Brasil: futuro incierto para datos sobre deforestación tras despido del director del INPE

Por: Francisca Quiroga | Publicado: 20.09.2019
Luego de que el Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE) revelara la escalada de las cifras de deforestación en la Amazonía de Brasil, el gobierno de Bolsonaro acusó a la agencia de manipulación de datos, mentiras y de conspirar en su contra junto con ONG internacionales. El pasado 2 de agosto, el presidente Bolsonaro puso punto final a la labor de Ricardo Magnus Osório Galvão al frente del INPE, generando así preocupación en los funcionarios del organismo por el futuro del programa de monitoreo satelital.

*Esta información es republicada en el marco de una alianza con el medio internacional de noticia Mongabay Latam

Luego de un mes de críticas intensificadas por parte del presidente de ultraderecha, Jair Bolsonaro, respecto de los datos que revelaban un aumento de la deforestación en la Amazonía del país, el primer mandatario brasileño ha despedido al director del organismo gubernamental a cargo del seguimiento de la pérdida de los bosques. Esto genera dudas sobre el futuro de una institución reconocida tanto nacional como internacionalmente por su programa de monitoreo e imágenes satelitales de vanguardia.

El 2 de agosto, Bolsonaro destituyó al director del Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE), Ricardo Magnus Osório Galvão. El propio Galvão realizó el anuncio, tras una reunión con Marcos Pontes, ministro de Ciencia, Tecnología, Innovación y Comunicación.

“Voy a ser despedido […] La forma en la que reaccioné a las acusaciones del presidente de inexactitud y manipulación en los datos ha provocado una vergüenza insostenible”, comunicó Galvão a los medios en Brasilia.

El pasado mes de julio, el INPE publicó una alerta correspondiente al mes de junio que identificaba una superficie de 2072 kilómetros cuadrados (800 millas cuadradas) afectada por la deforestación y la degradación en el territorio de la Amazonía Legal —una designación federal que abarca parte o la totalidad de nueve estados brasileños— según lo detectado por DETER, el sistema de detección en tiempo real del Instituto. Al respecto, el INPE señaló que las alertas de DETER no deben ser utilizadas como una medición rigurosa de comparación de los índices interanuales de deforestación, sino como un mecanismo que permite conocer las cifras y apoyar la supervisión y el cumplimiento de las normativas.

Sin embargo, la comparación mes a mes entre el año 2018 y el 2019 muestra un marcado crecimiento de la deforestación. De acuerdo con los datos recopilados por DETER, la deforestación en la Amazonía brasileña para junio del 2019 fue un 88 % mayor que para el mismo mes en 2018, mientras que la deforestación en la primera mitad de julio se incrementó en un 68 % respecto de todo el mes de julio de 2018.

El INPE tiene previsto publicar el análisis anual de los datos correspondientes a la deforestación de 2019 a finales de este año. Al respecto, cabe destacar que el análisis se realiza entre los meses de agosto y julio, a partir de los datos recopilados por el satélite PRODES. Este satélite determina la deforestación anual utilizando las imágenes del satélite Landstat de la NASA. Los datos recopilados entre agosto de 2017 y julio de 2018 detectaron un aumento en la deforestación de 7536 kilómetros cuadrados (2910 millas cuadradas) en la Amazonía Legal, lo cual representa un aumento del 8,5 % respecto de 2017 (calculado entre agosto de 2016 y julio de 2017), cuando se produjo el desmonte de una superficie de 6947 kilómetros cuadrados (2682 millas cuadradas).

Los expertos recientemente contactados por Mongabay respaldaron la tecnología de última generación de las imágenes satelitales que utiliza el INPE, al tiempo que desestimaron las acusaciones del gobierno de Bolsonaro respecto de la manipulación de datos. Por su parte, el gobierno no ha aportado pruebas sustanciales que respalden las acusaciones que lanza al INPE sobre la falsedad de los datos.

Además de cuestionar los datos del Instituto, Bolsonaro ha criticado la forma de proceder del organismo, alegando que él tendría que haber sido informado primero antes de que salieran a la luz las estadísticas mensuales de deforestación. El día previo al despido, Bolsonaro acusó a Galvão de conspirar junto a “una ONG”. En otras ocasiones, el gobierno también había acusado a las organizaciones no gubernamentales que trabajan en la Amazonía brasileña de influir de forma indebida en las políticas ambientales de Brasil —incluida la participación de las ONG en la implementación del Fondo Amazonia, una iniciativa que ha servido en buena medida para frenar la deforestación en esta región—.

“Si toda esta devastación de la que nos acusan hoy y toda la que ya se presuntamente se ha causado fuesen verdad, entonces la Amazonía hoy no existiría”, sostuvo Bolsonaro en una conferencia de prensa el pasado 1 de agosto, cuando desestimó los datos del INPE. “Estoy convencido de que los datos del INPE son una mentira […]. Tengo la sensación de que no reflejan la realidad. Incluso parece como si él [Galvão] trabajara para una ONG”, agregó.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, habla con los periodistas en Brasilia, en julio de 2019. Imagen de Carolina Antunes/Presidencia de Brasil vía Flickr Commons (CC BY 2.0).

Futuro incierto

La destitución de Galvão generó la reacción de científicos, ONG, fiscales federales y de los propios funcionarios del INPE. “Bolsonaro sabe que su gobierno es el principal responsable de la situación actual de destrucción de la Amazonia. El despido del director del INPE es tan solo un acto de venganza contra los que exponen la verdad”, afirmó en un comunicado Márcio Astrini, coordinador de Greenpeace Brasil.

“El nuevo gobierno ha puesto en marcha en el país un proyecto antiambiental, que elimina la capacidad del estado de combatir la deforestación y favorece a aquellos que cometen delitos ambientales. Y ahora, cuando tiene que hacerse cargo de las consecuencias de sus decisiones, él [Bolsonaro] trata de ocultar la verdad de forma vergonzosa e intenta culpar a los demás”, añadió Astrini.

El gabinete de Bolsonaro no ha realizado declaraciones respecto de la destitución de Galvão. Por el contrario, solo se hizo eco de una declaración del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Innovación y Comunicación que confirmaba el despido, agradecía a Galvão por su trabajo y señalaba que la elección del nuevo jefe estaría basada en “el mérito necesario [requerido para] el puesto”.

Dos funcionarios del INPE que hablaron con Mongabay y que pidieron no revelar sus identidades expresaron una “seria preocupación”, no solo respecto de quién estará a cargo de la institución, sino también sobre el futuro del sistema de supervisión del INPE, que lleva décadas en funcionamiento.

“Me preocupa el futuro. Me preocupa enormemente que los sistemas sigan funcionando como hasta ahora, de forma transparente… Espero que el gobierno no ponga fin a nuestro trabajo”, sostuvo el funcionario del INPE a Mongabay.

“El despido de Galvão fue algo inesperado. Es preocupante tener un presidente que desacredita una institución científica cuyo trabajo es reconocido en todo el mundo, y tan solo por sus propios intereses políticos… Es una total falta de respeto a las personas que han dedicado su vida a la ciencia, la educación y la cultura. Nos están regañando. Los científicos están asustados”, sostuvo un segundo funcionario del INPE.

Según este funcionario, los ataques del gobierno contra el INPE parecen una estrategia para desacreditar a la institución. De este modo, se allana el camino para la puesta en marcha de un sistema privado de vigilancia de la deforestación en el país. En marzo de este año, el periódico Folha de S. Paulo divulgó que el ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, se encontraba diseñando un sistema privado alternativo al utilizado por el INPE, con un costo de al menos 8,5 millones de dólares. Este nuevo sistema utilizaría las imágenes satelitales provistas por Planet, una compañía con sede en Estados Unidos. Según el periódico, el INPE actualmente desembolsa unos 150 mil dólares anuales por el uso de las imágenes del satélite de la NASA, Landsat, lo cual le permite evaluar los índices anuales de deforestación que arroja PRODES. Por su parte, las alertas de DETER emplean imágenes de CBERS, los satélites chino-brasileños de uso gratuito.

En una declaración enviada a Mongabay el 8 de agosto, Planet sostiene que no ha sido contratado “como contratista exclusivo y alternativo del INPE por un monto de 8,5 millones de dólares”, agregando que la compañía no mantiene contrato con el gobierno brasileño. “Como proveedor no exclusivo de datos, nuestra información ha servido para las evaluaciones mediante MapBiomas y es probable que nuestros datos continúen siendo utilizados en futuras evaluaciones. Nuevamente, somos un proveedor no exclusivo de datos, no estamos colaborando con los análisis de ningún organismo”, clarificó Planet.

La destitución de Galvão y el nombre de su reemplazante aún deben ser publicados en el boletín oficial, Diário Oficial da União. En una entrevista con Radio Eldorado el pasado 5 de agosto, Pontes sostuvo que el nuevo director del INPE sería anunciado antes del 6 de agosto. Según el ministro, encabezan la lista de candidatos un oficial de la Fuerza Aérea y un investigador doctoral con experiencia en deforestación.

Déjanos tus comentarios
La sección de comentarios está abierta a la reflexión y el intercambio de opiniones las cuales no representan precisamente la línea editorial del diario ElDesconcierto.cl.