Calles muy grandes y veredas muy chicas: los obstáculos para dejar el auto en Chile

Al analizar cómo está distribuido un espacio público en Chile, se puede concluir que en su gran mayoría el gran beneficiario es el automóvil. “Las calzadas suelen ser sobredimensionadas y las veredas están subdimensionadas, lo que dificulta la caminata”, explica Marie Geraldine Hermann, profesora del Departamento de Urbanismo de la Universidad de Chile.

Según la especialista, esta diferencia se acentúa más en barrios de menores ingresos, donde las veredas en muchos casos ni siquiera existen y en otros no están pavimentadas o no cuentan con accesibilidad universal.

Incentivar la caminata, el transporte público y el uso de la bicicleta es parte del llamado que hacen especialistas este 22 de septiembre en que se conmemora el día internacional sin auto. “Para incentivar la caminata resulta muy importante mejorar nuestras veredas y construir veredas más inclusivas y anchas”, indica Hermann.

Según indica la especialista, las veredas en calles locales deberían tener un mínimo de 2,5 metros de ancho (y no de 1,2 metros como suelen tener) para que puedan pasar dos coches de bebé o sillas de rueda, y las calles comerciales deben tener un ancho de 5 metros.

También llama a diseñar cruces más seguros para peatones y ciclistas, con rampas peatonales y tiempos de semáforo más largos.

¿Por qué dejar el auto?

Dejar de usar el auto no solo es amigable con el medio ambiente sino que mejora la calidad de vida en la ciudad, según los especialistas, que señalan el ruido que genera estrés o las colisiones fatales que vuelven peligrosas las calles.

“El auto, en general, es muy depredador de la vida en las ciudades, hace que estas sean poco vivibles para las personas porque hace que las calles sean más peligrosas, también porque es ineficiente en la cantidad de espacio que ocupa para la gente que se transporta”, detalla el especialista en movilidad sustentable, Rodrigo Mora.

Por el contrario, el uso de la bicicleta y la caminata generan “son modos de transporte sustentable y constituyen actividades físicas que mejoran la salud física y mental de las personas”, y la presencia de peatones en las calles da “vitalidad a la esfera pública urbana y aporta a la seguridad de las veredas”.

¿Cómo desincentivar el auto?

Además de diseñar el espacio público de forma que incentive el transporte sustentable y mejorar la red de transporte público, se pueden tomar medidas como el pago de peajes por circulación y reducir los estacionamientos como se está haciendo en el barrio Italia en Providencia, ejemplifica Hermann.

“Por ejemplo se puede cobrar a los conductores por entrar al centro de la ciudad, y destinar esos ingresos al transporte público, las ciclovías y las veredas”, agrega.