Plantan bosques nativos en el patio de escuelas de Santiago para innovar la educación ambiental

No muchas personas de Santiago saben que viven rodeadas de un tipo de bosque único en el mundo y que cumple funciones ecosistémicas fundamentales para la vida en la ciudad. Se trata del bosque esclerófilo, que sufre serias amenazas por el cambio climático y también por el impacto de actividades humanas que se concentran en la zonas más poblada del país.

Ahora, un proyecto de la Seremi de Medio Ambiente de la Región Metropolitana comenzó a plantar micro bosques esclerófilos dentro de escuelas de la ciudad, para potenciar la educación experimental de estudiantes sobre este ecosistema y su importancia.

Así, niños y niñas de escuelas en Pedro Aguirre Cerda, Puente Alto y Quilicura ayudaron a plantar árboles que crecerán junto a ellos durante su ciclo escolar, formando un bosque mediterráneo dentro del patio de cada recinto.

Especies como boldo, quillay, peumo, algarrobo y maitén son los protagonistas del programa: se trata de especies nativas adaptadas a las condiciones semi áridas de la zona central y que no existen en ningún otro lugar del mundo.

Además de plantar estos mini bosques, algunos estudiantes se comprometieron a ser “guardianes del bosque mediterráneo”, para promover el cuidado de la naturaleza como parte fundamental del proceso de formación estudiantil.

El proyecto también contempla llevar a estudiantes a los Santuarios de la Naturaleza que existen en la región. Desde la Seremi de Medio Ambiente proyectan plantar otros cuatro bosques en colegios durante los próximos meses, siendo Cerro Navia la próxima comuna.

Otros bosques en Santiago

En los últimos años, Santiago ha acumulado iniciativas que buscan la educación ambiental sobre el bosque esclerófilo y el acercamiento de la ciudadanía a este tipo de vegetación.

Un caso es la creación de un bosque esclerófilo de más de 200 árboles, plantado con el método Miyawaki de rápido crecimiento, y que se ubica dentro del patio del Museo Taller en pleno barrio Yungay en Santiago Centro.

Otra iniciativa inaugurada este año es el sendero interpretativo e inclusivo Umbral, que contempla un sendero de 800 metros para conocer el bosque esclerófilo en la pre cordillera de la ciudad, en San Carlos de Apoquindo. Hasta mayo la entrada al sendero es gratuita.

Dentro del radio urbano de Santiago también existe otro gran bosque esclerófilo que ha estado en el ojo de la tormenta por los intereses inmobiliarios que lo amenazan: el bosque Panul, en el cerro del mismo nombre, en La Florida.

Organizaciones comunitarias organizan constantemente jornadas de limpieza y riego voluntario así como visitas, caminatas guiadas y otras actividades de educación ambiental dentro del cerro, para involucrar a la ciudadanía capitalina en su protección.