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Qué hay detrás de la «estrategia de crueldad» contra Fabiola Campillai

Por: Camilo Espinoza | Publicado: 26.03.2023
Qué hay detrás de la «estrategia de crueldad» contra Fabiola Campillai Fabiola Campillai tras enterarse de las palabras de la doctora Cordero | Foto: Agencia UNO
Cristián Candia, académico del Centro de Estudios de Ética Aplicada (Cedea) de la UChile, desmenuza el despliegue y los discursos que se han lanzado esta semana contra la senadora. “Asistimos, tristemente, a una desvinculación entre política y ética”, asegura.

“No me parece que sea una opinión o un desaguisado de una persona, sino más bien una conducta reiterada de ciertos sectores de la clase política”, es lo primero que advierte Cristián Candia, académico del Centro de Estudios de Ética Aplicada (Cedea) de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile.

En efecto, los ataques contra la senadora Fabiola Campillai tuvieron como punta de lanza a la diputada María Luisa Cordero (ind. RN), quien puso en duda su ceguera en un programa transmitido por YouTube.

Sin embargo, la idea se venía orquestando en las redes sociales al menos desde mediados de enero, con la foto de una persona parecida a Fabiola Campillai manipulando un celular, que fue muy difundida en cuentas ligadas a la ultraderecha y que promueven desinformación.

Además, posterior al hecho, hubo personalidades que reforzaron las palabras de Cordero. Uno fue el diputado Johannes Kaiser, quien sugirió publicar el informe médico que acredita su ceguera. Por otro lado, en RN se negaron a sacar a la psiquiatra de su bancada.

Este despliegue contrasta con la condena transversal que hubo a estos ataques en el Senado, desde la bancada de Republicanos hasta el PC y el Frente Amplio.

Solo Rojo Edwards intentó hacer un punto político, calificando los comentarios de Cordero de “desafortunados”, pero descartó que se tratara de “incitación al odio”.

Quiebre ética y política

Candia asegura que todo lo que ha ocurrido esta semana “guarda relación con la desvinculación entre política y ética a la que asistimos, tristemente, en nuestro país”.

“Es decir, en algún momento la clase política siente que puede prescindir de un marco ético de sus conductas y, dentro de eso, pasa a llevar principios fundamentales de la ética, como el respeto, la justicia, la solidaridad y, en este caso, el reconocimiento”, plantea.

Para el académico, en estos sectores hay un “no ver” a una persona que fue víctima de la violencia de Estado, de negar una certeza que incluso fue zanjada por los tribunales de justicia.

“Suponíamos que había consenso, pero nos encontramos con este tipo de comentarios que lo único que transmiten es un mensaje de desconfianza en la víctima. Es un fenómeno que no es, insisto, de un solo individuo, sino que hay una suerte de mentalidad. Acá hay un ejercicio del odio que no ve al otro, y más bien lo fustiga donde más duele”, subraya.

La racionalidad de la crueldad

Candia plantea que la densidad política de esta estrategia simplemente responde a un “pragmatismo político para sacar rendimiento a corto plazo”.

¿Con qué objetivo? “Descalificar al otro para que el otro no tenga voz al interior de su sociedad”, sostiene. Quienes agreden con estos cuestionamientos, a su juicio, se proponen descalificar a la víctima, desconocerla y hacerle daño, tanto a ella como a su identidad.

“¿Qué es lo que representa Fabiola Campillai? Representa un momento tremendo de nuestra historia, donde lo que estuvo en juego es la defensa de una dignidad cívica que se sintió pasada a llevar por una clase política y un modelo de sociedad adverso, y frente a eso, se levantaron demandas que no fueron escuchadas, sino que enfrentadas a sangre y fuego. Y tal vez, uno de los casos más terribles, fue el de ella”, puntualiza.

Bajo esa premisa, para el académico, este tipo de ataques sí configuran un discurso de odio porque “el desconocimiento de su carácter de víctima no es casual, es una planificación de descalificar lo que ella representa, esa dignidad que ella manifestó en su momento y sigue manifestando hoy día en el Senado. Es tratar de sacar un cálculo mezquino por la vía del desprestigio”.

¿Cómo enfrentar la crueldad?

Para Candia, un síntoma para “alegrarse” en este contexto es que hubo una reacción: “La opinión pública, frente a este mensaje que se ha enviado contra la senadora Campillai, reaccionó negativamente, en el sentido de decir que es inaceptable. Hay una suerte de conciencia que se abrió. No sé si es suficiente como quisiéramos, yo creo que no”.

Más allá de las acciones legales que anunció la senadora, el académico también pone énfasis en que “el poder fiscalizador de la ciudadanía se ha restringido mucho, porque el político de alguna manera se ha independizado de la sociedad y ha construido un ejercicio de gobernanza que solo mira el aspecto técnico y comunicacional, y no los aspectos humanos, sociales y éticos”.

“¿Cómo solucionar esto? En el corto plazo, hay que estar atento a rechazar todo mensaje de odio. Pero en el mediano plazo, hay que establecer una comunicación más férrea entre la clase política y el conjunto de la población. La sociedad también tiene un rol de velar porque estas cosas no prosperen ni queden en la impunidad”, cerró.

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