Bárbara Hernández en su hora decisiva: «Son los nados más peligrosos alrededor del mundo»

Por: Carolina Ceballos | Publicado: 01.04.2023
Bárbara Hernández en su hora decisiva: «Son los nados más peligrosos alrededor del mundo» Bárbara Hernández / Cedida
“Son nados súper importantes en mi vida, con los que soñé alguna vez. De hecho, puedo ser la primera sudamericana, existen sólo dos mujeres mexicanas que lo terminaron antes que yo en nuestro continente. Y en total, creo que son 15 nadadores alrededor del mundo”, asegura la deportista chilena que se prepara para completar el circuito de los Siete Océanos en Japón.

Bárbara Hernández, nuestra apodada «Sirena del hielo», por ser especialista en aguas gélidas, recibió hace unos días su segundo récord Guinness, tras convertirse en la primera persona en nadar 2.5 kilómetros en aguas antárticas sin protección alguna.

Con una carrera tan desafiante como intensa, en la que ha cosechado grandes reconocimientos, la deportista se prepara para culminar un importante reto que podría llevarla a marcar un nuevo hito: ser la primera sudamericana en completar el circuito de los Siete Océanos, lo que se ha traducido en una acuciosa preparación que comparte en diálogo con El Desconcierto.

Consultada cómo se alista para esta nueva carrera, que comenzó hace varios años con los seis seis océanos restantes, Hernández cuenta que «esto ha sido un trabajo desde junio que podríamos terminar ahora, en julio, con este último océano, que sería el séptimo, en Japón. Creo que llevamos alrededor de ocho años sacando estos nados, son nados muy difíciles, no sólo por lo extensos, sino que además que el no uso de traje de neoprén ni grasa aislante del frío, son maratones acuáticas donde es muy importante el volumen diario de entrenamiento».

«Son entrenamientos diarios, pueden llegar a ser 10 kilómetros diarios, más acondicionamiento físico. También hay todo un equipo interdisciplinario que te apoya, ahí trabajamos hace varios años con mi nutricionista. Empezamos este desafío juntas, es especialista en deporte. Y también en deportes de larga distancia, con mi entrenador, hay todo un proceso de recuperación entre los entrenamientos y después de estas maratones, que pueden durar hasta 16 horas, que ha sido el nado más extenso. Esperamos que Japón, ojalá sean menos de 10. Algunos son nados de noche, entonces hay una aclimatación a las temperaturas a las aguas abiertas del mar, porque también tiene que haber una fortaleza, claridad y un trabajo mental, que es lo que finalmente marca la diferencia en cuanto al resultado.

«Es un símil con las siete cumbres del montañismo»

Posteriormente, cuando le preguntamos qué representa para ella esta competencia, Hernández releva la envergadura del desafío. «Estos siete nados, más allá de ser una competencia, porque no son nados masivos, son los nados más peligrosos alrededor del mundo, es un símil con las siete cumbres del montañismo, son nados que se realizan con un nadador, una embarcación, que es la de apoyo, donde va el capitán y la persona que te alimenta, está tu equipo, también van los jueces de la federación que acreditan tu nado, más el capitán y toda esa logística.

Son nados súper importantes en mi vida, nados con los que soñé alguna vez ojalá tener los recursos para poder financiarlos y, por otra parte, terminarlos de la mejor forma posible sintiéndome fuerte, sana, disfrutando el proceso, sabiendo que son nados que muy pocas personas en el mundo han terminado. De hecho, puedo ser la primera sudamericana, existen sólo dos mujeres mexicanas que lo terminaron antes que yo en nuestro continente. Y en total, creo que son 15 nadadores alrededor del mundo, entonces es súper impresionante saber que estamos a punto de terminar este desafío».

Bárbara Hernández nota

Bárbara Hernández- Cedida

¿Con qué expectativas la enfrentas?, es la consulta que le hacemos a continuación a Bárbara, quien comparte la envergadura del desafío. «Más que expectativas, estoy acostumbrada a trabajar de forma súper metódica y súper concreta, entonces el precio de cada nado se paga, es tu compromiso, tu claridad, compromiso con el entrenamiento, alimentación, con todo un proceso que empieza a veces años antes de que saltas al agua.

Nos quedan varios meses de preparación, por supuesto es volver a poner el corazón y, si las aguas así lo permiten, porque al nadar es nadar en la naturaleza, con la naturaleza, finalmente el resultado depende de las condiciones que te toca enfrentar, de las condiciones en que te adaptas a este desafío, mucho más allá de tu voluntad o preparación.

Teniendo eso claro y lo mental súper fuerte, el objetivo es terminar estos siete océanos, pero una de las alternativas siempre es que si las cosas cambian y, pasa algo que no te acerque a lo que esperas, finalmente es volver a empezar, eso es lo que me ha resultado hasta ahora. Y finalmente ese amor por el propósito, es lo que marca la diferencia», cuenta la deportista.

«Si nos encontramos con tiburones, es la suspensión del nado»

Respecto de lo más difícil de este reto y qué es lo que más la complica, apunta a las características del nado, «que se realiza de noche, de Hokkaidō a la isla que está al frente, en Japón, son alrededor de 32 kilómetros y se va con barco pesquero.

Un tema es la barrera idiomática y también cultural, ser lo suficientemente humildes para poder adaptarnos a las condiciones que nos toquen. Y también hacer parte al equipo que nos va a recibir allá, de lo que significaría terminar estos siete océanos. Un tema que es necesario trabajar son las expectativas, porque hay mucha expectativa con el término de estos nados, la idea es tener cada cosa en su lugar y disfrutar lo que hago, incluso por sobre el resultado. Ese va a ser un buen reto para los meses que nos quedan de trabajo.

¿Qué riesgos implica un desafío de esta envergadura?, le preguntamos luego. «Trato de concentrarme siempre en la preparación, con mi equipo ojalá no tuviéramos algún problema con la hipotermia, por las temperaturas por tantas horas, que siempre son algo complejo. Existen tiburones también… Uno no está en la cadena alimenticia de los tiburones, no es que vayan a morderte, pero si nos encontramos con alguna visita, de esta especie, es la suspensión del nado, entonces eso me da mucho más temor que cualquier otra cosa, pero por supuesto considerar todo lo que significa la oportunidad del entrar al agua.

Lo más importante a considerar es que nos hemos entrenado súper a conciencia para estos desafíos y sigue siendo un nado extremo. Nadar 10, 12, 15 horas como en la mitad de la noche en medio de la nada, siempre va a ser un reto que te obliga a dar lo mejor de ti», concluye la deportista.

Socios-aportes-ElDesconcierto

 

Déjanos tus comentarios
La sección de comentarios está abierta a la reflexión y el intercambio de opiniones las cuales no representan precisamente la línea editorial del diario ElDesconcierto.cl.