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Natalia Piergentili, presidenta del PPD: “Mi forma de ir al choque las primeras semanas se vio muy dura” al interior del partido

Por: Meritxell Freixas @MeritxellFr | Publicado: 27.08.2021
Natalia Piergentili, presidenta del PPD: “Mi forma de ir al choque las primeras semanas se vio muy dura” al interior del partido natalia piergentili | / Agencia Uno
Con un marcado espíritu de renovación, la también candidata a senadora por la RM habla sobre los desafíos de su partido y del conjunto del bloque. Aunque no descarta la posibilidad de llegar a un gobierno de coalición con toda la oposición –»para gobernar nos vamos a necesitar todos», dice–, reconoce diferencias con el PC que pueden fulminar esa posibilidad. Entre sus prioridades, «integrar» al sector privado en la nueva visión de la sociedad.

Es la primera presidenta del PPD que, como ella misma dice, no es parte de la generación fundadora del partido. Natalia Piergentili se convirtió a principios de mes en la nueva líder de la colectividad y un símbolo de renovación al interior del partido. Desde este lunes, es también candidata a senadora por la Región Metropolitana, una de las más disputadas. Un cargo que –dice– «no tenía en la mira», pero que aceptó.

En entrevista con El Desconcierto repasa la vertiginosa contingencia de las últimas semanas, desde su llegada al frente del partido, y pone énfasis en la necesidad de cambiar los rostros y las formas de hacer política al interior de su formación. «Las caras del PPD se fueron desgastando», opina y apuesta por maneras «más transversales, más empáticas» de vincularse con la ciudadanía. Reconoce puntos en común con Apruebo Dignidad, en particular «la visión sobre los dolores de Chile», pero pone distancia con el PC y su «dogmatismo». «No se puede mirar como cuando existía el muro de Berlín», sostiene. Aún así, no descarta la posibilidad de llegar a un gobierno de coalición con toda la oposición: «Para gobernar nos vamos a necesitar todos».

Para partir con lo más reciente, ¿cómo ha llegado su nombre a una candidatura senatorial de la RM? ¿Se estaba barajando esa posibilidad?

No era algo que tuviese en la mira. Asumí como presidenta del partido y mi único horizonte era preocuparme de las candidaturas de mis compañeros y compañeras, de lo que me corresponde como presidenta del partido. Pero cuanto más se acercaba la elección, más militantes me decían que por qué yo no era la candidata a senadora por Santiago. Primero, porque ya había dado ciertas señales que tenían que ver con renovación y, segundo, porque necesitamos un nuevo aire. Cuando lo evalué, pensé que si he pregonado tanto sobre los cambios de prácticas, de personas y de formas para hacer una política más amable y renovada, no puedo echarme atrás cuando me proponen ser candidata.

¿Faltan figuras jóvenes y renovadas dentro del partido para que, finalmente, recurrieran a ud., que ya tenía un nuevo cargo?

En el partido hay muchos jóvenes que hacen trabajo político y que tienen carreras súper interesantes. Pero, efectivamente los rostros más conocidos del PPD quisieron dar un paso al costado y nosotros quisimos también que esto fuera posible. Definimos colectivamente que era el momento de cambiar a los titulares y que asumiera el equipo que durante mucho tiempo se ha preparado.

Se ha comparado mucho el perfil del Congreso con el de la nueva Convención. ¿Cree que el nuevo Congreso debe parecérsele? ¿Qué espera del nuevo Parlamento?

Son roles distintos porque la Convención tiene un rol acotado en un tiempo acotado. Son figuras que van a tener visibilidad pública, pero en ningún caso son labores parecidas, al contrario, son complementarias. El nuevo Congreso tiene que tener capacidad de diálogo y de entendimiento. Más allá de las personas, tiene que tener voluntad de cambio y voluntad transformadora, capaz de implementar lo que resulte de la Convención Constituyente.

¿Qué valoración hace de la participación de la consulta ciudadana de Unidad Constituyente?

No fue la que hubiésemos querido. Sabíamos que iba a ser menor que la primaria legal, por muchas razones, pero igualmente estoy contenta de que, a pesar de los errores de mayo, hayamos definido nuestra candidatura a través de un mecanismo participativo. Me quedo con eso. Creo que deberíamos haber ido a la primaria legal, pero asumiendo eso, esta fórmula era la mejor que teníamos.

¿Qué autocrítica hacen en la interna del PPD y de Nuevo Pacto Social sobre las bajas cifras de la consulta?

Hubo una organización impecable que dio garantías a todos los candidatos. Fue un esfuerzo humano y político de transparencia. Los errores los cometimos antes, pero la consulta fue un proceso bien llevado.

Más allá de lo logístico y organizativo, ¿han evaluado los resultados en base a lo que su bloque representa para los votantes?

Todos los partidos estamos en crisis. Aquí quizás se notó más esta crisis de representación. La ciudadanía hoy no solo juzga las acciones, también las omisiones. El desempeño erróneo para la inscripción de las candidaturas de la primaria legal tuvo un castigo de la ciudadanía. Veníamos de primarias al interior de los partidos y el PS no las tuvo. Se dio todo el condimento para que fuera más difícil hacer una consulta atractiva. No creo que esto signifique algo fundamental de acá para adelante porque el escenario está líquido o gaseoso. Pero es la consecuencia de cuando uno se equivoca.

¿Ha penetrado el discurso de no son 30 pesos, son 30 años?

Este es un mal discurso, significa no entender la evolución histórica del país. El Chile de antes de terminar la dictadura y el Chile de hoy son distintos. No sólo en términos económicos, donde efectivamente tenemos altos índices de desigualdad, sino también en apertura al mundo y en derechos y libertades. Eso no significa que mi sector no se haga cargo de los pendientes, pero eso me suena a frase voluntarista respecto a que para atrás estuvo todo mal y que hay que refundar todo. Así no se construye la historia. Mi hija de 7 años a veces me pregunta que hacía antes de que ella naciera, yo le cuento que muchas cosas porque ella asume que mi vida empezó con ella. El mundo no partió con los jóvenes del estallido social. No digo que no tuvieran razón en sus demandas, pero otros sectores políticos dieron una lucha por las libertades y para salir de la dictadura. Esto hoy se da por sentado, pero mi generación no lo tuvo. No se trata de decir que la Concertación fue lo mejor que le ha pasado al país, sino de evaluar las cosas en su mérito.

Sobre la inscripción de mayo, dice que hubiese sido partidaria de ir a primarias legales. ¿Hubiese apostado por ir sin lista unitaria?

Podemos tener muchos acuerdos con el Frente Amplio y muchos disensos también. Para construir la mayoría que se va a necesitar para el próximo período tendremos que focalizarnos en los acuerdos. Sin embargo, tenemos un sector político que ocupa un espacio importante en la sociedad chilena y había que ocuparlo en las primarias.

¿Se refiere a inscribir esa misma noche que tuvieron lugar los vetos, inscribir unas primarias de Unidad Constituyente?

Exactamente. Pero con la información de ese minuto, el ajetreo del día y la bajada de candidatura de Heraldo Muñoz no teníamos la lucidez que tengo hoy mirando con perspectiva.

¿Era una decisión controvertida en la interna? En una entrevista a este medio, el senador Guido Girardi dijo que él sí quería unas primarias unitarias.

Nosotros queríamos ser parte de las primarias de Unidad Constituyente y creíamos que teníamos un programa muy sólido. Ese día hubo un cambio de planes respecto de esa primaria y no estábamos al tanto de aquello. El veto vino a ser el término de un día muy confuso y el PPD se vio atrapado en esta situación.

«Las caras del PPD se fueron desgastando»

En entrevistas ha dicho que usted se afilió al PPD cuando era joven, que lo hizo por convicción y que sentía que ahora el partido necesitaba a alguien que hiciera las cosas de forma diferente. Apela a “dar un giro” a la imagen de su sector. ¿Qué quiere cambiar y cómo lo va a hacer?

El PPD tiene que hacer más énfasis en sus ideas que en sus voceros. Las caras se fueron desgastando. Los estatutos del partido, las ideas, los principios del partido tienen propuestas muy vigentes. Pero había que hacer un cambio de rostro y de forma de relacionarnos con la ciudadanía, de forma más transversal, más empática. Esto se hace con voluntad de cambio, voluntad política y con otros nuevos [nombres] que tengan la energía y las ganas para hacerlo. Estamos en el camino de hacerle una cruz a cosas que nos dolieron y nos afectaron como partido, como el financiamiento irregular de la política; vamos a renovar los estatutos; y queremos más participación y más independencia de los partidos a nivel regional.

¿Ha habido reticencias hasta ahora de la directiva o al interior del partido para hacer los cambios que quiere proponer?

No, pero sí mi forma de ir al choque las primeras semanas (con el tema de las candidaturas, de la transparencia) se vio muy dura. Yo no lo evalúo así. Creo que hicimos lo que había que hacer y cuento con el respaldo de la mesa. Los cambios a todos nos cuestan, y esta no es la excepción. Pero a poco andar, este nuevo impulso se ha valorado positivamente.

¿Esas formas “duras” que en algún momento se percibieron en la interna, tienen también que ver con los criterios para los candidatos a las parlamentarias que, finalmente, adoptó el partido respecto a las personas involucradas en casos de financiamiento ilícito de la política y que afectaban directamente a la candidatura de Rodrigo Peñailillo?

Nosotros recibimos el partido con Heraldo [Muñoz] a la cabeza con un cierto estándar. En la primera reunión de la mesa, parte de la conversación versó en cómo mejorábamos estos estándares, no solo por lo que como PPD nos había pasado en tiempos anteriores, sino porque la clase política está al debe en transparencia. Teníamos que dar una demostración de que lo que estábamos diciendo era coherente con lo que íbamos a hacer. Hay algunos partidos que se han hecho cargo, otros que se han hecho cargo parcialmente y otros para quienes nada ocurrió. Veo a los candidatos de la UDI sacándose fotos con quienes han tenido juicios abreviados por los casos Penta y SQM; la esposa del presidente de la UDI está entre los 32 casos en los que se decidió no innovar por el envío de boletas ideológicamente falsas, pero no se hacen cargo. Los partidos lo hicieron mal: atentaron contra la fe pública y dinamitaron el sistema de partidos. Pero los partidos tienen que existir para que los temas de los ciudadanos estén en la agenda. Lamento que la derecha meta la mugre bajo la alfombra porque el cambio reparatorio lo tenemos que hacer todos, si no no será efectivo.

¿Cómo cree que les puede afectar la decisión de Marco Enríquez-Ominami de ir por separado?

Más que un candidato, al frente tenemos un opinólogo-político. Todavía no veo cuáles son sus propuestas, ni por qué cambió el relato. Primero era parte de una unidad a todo evento y después no; luego señala que se lo excluyó de una primaria, cosa que no es cierta. Cuando tenga una propuesta concreta respecto a las políticas públicas que ofrece al país, ahí voy a poder responder algo.

«No vamos a transar en materia de DD.HH»

¿Qué une y qué separa a su sector con Apruebo Dignidad?

Tenemos muchos puntos en común. La visión sobre los dolores de Chile es bien compartida. El disenso no está en el diagnóstico, sino en la forma de abordar este diagnóstico, en la gradualidad, en el rol del Estado, el rol de la empresa y el mercado o en la valoración de los derechos humanos. Nosotros no creemos en los dogmas y, por ejemplo, creemos que en Cuba (y en otros lugares) hay violación de los derechos humanos. La política ya no puede transar con dogmas. En eso, en particular con el PC, tenemos diferencias. El mundo de hoy ya no es de buenos y malos, de pueblo versus elite; no se divide entre capital-trabajo, obrero-patrón. Es mucho más diverso y complejo. No se puede mirar como cuando existía el muro de Berlín.

Aunque no hicieron primarias legales con Apruebo Dignidad, en una eventual segunda vuelta contra la derecha, ¿su partido llamaría a apoyar a Gabriel Boric?

Si somos capaces de relevar los acuerdos y mitigar los disensos, por supuesto. Pero el próximo periodo va a necesitar un gobierno de mayoría, un gobierno de legitimidad y con capacidad de gobernabilidad. Esto no va de apoyar a Boric para que no gane la derecha. No es solo que nosotros llamemos a apoyar a otro, sino también que en la base de lo que ese otro proponga tengamos acuerdos para ser parte de esta construcción.

Ese gobierno de mayoría que menciona, ¿podría abrir la puerta a un posible gobierno de coalición de toda la oposición?

Para gobernar nos vamos a necesitar todos, pero no puede ser una suma de siglas. Tienen que haber acuerdos políticos programáticos que ya se verán después de noviembre. Nuestro adversario está en la derecha y, aunque tenemos que diferenciarnos de la oferta del FA y el PC, eso no significa que no seamos capaces de reconocer donde están nuestras coincidencias y los puntos de disenso.

¿Hay algún punto en el que tengan claro que no van a transar con Apruebo Dignidad?

No vamos a transar en materia de derechos humanos, pero sobre eso Gabriel Boric ha sido muy enfático. También queremos bregar porque, más allá de la responsabilidad del Estado en la construcción social, se integre al sector privado para que también sea parte de esta nueva visión de la sociedad y de su desarrollo económico.

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