Bárbara Hernández y su truncado sueño de los siete océanos en Japón: «Fue muy doloroso»

Por: Carolina Ceballos | Publicado: 06.08.2023
Bárbara Hernández y su truncado sueño de los siete océanos en Japón: «Fue muy doloroso» Bárbara Hernández / Cedida
Tras casi ocho años invertidos en el circuito que le demandó seis nados, hace unos días nuestra “Sirena del hielo” vio frustrado el momento culmen de su carrera. Desde El Desconcierto, agradece a su comunidad de seguidores «que me acompaña desde que estaba haciendo rifas para poder pagar estos nados», y anuncia que no va a renunciar a su anhelo de terminar óptimamente el circuito que no pudo completar en julio.

Nuestra «Sirena del hielo», Bárbara Hernández, se vio enfrentada a una compleja situación el último jueves de julio, cuando tras instalarse en Japón luego de meses de una intensa y estricta preparación, se alistaba para zambullirse en las aguas de Hokkaidō, para darle cumplimiento al Circuito de los siete océanos, un desafío de envergadura que coronaría cerca de ocho años persiguiendo este reto al que le restaba un nado para finalizarlo, un proyecto que al menos en este viaje, se vio truncado.

Lamentablemente, el capitán de la embarcación que la trasladaba al punto de partida no autorizó el nado debido a que este podría poner en riesgo la seguridad de la deportista y su equipo.

Todavía instalada en el país asiático, desde donde espera viajar de regreso a Chile el 6 de agosto, Hernández comparte sus sensaciones tras el complejo traspié que, sincera, le causó profunda tristeza.

Sin embargo, aclara, lo sucedido no será un impedimento para regresar a Japón para completar el anhelado circuito con el mismo entusiasmo que compartía hace poco más de una semana en su cuenta de Instagram.

-¿Qué sucedió que no pudiste entrar al mar a nadar por el séptimo océano?, ¿por qué no te autorizaron?

«No pudimos entrar al agua por medidas de seguridad, la corriente está súper fuerte. La gente y los pescadores, la gente que vive en ese lugar, así como la organización, también creen que tiene que ver algo como con el cambio climático que produce mucho más deshielo, entonces la corriente en sí, el flujo de agua que mueve es mucho mayor, las temperaturas igual subieron un montón. O sea, ellos nos confirmaron que el agua estaba como a 25 grados, cuando lo normal, entre comillas, es que tenga 16.

Entonces fueron distintos temas, pero sobre todo lo que significaba priorizar la seguridad. Como he explicado antes de venirme, estos son días que te asignan, días que postulamos hace más de seis años.

Y también hay un tema puntual con la organización que están investigando la World Open Water Swimming Association (Wowsa), que es la federación internacional, porque soy la nadadora 13 de 13 nadadores que no han podido finalizar el cruce. Entonces, hasta que todas esas cosas no se vayan aclarando, la organización no va a seguir trayendo nadadores.

Asi que fue un tremendo impacto, porque claro, uno se prepara para todo, pero no sé si de tan buena forma como para no entrar al agua. O sea, ese día nos llevaron en la noche, a las tres de la mañana estábamos ahí en el muelle, a las cuatro ya esperando al lado, como en frente al lugar donde teníamos que tirarnos al agua. Y realmente el viento estaba súper fuerte y la corriente, el oleaje…

-¿Cuál fue la primera sensación que tuviste cuando te impidieron sumergirte en el agua?, ¿fue muy frustrante?

– Sí, o sea fue súper, súper, súper, súper triste. Imagínate que estaba con la gorra, los lentes, los protectores de oído listo, el bloqueador solar en el cuerpo, o sea, mi equipo listo para empezar a preparar la hidratación y todo lo que eso significaba. Fue un momento súper complejo también, porque si la corriente es tan fuerte, tu nado lo suspenden, entonces finalmente como que no sé qué es peor, si no haberme tirado al agua o tirarme y que a las tres horas me sacaran porque la corriente está muy fuerte y hacía riesgoso el nado y también la seguridad del equipo.

Entonces, me dio mucha pena porque era un nado que habíamos esperado por mucho tiempo. O sea, tiene un significado súper personal, pero también familiar y también era una alegría que, por supuesto, le quería dar a todas las personas, eran miles y miles de personas literal esperando  este nado, no tan solo en Chile sino que también en Sudamérica, nadadores de todas partes de Sudamérica, pero también del mundo estaban esperando a nuestro lado, porque podía ser la primera persona sudamericana y eso como latinos también tiene un tremendo mérito, tanto que nos cuesta como salir de casa y poder hacer historia para nuestros países, literal al otro lado del mundo.

Entonces, era como estar pensando en toda la gente a la que no le íbamos a poder dar esa alegría, pero también aceptando que era lo que tenía que ser, aceptando lo que la naturaleza nos entregara y, por supuesto, poniéndonos a disposición del capitán y de la organización, que siempre es lo más importante.

 «Vamos a volver»

-¿Piensas regresar a Japón por este nado pendiente o dejarás este desafío de lado?

No, o sea no soy de abandonar cosas. Puedo esperar. Nuestra Antártica demoró 10 años, estuvimos tres años trabajando para ella, Antártica se pospuso una vez, bien puede volver a ocurrir con otros nados. Creo que el haber vivido esta frustración y también comunicarla, ser como súper transparente con lo que sentía, con lo que pensábamos, con la gente, creo que también los acerca a ellos a este tipo de deporte, que es un deporte extremo donde, si bien es cierto hemos tenido muchos éxitos, entre comillas, o sea, nados realizados en un primer intento, lo cierto es que lo más normal o común es que ocurran lo que nos pasó acá, o sea intentos de nado donde las condiciones no lo permiten, o donde el nadador a veces no sabe leer también las corrientes, o donde a veces hay temas de equipo.

Lo que pasa es que nos preparamos muy, muy, muy, muy a conciencia y muy profesionalmente. Entonces, hasta ahora creo que la gente nunca ha visto como es eso. A veces, nados que tenemos en proyectos se posponen durante un periodo de tiempo muy grande, hasta que las condiciones efectivamente estén, hasta poder concretarlo. Así que claramente vamos a volver, este es nuestro siete de siete mares, estamos ansiosos de poder tener una oportunidad de estar acá.

Bárbara Hernández junto a Mr. Ishii

Bárbara Hernández junto a Mr. Ishii. Imagen cedida.

Ya hablamos con nuestro futuro capitán en un siguiente intento, que es Mr. Ishii. Igual es complejo, él por ejemplo, está retirado, entonces volvió a guiar sólo, es una persona que trabaja fuera de esta organización, es un señor ya jubilado, 77 años, que toma a nadadores sólo, por lo que significa también como desafío para él, y a él le gustó mucho esta imagen de cómo una nadadora sudamericana, del fin del mundo, que nadó en la Antártica, que conoce a los pingüinos y que nada a largas distancias, estuviera dispuesta a venir a su hogar, a su casa, acá en Japón, en su mar, y estuviera dispuesta a ponerse a disposición y hacer la ruta que él finalmente defina.

Entonces fueron muchos días de conversación y de espera también, porque acá hay todos unos protocolos. La cultura japonesa es algo hermoso, pero también muy distinta a la nuestra, entonces hay que saber respetar y esperar esas pausas, hasta que finalmente nos confirmó que estaría dispuesto a darnos una opción, ahora hay que ir trabajando los detalles de eso, lo cual implica modificar el calendario y hacer distintos cambios.

El desafío de aceptar

-En términos sicológicos, ¿cuánto te afecta este traspié y cómo trabajas en este ámbito para seguir con tu carrera y tus nuevos desafíos deportivos?

No te voy a mentir, ni le he mentido a la gente tampoco. Obviamente, fue muy doloroso, o sea no tener la oportunidad de entrar al agua. Venía muy preparada, un entrenamiento y una preparación muy intensa, muy compleja. Y no sólo mi esfuerzo, sino que también el esfuerzo de todo un equipo que hay detrás (…) toda la gente que te banca como en el día a día. Entonces fue complejo.

Siempre voy a aceptar lo que la naturaleza me quiere entregar, pero también hay medidas y aspectos más concretos con la organización, eso también es difícil, pero creo que es súper importante darle un lugar a cada emoción, hacer el duelo que significa no entregarle esta alegría a mi familia. Esto también cerraba una etapa, pero finalmente creo que el aprendizaje es eso, en la vida uno hace un plan, un proyecto, que intenta hacer y cumplir lo mejor posible y la vida, las condiciones, la adversidad, define o decide distinto y uno tiene que hacer el mejor esfuerzo con lo que hay, aprender a elaborar estas cosas, refugiarse en la gente que confía, que cree, que te quiere y ser capaz de poder seguir.

También ha sido súper difícil la experiencia de poder entrenar acá en Japón, porque las piscinas tienen muchas reglas, y entre esas reglas, por ejemplo, uno puede no entrar con reloj a la piscina, reloj de muñeca con el cual entrenamos, los tatuajes tienen que ser cubiertos, si quieres tomar agua, no puedes tomar dentro de la piscina, sino que tienes que salirte de la piscina e hidratarte como a unos varios metros del lugar y volver a entrar al agua. La piscina que teníamos, uno va por un andarivel por una ladera, hay que cambiarse de pista y volver por el otra, no está permitido adelantar nadadores en el mismo carril, el agua tiene 31 grados, entonces lo he pasado muy mal navegando en la piscina, ir al mar es algo súper complejo porque en las playas está prohibido nadar, entonces es algo súper difícil.

Bárbara Hernández durante su estadía en Japón

Bárbara Hernández durante su estadía en Japón- Imagen cedida

«Todo esto sigue»

Creo que también ese era el siguiente desafío, poder aceptar estas cosas, por supuesto todo esto sigue, tenemos proyectos que vamos a tener que ajustar, nados en Patagonia, venían unas maratones en Europa que vamos a tener que definir, porque si me preguntas hoy, yo lo único que quiero es llegar a mi mar frío, no pudimos cambiar los pasajes para volver antes por el tema de la multa, por los cambios, que era carísimo, entonces uno de mis oficiadores, que nos ayudó con todo lo que pudo, ya nos consiguió un hotel muy muy bueno y vamos a esperar ahí hasta nuestro vuelo, el 6.

Pero ha sido rudo. La gente a veces dice ‘no, pero disfruta’. De hecho, me pasó con un medio que me escribió así como ‘bueno, no te resultó el nado, pero ¿qué tal la comida?’ y no sé qué…  Y como ‘no entiendo por qué estás tan triste’. ¡Estoy triste porque esto era mucho, mucho esfuerzo!. Amamos la cultura japonesa, pero no van a convertir este tremendo esfuerzo de los auspiciadores, del Ministerio del Deporte, de todo lo que significaba este nado en una oportunidad de ir a comer camarones tempura le decía al otro medio. No les gustó mucho, pero creo que siempre he sido súper respetuosa con la prensa y me merecía algo un poco más de empatía también.

-En tu comunidad de Instagram se ha visto un apoyo transversal a tu carrera, sobre todo en las últimas semanas, ¿cómo recibes tanto cariño de la gente y cuánto te ayuda en tu día a día considerando los imponderables que implica tu carrera, como acaba de suceder en Japón?

La comunidad en Instagram… Amor eterno e infinito a cada una de las personas, que son miles de personas porque no imaginas la cantidad de mensajes. O sea, estuve días y días tratando de responderles a todos, porque encuentro que no hay nada más lindo que como deportista, como chilena, pero también como latina, mucha gente del otro lado de la cordillera, muchas personas estuvieron, están. Yo intento ser un aporte, una ayuda también para ellos, que muchas veces pasan momentos complejos y difíciles, dolorosos y exponerme con todo lo que eso significa, como exponer tu vulnerabilidad, tus sueños, tus anhelos cuando las cosas no resultan.

Es una comunidad que me acompaña desde que estaba haciendo rifas para poder pagar estos nados, que son los primeros que celebran cada vez que tenemos algún acuerdo importante con un nuevo auspiciador o un nado. Los mismos que esperaron por Antártica esos tres años. Entonces, contar con ellos, creo que marca la diferencia, me hace sentir plena de amor y un referente, lo cual me tomo con mucha responsabilidad y espero estar siempre a la altura de ese cariño, de ese apoyo y poder contribuirles por siempre, de verdad.

Bárbara Hernández

Bárbara Hernández promete volver a Japón- Imagen cedida

«Quiero volver al hogar»

¿Qué opciones se abren ahora?, ¿a qué te abocarás regresando a Chile? 

– Ahora las opciones son, volviendo a casa poder empezar a definir cómo va a ser este calendario, que va a tener modificaciones desde las carreras en Europa, que tenemos que evaluar si finalmente participo o no. Viene nuestro calendario de aguas gélidas, tenemos mundial en marzo, o sea viene toda una preparación.

Creo que va a ser importante meter una maratón extensa en aguas calientes, que creo que va a ser la principal complejidad y adversidad que vamos a tener con este Estrecho de Tsugaru en particular que, uno es la corriente muy fuerte, lo otro lo que significa nadar con 30 grados y la sensación térmica son como 37 grados de calor y en agua 25 grados, es lo más caliente que he nadado nunca en mi vida y tenemos que ser muy fuertes, entonces creo que de cierta forma estar acá, poder hablar con Mr. Ishii y conocer la ruta, las opciones que él nos daba, nos obliga a llegar mejor y más preparados que nunca. Osea, la más mínima posibilidad de poder tomarla y entrar al agua.

Lo que primero espero, es poder llegar a hablar con el equipo para replantearnos también todo lo que ellos piensan, todas sus opiniones. Y, por supuesto, si me preguntas hoy día, lo único que quiero es irme a Magallanes a nadar, Tierra del Fuego, no, necesito mi mar frío con olas revueltas, mis glaciares, volver al hogar. Yo creo que eso es lo que me pide el cuerpo también. Así que ahí nos vamos a ir adaptando…

 

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