patrón de salida del closet.

No me quiero ni me voy a justificar. Demasiadas veces he escuchado un «¿por qué no me dijiste antes?». «Me lo imaginaba, pero estaba esperando que me contara”, ése es otro clásico.

¡Ayúdennos! Muchas no quieren salir del clóset para “no molestar”, o “porque no lo van a entender”.

Tenemos dudas y nuestros propios prejuicios. Especialmente cuando en muchos hogares o grupos de amistades, no se habla de la diversidad sexual y no sabemos quiénes van a reaccionar bien y quiénes lo harán de mala manera.

Así que si tienes una amiga o amigo que crees que es parte de la diversidad sexual, no dudes en acercarte y preguntar. En decirle que si es parte de la comunidad LGBTI cuenta con tu cariño. Lo necesita.

Aunque se enoje en una primera instancia, le estarás ayudando a sacarse un peso de encima. Pero sólo si es una persona que quieres genuinamente. No vale si tu interés es por un “copuchenteo” barato.

Javiera Court Arrau