Sequía, contaminación y deforestación amenazan a la supervivencia de las abejas

Sergio Castillo, gerente y dueño de la Apícola Aconcagua Ltd., ubicada en el fundo San Jorge, en la comuna de Quilpué; reveló que la deforestación, la sequía y el cambio climático están repercutiendo en forma negativa en la producción de miel y polen de las abejas y su función-vital-en el medio ambiente.

El apicultor, que cuenta con mas de 2500 colmenas, 1500 destinadas a la producción de polen y 1000 para la polinización, advierte que está en riesgo la supervivencia de los insectos. Tanto él como otros recolectores de miel y organizaciones que velan por las especies nativas, advierten que las abejas están muriendo de hambre, por enfermedad o porque simplemente ya no está su hábitat.

«Le hemos quitado su alimento principal, entre ellas la diversidad de flores. A medida que hemos ido deforestado le hemos quitado su recurso natural», aseveró.

Recientemente, la malnutrición de las abejas provocó que repuntara la proliferación de la loque americana en El Maule y Biobío, las zonas apícolas más activas del país. Una de las enfermedades más importantes de la apicultura, aunque no debería suponer una amenaza para la salud del hombre.

Además de la deforestación, Sergio señala que los elementos químicos en el ambiente-empresas, pesticidas y contaminación-y la sequía, también impactan en el desarrollo de esta especie.

Las sequías han trastocado a las regiones Metropolitana, Valparaíso y O’Higgins. Incluso, a inicios de agosto, el ministro de Agricultura, Antonio Walker, decretó Zona de Emergencia Agrícola en la región de Valparaíso debido a la escasez de agua.

En ese sentido, Castillo alertó que «ellas (abejas) empiezan a intuir que va a haber poca alimentación. Ellas se empiezan a resentir».

El productor explica que no solo se ve afectada la producción de miel y el polen, sino el principal rol de la abeja para el medio ambiente: la polinización.

«El rol ecológico de ella es mantener todo el entorno verde, sino estaríamos en un desierto», detalló.

Finalmente, lamentó que no haya conciencia por parte de los ciudadanos u organismos para advertir el de extinguirse, o estar en peligro, las abejas.

«Hay poca gente que nos ha podido ayudar realmente y ha tenido conciencia de lo importante que es la abeja para mantener esta cadena», concluyó.