Recuperar dunas, quebradas y bosques de algas: Soluciones para que no desaparezcan las playas

Por: María del Mar Parra | Publicado: 31.01.2024
Recuperar dunas, quebradas y bosques de algas: Soluciones para que no desaparezcan las playas Veraneantes en playa de Reñaca. / Foto: Agencia UNO.
Playas como Hornitos, Algarrobo y Pichilemu podrían desaparecer en las próximas décadas. Ante las soluciones tradicionales para la erosión costera como muros o dragados, se presentan métodos que recuperan la capacidad de ecosistemas como ríos, bosques de algas y dunas, para proteger las playas.

Alerta generó el estudio publicado la pasada semana que devela la grave situación de nueve playas en Chile que en un solo año duplicaron su erosión, aumentando el riesgo de desaparecer en una década. Hornitos, Algarrobo, Tongoy y Pichilemu son algunas de ellas.

Pero para afrontar el problema existen dos tipos de enfoque, que incluso a veces se oponen uno al otro. Las soluciones tradicionales para disminuir la erosión de las playas han sido construcciones artificiales como muros e intervenciones directas como dragado de arena para agregar en la playa.

En respuesta a este tipo de metodología, han ido ganando espacio las soluciones basadas en la naturaleza, que buscan restaurar los ecosistemas que protegen a las playas de la erosión y que contribuyen arena y sedimentos a ellas.

¿Cuáles son las soluciones?

Carolina Martínez, directora del Observatorio de la Costa UC y una de las investigadoras del estudio sobre la erosión costera, ejemplifica algunos mecanismos naturales que se pueden regenerar o fortalecer en las playas.

En playas amplias con campos dunares, se pueden restaurar las dunas primarias para afectar positivamente a las otras dunas que dependen de estas. Existen para ello métodos como el “empalizado” que consiste en generar cercos con cañas u otro material biodegradable en la anteduna para capturar la arena e incrementar la duna.

La erosión de las playas sin dunas se puede revertir por ejemplo liberando las quebradas o ríos que las alimentan de arena. “En el caso de Algarrobo y el Tabo que están muy erosionadas, las playas dependen de los aportes de sedimento de cuencas locales que están muy intervenidas y urbanizadas, o que tienen encausados sus drenajes entonces hay menos alimentación de arena”, explica Martínez.

Otro ecosistema a restaurar para revertir la erosión de las playas son los bosques de algas marinas. Bajo el agua, los bosques de macroalgas no solamente albergan una amplia biodiversidad marina sino que mitigan la energía del oleaje extremo que también incide en la erosión de las playas. Esta función se ha visto mermada por la extracción de huiro para exportar.

Ley de costas

Como estas existen otras soluciones que deben estudiarse de acuerdo a la naturaleza y dinámica de cada playa, pero que se pueden aplicar en el país. Para la académica, el principio que rige cualquier solución a este problema debe ser la gestión integrada de costas, para contemplar la interacción entre los distintos ecosistemas y funciones biológicas que forman las playas.

“Dado que la causa principal de la erosión de las playas en Chile es la falta de regulación de los usos de suelo y el crecimiento urbano, es importante impulsar un ordenamiento territorial y una gestión integrada de áreas costeras que es algo que se aplica en muchos países pero en Chile aún no es una realidad”, comenta.

Martínez es una de las académicas que impulsan una propuesta de Ley de Costas que ha sido presentada en el Congreso pero que no se ha discutido. “La ley tiene base científica y apoyo de la ciudadanía pero faltan los tomadores de decisión que deben legislar para cuidar las costas del país”, concluye.

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