Los valores humanos y económicos de Joan Melé, promotor mundial de la banca ética

Por: Sebastián Flores | Publicado: 16.07.2018
Los valores humanos y económicos de Joan Melé, promotor mundial de la banca ética Joan-Mele / / fundacionors.org
En su última visita a Chile, el afamado economista catalán e impulsor de Triodos Bank conversó con El Desconcierto sobre las razones que lo llevan a impulsar un modelo de banca sustentable y transparente que espera replicar también en nuestro país. «Veo la especulación financiera como un arma de destrucción masiva», dispara.

-¿En qué se diferencia la banca ética de la banca convencional?

-El nombre de banca ética nos lo puso la gente. Triodos Bank, el modelo de banco en el que yo he trabajado, es el referente mundial, pero actúa sólo en Europa. El banco se funda con la idea de contribuir a un cambio positivo a la sociedad, pero desde el sistema financiero, fomentando un uso consciente del dinero.

Son dos los criterios que diferencian a la banca ética con la convencional. Primero, financiar sólo a aquellas empresas y proyectos que aporten un valor a la sociedad en tres áreas: cultura, sector social y medioambiente (también definimos que hay áreas donde no se va a invertir como, por ejemplo, el sector nuclear). Es decir, una cartera de inversiones que sitúen el desarrrollo humano y del planeta en el centro del modelo de negocios.

El segundo criterio es una transparencia radical que pueda dar a conocer a los dueños del capital en qué están siendo usados sus recursos. Es fundamental que la gente se de cuenta, y esto se ha perdido de vista, que los bancos no son los propietarios del dinero. Los propietarios somos los clientes. Parece lógico que los clientes tengan el derecho y responsabilidad de saber qué hace el banco con su dinero.

-¿Es realmente factible la existencia de una banca ética en una sociedad que se sustenta en un modelo capitalista neoliberal?

-Claro que es posible la banca ética. La prueba es que nuestro banco nació en 1971, en Holanda, y se extendió por toda Europa. Ahora no va abrir en América, pero el modelo en el que yo he trabajado es el que vamos a crear aquí, con un banco autóctono. Primero en Chile, que es donde va más avanzado, pero estamos trabajando también en Argentina, Colombia, Costa Rica, y Puerto Rico. Hay muchas opciones.

Un banco ético se preocupa de cuáles van a ser las consecuencias para el mundo al usar el dinero, no sólo cuanto vamos a ganar. Claro que tenemos que ganar dinero, pero no puede ser a costa de las personas, que es lo que ha pasado hasta ahora. Por eso la etiqueta de banca ética, que a mí me gusta porque es muy provocadora. La gente dice «con eso de ética parece que quieres decir que los demás no lo son». Yo no digo nada, vosotros sabréis si los otros bancos son transparentes o no.

A nivel mundial le llaman banca con valores. El problema de la palabra ética es que en algunos países la confunden con ética religiosa, ética moral. Muchos creen que significa católico, pero esto es una ética humana que la acepta un católico, un budista, un musulmán o un ateo. Una ética de relaciones humanas. Si a alguien le molesta que se pregunte porque le molesta la palabra ética. Hay quienes dicen, es que la ética es muy relativa, no es así, ética es que no hagas a nadie lo que a ti no te gustaría que te hicieran.

-La banca mundial sustenta su negocio en la especulación financiera. ¿Cuál es el quiebre que hace con eso la banca ética?

-Yo veo la especulación como un arma de destrucción masiva. Los destrozos que ha provocado en el mundo son casi mas graves que los de las guerras. En la última crisis, la burbuja que empezó con en Estados Unidos, desaparecieron más de tres billones de dólares.

-La especulación enriquece a unos y empobrece a otros. Hoy por ejemplo, el 1% de la humanidad acumula más riqueza que todo el 99% restante. Esto no es normal, no tiene sentido, yo diría que incluso no es tolerable. La especulación provoca esto, la gente mas lista que sabe mover, haciendo cosas raras con nuestro dinero, se enriquece a límites inaceptables. Claro, hoy mas del 99% del dinero que cada día circula en el mundo es especulación, pero es parte de nuestro dinero.

La banca hace lo que le da la gana. Cuando dan las noticias te dicen es que los mercados han subido, te lo dicen como si fuera un fenómeno atmosférico. Pero esto lo están provocando ellos, esto no es un fenómeno atmosférico. Por eso el movimiento de banca ética no sólo es crear un banco, sino que alrededor del banco crear un red que llamamos “la red dinero y conciencia” para que tanto los consumidores, como los bancos y los empresarios trabajen con un cambio de modelo. Es decir, a partir de ahora, vamos a poner en el centro de la economía al ser humano.

-¿Es posible que ese modelo funcione en nuestro país? Usted está impulsando el lanzamiento de Dinero y Conciencia, la primera banca ética de Chile.

-Cuando partimos en España me decían «en Holanda y Alemania esta bien, pero en España no lo intentes, es imposible». Y mira, ya tenemos 21 sucursales en el país. Vienen miles y miles de clientes que no lo conocían, por eso hacemos este trabajo de difusión y educación, de decir «si lo que hacen los bancos no te gusta, diles, con mi dinero usted no lo hará». Eso cambia el mundo.

Se está creando esta red mundial de conciencia que está saliendo en todas partes, hay casi 50 bancos en el mundo con el nombre de banca ética con casi 50 millones de clientes. Ya sé que es poco, pero es que hace 10 años no había nada. Están creciendo empresas B, empresas sustentables. Hay clientes que dicen «yo no voy a comprar cualquier cosa, quiero saber donde se ha producido, en que país y en que condiciones, si están explotando personas o no, si respeta el medio ambiente».

Hay que despertar la conciencia del consumidor. En Chile te puedo decir que todas las conferencias que hemos dado han hecho efecto. Yo no pago anuncios, yo voy y doy charlas que duran a veces cuatro horas y pregúntame lo que quieras, yo no tengo nada que ocultar porque esto es mi vida y me he comprometido hasta que me muera con esto. He dado mil y pico conferencias en los últimos años. Jamás me he encontrado una persona que me diga «no te creo». Es que le fulmino con la mirada. Dime «no creo que tendrás éxito», vale, pero no me digas que no me crees a mí porque he puesto mi vida en esto. Y la gente nota cuando algo es auténtico. Y el equipo humano que tenemos aquí es gente con valores, así que claro que va a funcionar.

-La gente en Chile está acostumbrada a la lógica del banco tradicional, ¿cómo lograrán que confíen en este nuevo modelo?

-Es duro resistirse a lo nuevo, a lo que uno tiene como base de vivir en esta sociedad. El ser humano, o el ciudadano, lo ve con resquemor al principio, es difícil que se adapte, entendiendo también que uno tiene una conciencia que esta muy influenciada por el modelo económico en que vivimos y porque han difundido una sociedad del bienestar, del no te compliques la vida, el exceso de comodidad nos duerme.

Por eso el trabajo de despertar la conciencia. Aparte de conferencias hago los Talleres de Conciencia. ¿Cuál es la idea? El otro día en la Universidad Autónoma vinieron 200 persona, cada una de ellas lo va a contar a 5 personas más. Entonces se va expandiendo y más gente se va a interesar. Habrá gente que al escucharlo dirá «aquí estoy yo, ¿dónde pongo el dinero?» y otros se lo van a pensar 5 años más, porque tienen miedo, porque precisamente se han encargado de crear una sociedad basada en el miedo, porque el ser humano cuando tiene miedo se vuelve un poco como un animalito y sólo se preocupa por sí mismo.

-Si es una idea de la banca ética es tan buena y merece ser conocida por la mayoría de la gente. ¿Por qué no se invierte más en publicidad, en avisos en medios de comunicación?

-La gente no se lo cree. Yo ahora pongo un anuncio en televisión y «digo somos un banco ético» y a la gente le despierta una carcajada. En un anuncio de 15 segundos ¿qué cuentas? No digo que no hayamos hecho publicidad, porque especialmente en España los periodistas nos ayudaron muchísimo, no la prensa, los periodistas. Algunos se la jugaron y me dijeron “la próxima semana que no estará mi jefe, colaré el artículo”. Porque claro, en la prensa están metidos los bancos.

Me han entrevistado de programas de máxima audiencia en España. He estado por alguna campana publicitaria, pero era más para agradecerle al periodista. En la publicidad sólo decíamos “hay otra manera de hacer banca, conózcanos, visite la pagina web o venga a vernos”. Nosotros decimos «sí a ganar el máximo de dinero posible, pero respetando a las personas y al plantea». Por ejemplo, en el caso de la madera, yo no compro madera si no esta bien invertido el dinero, si cortas un árbol y no lo vuelves a plantar. No quiero precios baratos.

El otro día vi un anuncio en Barcelona que decía “vestido de señora a 9,90 euros”. Yo pensé «esto es un insulto». Yo sé que esto no es posible, entonces uno piensa que se hace todo en Bangladesh, China, Marruecos o Birmania, explotando a la gente. Hace tres o cuatro años murieron mas de mil mujeres en Bangladesh trabajando para las marcas de moda en un subterráneo en condiciones de esclavitud. Entonces, yo no voy a comprar esto, ni lo voy a permitir.

-Pero la gente compra a esos precios porque es lo que le alcanza con el salario que gana. Es duro también decirle a alguien que gana el sueldo mínimo acá en Chile que no compre un artículo barato y que prefiera el más caro hecho por una empresa ética. O decirle a alguien que sea vegetariano, porque para serlo hay que tener dinero, y la gente que no tiene se alimenta mal en general, con lo más barato.

-Pero después cuánto van a gastar en medicamentos.

-Claro, pero eso es distinto. La comida es algo inmediato y es difícil gastar con un presupuesto tan acotado en artículos que valen más caros sólo porque son de empresas sustentables. Para alguien de clase media o más acomodada es más sencillo llegar a ese cambio, ¿cómo le dices a una persona la clase obrera que en el mediano plazo esto es un triunfo? Hay necesidades por cubrir de manera inmediata.

-Lo sé. He trabajado en los barrios más ricos de Barcelona y en los más pobres. En 40 años he conocido de todo. Y pienso que la gente humilde con salarios muy bajos también gasta mucho dinero en tonterías. Anda un sábado a un centro comercial y vas a ver cómo la gente humilde, precisamente porque vive mal y está explotada, necesita algo que le haga sentir bien y empieza a comprar. Pero no se da cuenta que comprar tampoco le hace feliz.

Entonces no puede comprar un alimento orgánico de calidad, aparentemente, pero si se va a gastar en el McDonald’s y en el cine y en no sé qué. Yo lo he visto. O se va al supermercado y tu ves los carros cuando empiezan a comprar, y ¿qué están comprando? Yo veía los extractos de la cuenta corriente de las tarjetas de las personas. Y les decía ¿qué estas haciendo? las reñía como si fuera su consejero: “No llegas a final de mes y estás comprando esta porquería”.

Ahora por ejemplo, para el Mundial, yo he visto personas comprando televisores gigantes que valen tres mil dolares, que pagarán una tasa de interés inmensa, no sé durante cuántos años, para ver una porquería de partido de fútbol. Quédate con un televisor normal, hombre, o anda a un bar donde hay un televisor grande y lo miras allí. No te compres el televisor, no podemos justificar un abuso de la dignidad humana. Jamás. El mundo está como está hoy porque lo justificamos.

-Es que es duro tener una ética de austeridad en esta sociedad porque todo te incentiva a consumir.

-La gente va de compras y no sabe qué va comprar, pero necesita comprar porque hay un sentimiento de vacío interior. Esto lo saben los psicólogos, cuando hacen campañas publicitarias apelan a ese vacío interior, en un lenguaje adecuado, ellos saben como manipular.

Ahora que es difícil, claro, ya lo se. La palabra fácil no la he utilizado en ningún momento. Esto es un combate, esto es una guerra y no es que me guste ser épico. Yo lo llamo «el combate espiritual por la dignidad humana». Es un combate entre ser nosotros mismos o seguir siendo unas marionetas y que nos sigan manipulando. El problema del combate es que el enemigo no está fuera, lo tengo dentro. Cuando dejas que cualquier anuncio o sugestión te afecte la gente dice “es que nos manipulan mucho”. De acuerdo, pero yo no me dejo. Porque ya no me seduce, porque nada es equiparable al valor de leer un buen libro o tener una charla. Es un combate: o combatimos o estamos perdidos.

-¿Cómo se define usted ideológicamente?

-Pues yo me defino como un ser humano. No estoy a favor de ningún partido político es más, no me gustan los partidos políticos. A mí me gustaría una república, pero una república con senadores independientes, gente que pudiera decir, a este lo reconozco. Como era el antiguo senado romano antes que se volvieran locos. Gente de prestigio, independiente, que por su nobleza pudiera representar. Esto es un poco utópico, no existe, pero no tengo ideología, tengo ideales, y se basan en luchar por defender la dignidad humana y el equilibrio del planeta.

Este es mi ideal, por el que voy a luchar hasta que me muera. Intento mantenerme independiente de los partidos políticos. De hecho en España no financiamos partidos políticos ni sindicatos. Mi ideal es el ser humano digno, no es el ser humano que se ha convertido en sólo objeto de trabajo y consumo.

Mi ideal es que salga el verdadero ser humano de cada uno, que creemos una nueva economía, que irradie a una nueva cultura, a una nueva forma de hacer política, que no esté al servicio de los partidos políticos, sino que de los ciudadanos y que se protejan los derechos de los ciudadanos.

-El dinero es un papel y nosotros le damos el valor, antes era el oro. Hay gente que propone trueques u otras formas. ¿Cómo sería una economía diferente desde su visión? ¿Se puede no depender de la especulación?

-A mí a veces me hablan de todas las nuevas monedas que han salido, como las bitcoins. Cuando voy a Colombia, la gente allí me cuenta que los narcotraficantes están encantados con las bitcoins porque les permite blanquear el dinero de la droga. Yo estoy hablando de conciencia y transparencia, que es todo lo contrario. Seguramente tendremos que utilizar nuevas tecnologías, pero el problema seguiría siendo el mismo. El dinero no existe, la moneda es un truque diferido en el tiempo, en vez de cambiar ahora lo que producí, el dinero me permite cambiarlo cuando yo quiera, pero siempre será lo mismo, porque hay gente que dice “nos vamos a ir a un pueblo, a una ecoaldea, no tendremos dinero y haremos trueque”, pero puedes seguir siendo un miserable y explotar al otro haciendo trueque. El tema es cambiar la conciencia.

Déjanos tus comentarios
La sección de comentarios está abierta a la reflexión y el intercambio de opiniones las cuales no representan precisamente la línea editorial del diario ElDesconcierto.cl.