El actor de 83 años, que acababa de estrenar la obra “Orquesta de señoritas” en el Teatro Oriente, falleció ayer producto de complicaciones por COVID-19. Aquí un repaso por su amplia trayectoria y sus mejores roles.
A lo largo de su carrera de más de seis décadas, Tomás Vidiella dio muestras de una gran versatilidad. Actor y director, trabajó en teatro, cine y televisión, además de fundar y gestionar espacios para el teatro. En sus comienzos abarcó desde el trabajo con sus compañeros de generación en la carrera de Teatro de la Universidad de Chile, Víctor Jara y Alejandro Sieveking, con quienes realizó una gira por Latinoamérica, hasta el café concert y las fotonovelas. Jara lo dirigió en Parecido a la felicidad.
No conocía esta foto. Increíble. Víctor Jara y Tomás Vidiella. pic.twitter.com/qnagao4XMw
— Carmen Luz Parot (@cluzp) March 11, 2021
Justamente las fotonovelas fueron el precedente que lo llevaría después a telenovelas como De cara al mañana, junto con Silvia Piñeiro, y La Torre 10, con Sonia Viveros, ambos en TVN. Aquí algunos de sus roles más memorables.
Nuestras condolencias a la familia, amigos y al Teatro chileno por la partida del gran actor Tomás Vidiella. Tomás fue compañero de curso de Víctor Jara en @DepTeatroUChile Víctor lo dirigió en "Parecido a la felicidad" y en "VietRock", donde también colaboró con Joan Jara. pic.twitter.com/o8GzId6t60
— Fundación VíctorJara (@FundVictorJara) March 10, 2021
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Cabaret Bijoux
Irreverente y rutilante, Tomás Vidiella interpretó a la travesti Lulú en 1976 y por más de diez años. El montaje desafió la rígida heteronormatividad del teatro chileno y el toque de queda, realizó giras por Chile y llegó a presentarse en el Teatro Caupolicán frente a siete mil personas. Hasta se planeó una versión televisiva que fue censurada por la dictadura.
Cuando niño, iba al teatro que había disponible en dictadura. El Cabaret Bijoux me abrió los ojos a la ruptura y la vanguardia, al actor haciendo resistencia desde un maquillaje grueso. A que montar en un escenario siempre ha sido y será un acto político. Grande Tomás Vidiella pic.twitter.com/XJsQqecJMc
— Julio Osses Muñoz (@osses) March 11, 2021
Lulú, rol que visibilizó masivamente a las travestis, oficiaba de vedette, coreógrafa, animadora y directora artística de una compañía revisteril en decadencia. En 1977, Vidiella insistiría con el género en Fausto Shock, otro espectáculo musical con texto de Jaime Silva, música de Luis Advis y coreografías de Malucha Solari.
La muerte del vendedor, de Arthur Miller
Gran éxito en 1986 del espacio creado por el mismo Vidiella, Teatro El Conventillo, con este clásico moderno del teatro estadounidense que criticaba el capitalismo y su deshumanización de la vida al narrar la indefensión de un hombre frente a las despiadadas trampas del mundo empresarial. Como Vidiella en ese momento trabajaba de galán y protagonista de la teleserie La Villa, de TVN, el director Ricardo Vicuña decidió incluir una escena donde los personajes encarnados por los actores Sonia Viveros y Alejandro Cohen asistían a ver la obra en el barrio Bellavista. Incluso, al final de la escena comentaban la obra y la sala. En los 90, protagonizaría otra obra maestra contemporánea ¿Quién le teme a Virginia Woolf?, de Edward Albee.
El avaro, de Molière
Un encuentro de gigantes de las tablas. Dirigido por Ramón Griffero, con escenografía conceptual de Herbert Jonckers y música de Luis Advis, esta versión de 1987 fue una parodia del clásico del teatro francés. En tono de farsa, Vidiella se pintaba la cara de blanco como arlequín para acentuar el personaje Harpagón demostrando su fuerte personalidad escénica y dotes para la comedia en un rol universal que representa el arquetipo de la avaricia sin fin y de la vida en función del dinero, pero no para disfrutarlo, sino para acapararlo.
Querido Tomas Vidiella, siempre estarás en mi corazón. Contigo di mis primeros pasos en los escenarios, gratitud infinita, maestro ! pic.twitter.com/XZffiWLFsW
— Ana María Gazmuri (@AnaMariaGazmuri) March 11, 2021
El vestidor, de Ronald Harwood
Fue el gran éxito de crítica del Teatro UC en 1998. El primer actor de una compañía, acompañado de su asistente, recorre Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial y, en cada función, debe evadir los ataques aéreos de los nazis. Vidiella encarna al egótico actor que solo interpreta a Shakespeare y llega a creer que fue el propio dramaturgo inglés quien lo eligió para que llevara a escena sus versos. La trama transcurre dentro de su camarín antes, durante y después de una función de El rey Lear. Junto a Ramón Núñez, Vidiella homenajeó al mundo del teatro clásico en retirada frente a las nuevas tendencias vanguardistas. La obra representa la muerte del teatro más tradicional y la muerte física del propio gran actor en paralelo a la decadencia del personaje de Lear.
Agamos el amor, de 1971
Otro hito. Aquí Vidiella también interpretó a un personaje homosexual en el primer café concert chileno en la recordada sala y compañía El Túnel, fundada por él. Luego le sucederían Los siete espejos, sobre el prostíbulo de Valparaíso, y Balada de medio pelo, una crítica al arribismo chileno, escritos por Isabel Allende.
Lamentamos profundamente la partida de un artista único, parte de nuestro teatro nacional e icónica figura de generaciones. Despedimos a #TomásVidiella con imágenes de su paso por la muestra de @Brantman1000. Retrato: Jorge Sanchez. pic.twitter.com/Zuze159oIc
— Centro GAM (@centroGAM) March 10, 2021
La carroza fúnebre pasará hoy jueves a las 13 horas por el frontis del Teatro Oriente para despedir al actor, pues fue en ese espacio donde Vidiella representó su último papel en Orquesta de señoritas.
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