Alerta Blanca: Construyamos un nuevo Chile desde el “otro” Chile

Por: Lake Sagaris / Laboratorio de Cambio Social | Publicado: 19.09.2020
Alerta Blanca: Construyamos un nuevo Chile desde el “otro” Chile Homenaje a María Ignacia Romero (2018) / Agencia Uno
La muerte de Valeria Andrea Gazzano, ciclista atropellada en Gran Avenida, es una tragedia previsible y prevenible. Dejemos de hablar de “accidentes”, son “siniestros” que, cuando se repiten en el mismo lugar, más bien parecen una especie de homicidio por negligencia, siendo el responsable el Ministerio de Transporte, el director de obras y el alcalde de la municipalidad.

Confieso que el encierro cambia la relación con las emociones, y esta semana no me he podido liberar de la pena, la frustración y la rabia por la muerte de Valeria Andrea Gazzano, ciclista atropellada en Gran Avenida. Una muerte previsible y prevenible: desde hace años sabemos que este es un lugar de altísimo riesgo en nuestro sistema vial.

La biblioteca de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset) contiene sendos informes (tabla 1) y bases de datos que señalan los puntos donde se repiten choques y atropellos, matando y dejando lesiones graves. Un equipo que trabaja en gestión de riesgo confirma que este sector de Gran Avenida es una de las zonas más peligrosas, y se ve claramente en las cartografías del experto, Ariel Lopez.

“Alerta Blanca”, publicada en las redes sociales a horas del atropello de Valeria Andrea Gazzano Archiles. Fuente: Instagram Revolución Ciclista.

Incluso, cuenta el fundador del Colectivo Muévete, Arturo Torres, que tan conocido es el riesgo de ese sector de Gran Avenida que durante el Foro Mundial de la Bicicleta 5 (Chile 2015), les organizadores llevaron a expertos internacionales de la ONG Cities For People al sector. “Hicimos diagnóstico con voluntariado, y proyecto”, recuerda Torres. Pero “el Alcalde y Director de Transito se negaron a dar permiso para hacerlo”.

La propuesta de mejoras era sencilla y bien fundamentada, “se resolvía sólo con demarcación. FMB5 ponía pintura y voluntarios”. Pero no prosperó. “Pura negligencia de las autoridades: ni gratis con el mejor equipo del mundo lo hacen”.

Por lo tanto, dejemos de hablar de “accidentes”, son “siniestros” que, cuando se repiten en el mismo lugar, más bien parecen una especie de homicidio por negligencia, siendo el responsable el Ministerio de Transporte, el director de obras y el alcalde de la municipalidad. Las “auto”-ridades, las llaman algunes ciclistas, por la prioridad que les dan a los autos, por sobre las vidas de miles de personas, destrozadas por estas ocurrencias.

Quién será mañana? ¿Tú? ¿Yo? Solo sabemos que va a ser alguien esencial en el mosaico de cariños que nos sostiene, especialmente en las condiciones actuales.

Casi al mismo tiempo que golpea esta terrible noticia, llega por redes ciclistas una minuta que registra como las autoridades rechazan las bicisendas de urgencia que quedaron de apurar, irresponsabilidad máximo, y no solo por Valeria Gazzano.

Entre movimientos de protesta y Covid19, sube exponencialmente el uso de la bicicleta en la Región Metropolitana y muchas ciudades chilenas. Significa que la mayoría de las personas que pedalean no tienen los dos años de experiencia que se recomiendan para navegar con seguridad. Menos aún en un sistema lleno de puntos peligrosos sin tratar.

Muchas medidas de auto-protección requieren enseñanza, ya que son “contraintuitivas”: por ejemplo los novatos suelen pensar que es más seguro pasar por el lado derecho de un bus, arrimado a la vereda, pero por los puntos ciegos y otros factores, se recomienda la izquierda.

Igual, en nuestras condiciones los riesgos son múltiples, complejos, e injustos.

Es más, los estudios de Conaset demuestran otra realidad escalofriante: las familias en las zonas de menores recursos — quienes más caminan, pedalean y toman transporte público — son justamente las que más sufren y pierden por siniestros viales, o sea, las injusticias de nuestro transporte cotidiano.

Hoy la racionalidad se parece demasiado a la indiferencia, así que démosle un espacio a las emociones, sobre todo para que — desde el “Otro” Chile — le damos pie a un OTRO CHILE, cuyas prioridades parten desde el cariño y el cuidado, y no el dinero y el desprecio a la vida de tanta gente. Originario, mujer, trans, nacida aquí, migrante: habitamos y debemos co-crear un nuevo país con el respeto y las tradiciones de cada cultura.

Más aún en unas “fiestas patrias” que suelen practicar el lucro desmedido en base al alcohol y la borrachera, en vez de un amor que nace de libertades, igualdades e inclusiones que nos harían un país más rico — en todos los sentidos.


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Más allá de lamentos, juzguemos para levantar un programa ciudadano

Me pueden decir, ¿por qué es más importante volver a tomar alcohol en público que darles espacio público a niñes y adultos mayores? Los problemas de salud mental que acompañan el encierro del Covid19 no se remedian con tratamientos costosos, sino con volver a tener espacios donde socializar, compartir y ayudarnos mutuamente.

El problema es profundo y por eso es fácil desesperarse. El periodista Ed Yong, de The Atlantic cuenta como las hormigas guerreras o marabunta son capaces de caminar en círculos hasta morirse. Ya que navegan según senderos e la hormiga por delante, quedando atrapados en un círculo vicioso.

Horarios cortos en parques distantes (arriba a la izquierda), mientras plazas habituales siguen cerradas (arriba a la derecha), amenazas de multas (abajo a la izquierda) e improvisaciones horribles como estas en Nueva Dardignac (abajo a la derecha), la realidad actual de Bellavista Providencia.

Así, argumenta Yong, estamos atrapades ahora frente a este nuevo mundo conCovid. Como hice en esta columna hace un par de semanas, Yong resume lo que sabemos con buenas bases en la evidencia. Luego pautea nueve errores, muchos demasiado familiares para nosotres aquí en Chile. No trazar y tratar, especialmente a las personas pre- y a-sintomáticas; vivir entre opciones falsas como “la salud versus la economía”, reaccionar con “teatralidad” en vez de combinaciones de medidas comprobadas efectivas, culpar a las personas en las calles en vez de las empresas que les obligan a ir a trabajar… los hemos visto casi todos.

Así fuimos testigos en Bellavista Providencia estas últimas semanas (fotos): se retoman actividades que son importantes para el comercio local y mucha gente, sin consultar e involucrar a les residentes y en condiciones deficientes. Volver a usar las calles residenciales como estacionamiento aumenta el riesgo de delincuencia y robos, y ahora, de contagio, particularmente cuando se reúnen grupos de hasta 10 personas, con mesas cercas, y con servicio de alcohol sin alimentos. De hecho, la aplicación SoSafe ya está informando de peleas nocturnas, incluso en horarios de toque de queda.

A falta de medidas efectivas que acogen las necesidades de la gente — a salir, a volver a encontrarse, a jugar, en calles, parques y plazas con resguardos adecuados — nos encontramos con un doble estándar que no le hace bien a nadie (fotos). Por ejemplo, mientras les 8.000 residentes de Bellavista quedamos sin calles abiertas como CicloRecreovía.cl, con horarios cortos en parques distantes y ni siquiera nuestras pequeñas plazas disponibles, vivimos entre amenazas de multas e improvisaciones horribles como estas en Nueva Dardignac, Bellavista Providencia.

Difícil imaginar una “solución” tan poco acorde con el patrimonio, la gente y el cariño que tenemos a este lugar. Contrasta con la buena gestión del Barrio Lastarria (pre-Covid y protestas 2019), las transformaciones bellas en el centro de Santiago (anterior a Covid19), Rancagua (antes y con Covid), y Las Condes (con Covid), por ejemplo, en Isidora Goyenechea o incluso otros sectores de Providencia.

¿Pensarán que somos menos humanos por aquí?

¿Qué tiene que ver la vida con Covid y la muerte de Valeria Gazzano?

Las estrategias parciales y prioridades distorsionadas de ambas respuestas reflejan un problema sistémico, que deja a las acciones basadas en el cuidado en el último lugar. En el plano de la movilidad, sabemos que reducir volúmenes y velocidades de autos y crear espacios amplios y seguros para peatones y ciclistas  es la mejor manera de salvar vidas y reducir los daños permanentes de la inseguridad vial.

ConCovid también sabemos las medidas claves para poder volver a funcionar, siempre resguardando la vida y la salud.

Sin embargo, tanto para la (in)seguridad vial como la vida con pandemia, vivimos respuestas basadas en estrategias de castigo y coerción, que se están demostrando cada vez menos efectivos. Estas fiestas patrias subrayan esta realidad. Bares abiertos y parques cerrados, la necesidad insatisfecha de mayor contacto con la naturaleza: reflejan necesidades intensas y profundas que no están siendo atendidas.

Frente a esta realidad, inhumana e inhumanizante, lo que nos quedan son nuestras acciones personales (en la medida que tenemos como escoger) e iniciativas colectivas de auto-gestión.

Pero también debemos mantener el ojo puesto en el juego del poder. No solo la constitución, sino las elecciones que vienen. Es hora de especificar y levantar agendas colectivas: propuestas por las cuales deben pronunciarse tanto les candidates en las elecciones para la nueva constitución como también las personas que se proponen para las elecciones municipales (abril 2021); y las posteriores elecciones nacionales.

Junto con las reformas constitucionales, necesitamos nueves candidates y nuevos tipos de candidatos, gente honesta, transparente y responsable, con experiencia relevante, capaces de aprender e innovar. Mujeres, migrantes, personas de pueblos originarios, de diversas edades y condiciones socio-económicas.

Necesitamos formas de consensuar y comprometernos con el Otro Chile que somos, y queremos. Por esto, debemos pesar, con propuestas ciudadanas bien consensuadas y validadas.

Para este propósito, les invitamos a participar de un nuevo experimento de nuestro Laboratorio de Cambio Social (cambiarnos.cl). Nuestras actividades se enmarcan en una participación real, vinculante, tanto en el diseño como en el uso de los resultados de nuestra investigación.

Es muy sencillo: tal como nos evalúan en cada paso de la vida, queremos hacer una tarjeta de evaluación (scorecard) del desempeño de las organizaciones locales, comparadas con las municipalidades, los gobiernos regionales y el nacional. En base a esto, levantar propuestas y demandas contundentes que requieren compromisos de les candidates, para tiempos conCovid y más allá.


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* Agradezco a les expertes del Colectivo Muévete por sus aportes a algunos contenidos de este artículo.

Lake SagarisPhD Planificación urbana y comunitaria, Profesora Ingeniería de Transporte e investigadora Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS), Centro de Excelencia en Transporte Rápido BRT+, Pontificia Universidad Católica de Chile.

Análisis | Entre el MOP y el MTT: Balance de Transporte Justo para medir y empujar

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