Evalúan servicios de ecosistemas en agroindustria para priorizar su conservación

Por: Pedro Hernández | Publicado: 11.10.2022
Evalúan servicios de ecosistemas en agroindustria para priorizar su conservación Foto: wineaustralia /
Los servicios ecosistémicos (SE) corresponden a beneficios que los humanos obtienen de los ecosistemas, como son el agua, los ciclos de nutrientes, la fertilidad del suelo, medicinas, polinización, etc., de los cuales la producción agrícola es altamente dependiente.

Apoyar el desarrollo sostenible a través de la incorporación de los servicios ecosistémicos es un desafío para el sector productivo, sistema altamente técnico compuesto a menudo por entidades privadas con diferentes competencias.

En este contexto, investigadoras e investigadores del Instituto de Ecología y Biodiversidad -IEB- de Chile y Joint Nature Conservation Committee -JNCC- de Reino Unido -institución pública inglesa que entrega asesoramiento medioambiental a nivel mundial en materia de conservación-, presentaron un artículo que destaca cinco retos claves de este proceso, incorporando soluciones para el desarrollo de esta industria.

Los aportes fueron publicados en la revista científica Journal of Applied Ecology.

Según el estudio, construir una comprensión común de los servicios ecosistémicos, navegar por fuertes dinámicas de poder, ser un sistema altamente técnico con diversas especialidades, comprender la limitación de los costos de oportunidad de manejos alternativos, y manejar la incertidumbre; son algunos de los desafíos que deben enfrentar científicas, científicos y profesionales para lograr una gestión agrícola sustentable. De esta manera, se espera contribuir incorporando servicios ecosistémicos en la agroindustria, para promover sistemas de producción compatibles con la conservación de la biodiversidad.

Si bien dicha incorporación requiere manejar elementos técnicos y prácticos, su efectividad depende de una participación activa, equilibrar expectativas, y tener la capacidad de construir un entendimiento compartido entre distintos saberes y conocimientos. En este sentido el enfoque sugerido se basa en los principios de co-producción, proceso colaborativo que integra los conocimientos, saberes y experiencias de diversos actores, en el desarrollo de un nuevo entendimiento, que sea representativo e inclusivo, y así lograr que su aplicación sea más efectiva.

El paper científico corresponde a una herramienta de co-producción de conocimiento, se ofrecen consejos a científicas, científicos y profesionales, sobre cómo afrontar los retos técnicos y prácticos en el mundo de la conservación con el sector privado.

Para implementar este aprendizaje, la experiencia brindada por el Programa Vino, Cambio Climático y Biodiversidad -VCCB-, iniciativa científica del IEB, que promueve la conservación de la biodiversidad y el uso estratégico de los servicios ecosistémicos en viñedos chilenos, ha sido vital para concretarlo. Este programa, a través de sus 13 años de experiencia, ha permitido fortalecer las interacciones entre ciencia e industria a largo plazo, posicionándose como un modelo de co-desarrollo, enfocado en mejorar las prácticas agrícolas, para contribuir a la conservación biológica junto al sector privado.

La directora del Programa VCCB, académica de la Universidad Austral de Chile e investigadora del IEB, Dra. Olga Barbosa, destaca que este trabajo interdisciplinario es un ejemplo concreto de cómo escalar el conocimiento científico a la sociedad. “Lo que nosotros promovemos es la toma de decisiones informada en el conocimiento, y la única manera de hacerlo es co-construyendo, para que no solo sea robusta científicamente, sino atingente también a la realidad de los usuarios”, destacó la investigadora.

En este sentido, destaca la incorporación de científicas y científicos de las ciencias sociales: “fue un gran aporte para involucrar a los grupos de interés, obteniendo reflexiones humanas profundas, veraces y objetivas sobre el uso y valor de las herramientas de la ecología en la toma de decisiones, revelando nuevas percepciones sobre el valor de la naturaleza tanto a nivel individual como organizacional”, afirmó.

Mayor información sobre este proyecto de co-producción se encuentra en el siguiente enlace:  https://jncc.gov.uk/our-work/chile-viticulture-project-introduction/

Conservación en la agroindustria

Los servicios ecosistémicos (SE) corresponden a beneficios que los humanos obtienen de los ecosistemas, como son el agua, los ciclos de nutrientes, la fertilidad del suelo, medicinas, polinización, etc., de los cuales la producción agrícola es altamente dependiente. Sin embargo, producto de la industrialización y globalización del sector agrícola, éste se desacopló de los SE, reemplazándolos por agentes externos, los cuales han causado impactos significativos en el ambiente, como son el uso de fertilizantes y plaguicidas agroquímicos, la intervención mecánica del suelo y la conversión extensa de hábitat para la implementación de monocultivos, entre otros.

Es por esto que iniciativas científicas, en colaboración con sectores de la producción agrícola, nos interesamos en promover la incorporación de estos servicios en la agroindustria, para reemplazar estos agentes externos y hacer uso de procesos naturales en la producción agrícola, al mismo tiempo que se preserva la biodiversidad”, destacó la Dra. Paz Durán de la Universidad Austral, quien fue investigadora postdoctoral del Instituto de Ecología y Biodiversidad.

Bajo esta premisa, han emergido diversas aproximaciones tales como la agroecología, la intensificación ecológica y el manejo basado en ecosistemas. “El objetivo es permitir que el proceso productivo pueda mantenerse a gran escala, pero incorporando estos servicios en sus prácticas de manejo”, afirmó la Dra. Durán.

Cooperación internacional

Si bien los objetivos están claros, la colaboración con países ya avanzados en estas temáticas es un gran aporte. En este sentido, en los tratados comerciales entre Reino Unido y Chile, ha sido de interés para ambos territorios promover prácticas de producción sustentable. “Chile, y América Latina en general, son puntos clave de la biodiversidad mundial, que requieren un fuerte liderazgo de pensamiento y colaboración internacional para encontrar soluciones a los desafíos planteados por la pérdida de biodiversidad y los impactos del cambio climático”, destacó Matt Smith, director del área de Biodiversity, Ecosystems & Natural Capital de JNCC.

Por otro lado, es importante “utilizar datos y programas informáticos rentables, para garantizar que las limitaciones de recursos no sean una barrera para el uso del conocimiento científico multidisciplinario en la toma de decisiones”, señaló. Además, es crucial mantener vínculos con los responsables de la toma de decisiones, para demostrar el valor agregado de estos procesos de co-construcción, y “adelantar qué cambios de comportamiento serán necesarios para desbloquear la inversión en protección de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, y generar acciones en respuesta a áreas políticas clave (clima, agricultura, seguridad hídrica, gestión de riesgos, planificación económica sostenible y resiliente)”, afirma Matt Smith.

Instrumentos para políticas públicas

Por otro lado, estimar cómo responden los servicios ecosistémicos frente a diversas prácticas agrícolas, es uno de los objetivos que VCCB junto a JNCC desarrollaron a través de la plataforma VInES (Viticulture Implementing Ecosystem Services), la cual orienta la toma de decisiones sobre qué prácticas agrícolas podrían ser modificadas para mejorar la entrega y uso de estos servicios.

Esta nueva aplicación se encuentra disponible, pero hasta el momento sólo para viñas que participaron del proyecto piloto. En su primera fase posee medidas cualitativas e informa cuál es el impacto al SE si se implementa una práctica de manejo específica (herbicida, manejo de arado, etc.). En una segunda fase, se encuentran buscando obtener valores cuantitativos para ciertas prácticas a una escala más fina, según las necesidades de los propios productores a nivel de predio. También es posible observar cómo son afectadas estas prácticas en función de modelos predictivos del cambio climático.

La colaboración entre VCCB y JNCC ayudó a  sistematizar aún más la aproximación de co-producción que se ha venido refinando en los últimos años junto a las viñas. “Tomamos un método altamente técnico y lo implementamos bajo una aproximación participativa, que escucha y considera a los actores relevantes. Esta es la primera vez que hacemos una herramienta cualitativa”, destacó la Dra. Barbosa.

Desde las políticas públicas, esta aproximación colaborativa es relevante. “Es un aporte, pues es más inclusivo y representativo, integrando más activamente a actores relevantes; y conocimientos sumamente valiosos, los cuales muchas veces no se encuentran en libros ni publicaciones académicas, y que requieren de un proceso de acercamiento para ser compartidos”, destacó la Dra. Durán.

Por último, Matt Smith destaca que los mapas de servicios ecosistémicos reflejan riesgos ambientales que no solo afectan a los viñedos, sino que tienen un valor más amplio para todos los actores en paisajes multifuncionales, relacionados a disponibilidad de agua, riesgos de incendio, impactos de la contaminación, etc.  “Si se usa de manera efectiva, puede mostrar interrelaciones, responsabilidades compartidas, valor agregado para la colaboración a nivel de paisaje para reducir los riesgos ambientales, pero también capitalizar oportunidades, tanto en actores estatales como privados”, señaló.

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