OPINIÓN | Milton Friedman, sacúdete en tu tumba

Por: El Desconcierto | Publicado: 20.06.2020
OPINIÓN | Milton Friedman, sacúdete en tu tumba Milton Friedman / Foto: EdChoice /
La entrega de cajas de comida a la gente más vulnerable, en el contexto de la crisis económica y sanitaria actual, hubiera llenado de espanto al padrino del neoliberalismo, el economista Milton Friedman. Sin adherirme en su totalidad al pensamiento de él, es insólito notar cómo quienes invocan su nombre han sido los primeros en debilitar la libre competencia y favorecer tratos especiales a grandes empresas. Se sacudiría en su tumba con todas estas políticas públicas debilitantes de la libre competencia y de la libertad individual.

Friedman fue un mentor central para Arnoldo Harberger y los chilenos que llegaron a la escuela de Chicago, para aprender las ideas que hasta hoy marcan la realidad de nuestro país. La gestión burocrática de la repartición de estas cajas de alimentos ha incluido camiones en la Moneda, compra de insumos a empresas que forman parte de un oligopolio, participación de ministros de estado e intendentes (y hasta la primera dama), miles de agentes estatales involucrados, cuadras de procesiones de camionetas municipales cargando cajas, todo significando un costo excesivo e innecesario de parte del estado.

A Friedman, lo estarían sacudiendo de terror. La solución, para este padrino de las políticas económicas chilenas, hubiera sido entregarles dinero directamente a las familias más necesitadas.

Según Friedman “un impuesto negativo a la renta” es la forma más eficiente de ayudar

De hecho, Friedman ya había ahondado en este terreno, utilizando un concepto que él denominaba el Impuesto negativo a la renta (INR, Negative Income Tax, en el inglés original). El INR, argumentaba, es la forma más eficiente de ayudar a la gente de escasos recursos. Se evita la contradictoria, pesada y costosa burocracia estatal que trata de definir qué es lo que quiere la gente y su implementación logística. En su lugar, el INR les entrega una fuente de ingresos a los más pobres, cada semana, o cada mes, que les ayudaría a salir de la pobreza de forma progresiva, dejando en cada una de estas familias la responsabilidad de cómo utilizar estos recursos, e inyectando estos recursos directamente al mercado, en mano de las decisiones de esta gente, expandiendo así la diversidad del mercado.

La idea es sencilla. Para cada individuo, según el número de dependientes a mantener (hijos, abuelos, gente con discapacidad), se fija un sueldo limite, bajo el cual uno está exento de impuestos a la renta. Para ejemplificar,

digamos en el caso chileno, uno de 500 mil pesos. Si ese individuo gana 500 mil, no paga impuestos a la renta. Si gana menos, se calcula la diferencia entre su sueldo y los 500 mil, y se multiplica por 50%, para quedar con un monto que se le entrega directamente al individuo, en forma monetaria. Por ejemplo, si yo gano 0$, el estado me daría 250 mil pesos al mes. Si gano 300 mil, el estado me daría 100 mil pesos al mes [(500 – 300) *50%], y mi sueldo se elevaría a 400 mil por mes. El propósito del cálculo es apoyar, pero también generar un incentivo para buscar empleo.

Ahorrar costos e inyectar recursos para mercados competitivos

El objetivo central del INR es evitar gastar en otros costos asociados a la pobreza, que serían muchos mayores. Tiene el beneficio de ir directamente a inyectarse en mercados competitivos. Según Friedman, estos mercados competitivos son los que mayor garantía dan al crecimiento de la riqueza y a la libertad individual.

Lo que hizo el gobierno fue una verdadera afrenta a los axiomas económicos que dice defender. Mucho más eficiente, fácil y justo, de acorde a Friedman, hubiera sido dar, directamente, recursos monetarios a los más pobres, para ayudarlos a salir de esta crisis, y defenderse de la vulnerabilidad del país antes las crisis económicas que se vienen.

Pero esto es solo parte de las afrentas que los supuestos defensores de libre mercado hacen día a día a partir del gobierno y posiciones de poder. Más preocupante aún, para Friedman, es el rol que ha tenido el estado en limitar el libre mercado. Milton Friedman fue cuestionado de que el libre mercado daba lugar a una concentración de capitales, a las desigualdades y a los monopolios económicos. Sin embargo, Milton Friedman observó que en términos prácticos no había encontrado en el mundo ejemplos donde estos monopolios se habrían dado, sin la participación activa de un estado que defiende y fortalece estos monopolios.

Friedman en Chile

Friedman visitó Chile en 1975 y se encontró con Pinochet. Friedman celebraba un milagro económico chileno, en que fuera un estado autoritario – centralizado, vertical, de arriba a abajo – el que se abriera a la posibilidad de los libres mercados, que según él normalmente son una fuerza “de abajo hacia arriba”.

Hoy vivimos en unos de los países más desiguales del mundo, una república marcada por la oligocracia y los oligopolios. Volviendo a sus palabras, fue el estado chileno durante la dictadura que habilitó estos oligopolios al traspasar las grandes empresas públicas, de producción y servicios, a manos de unos pocos privados y a bajos costos. Fueron los gobiernos post-dictadura que continuaron de fomentar estos monopolios y oligopolios con la licitación de las carreteras y la privatización de los servicios sanitarios, por ejemplo, donde somos los consumidores quienes asumimos el mayor costo.

Hoy, el estado ha continuamente ayudado a las grandes empresas del país. Ya sea con legislaciones que dan la mayor parte del mar a siete familias, con perdonazos de impuestos a las grandes empresas, con licitaciones hechas a la medida de los grandes grupos económicos, el fortalecimiento de las AFP, quitándole el ahorro personal de los contribuyentes en pos de los grandes grupos económicos, los planes de rescate empresariales en tiempo de COVID, o en el dar a los bancos los recursos para ayudar a las pymes, en vez de entregarlos directamente a las pymes. Con estas acciones, el estado chileno ha reforzado los monopolios existentes. Esto socava los mercados competitivos y libres, condición esencial según Friedman para una sana economía.

Contradicción que destaca el autor del “modelo”

Esta contradicción no es ajena a Friedman, y se ve reflejada en la siguiente cita, tomada de una entrevista de 1991, ya en los otoños de su carrera. “En todas partes, uno levanta una piedra y encuentra a un hombre de negocios hablando de lo bueno del libre mercado, de su importancia y sus beneficios, lo dirá en sus discursos y frente a los políticos. Lo que no te dirá, es que él desea eso para todos los demás salvo para sí mismo. Para sí mismo, él querrá y recurrirá a todas las formas de subsidios, licencias, tarifas y políticas de parte del estado, para que lo beneficien particularmente. Cuando Chrysler, estaba por irse a la quiebra en EEUU, a pesar de su discurso continuo por el libre mercado, y en vez de irse a la quiebra, como lo debió haber hecho, se benefició de jugosas ayudas del estado.”

Sin adherirme en su totalidad al pensamiento económico de Milton Friedman, es insólito notar cómo quienes invocan su nombre hoy en Chile han sido los primeros en debilitar la libre competencia, han sido los más acérrimos defensores de políticas públicas ineficientes como la entrega de cajas sin coordinación con redes locales, y los que más defienden prácticas monopolizantes como rescate a empresas, las AFPs, o los tratos especiales a grandes empresas. Milton, se sacudiría en su tumba.


Camilo Lanfranco. Economista & sociólogo, MA medios, interculturalidad y nuevas tecnologías Colaborador, Laboratorio de Cambio Social.

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