Qué pasa con la vigencia del Día del Joven Combatiente en medio del «boom» por seguridad

Este 29 de marzo se conmemoran 38 años del crimen de los hermanos Rafael y Eduardo Vergara Toledo, militantes del MIR que fueron asesinados por Carabineros durante la dictadura, hecho que instituyó esta jornada como el Día del Joven Combatiente.

Históricamente, este día concentra conmemoraciones en distintos puntos del país por las víctimas de la dictadura ya que, ese mismo 29 de marzo, también fueron secuestrados Manuel Guerrero y José Manuel Parada, dos de las víctimas del caso Degollados. Y fue ejecutada Paulina Aguirre Tobar, militante del MIR que tenía solo 20 años.

La jornada también es un ícono de la resistencia a la dictadura y se suelen ejecutar distintas expresiones de protesta, especialmente en poblaciones emblemáticas de la capital como Villa Francia en Estación Central, La Victoria en Pedro Aguirre Cerda y Lo Hermida en Peñalolén, entre otras.

Sin embargo, en esta oportunidad, el día se cruza justamente con un «boom» de la seguridad pública, que ha sido definida por la opinión pública como una de sus máximas prioridades según distintos sondeos.

De acuerdo a la última medición Pulso Ciudadano de Activa Research, un 44,8% de los encuestados considera que el principal problema del país es la delincuencia, posicionándose más de 10 puntos por encima de la inflación (34,2%) y la migración (28,6%).

¿Qué pasa con el Día del Joven Combatiente ante una opinión pública que exige más seguridad?

Igor Goicovic, historiador y académico de la Usach, reconoce que estamos ante una coyuntura que es «tremendamente adversa», considerando los problemas seguridad que no han podido ser contenidos por los organismos policiales ni los encargados de elaboración de políticas públicas.

Sin embargo, también subraya que «no es menos efectivo que los problemas estructurales de la sociedad chilena, que arrastra hace muchísimo tiempo, no han sido resueltos y, en consecuencia, una parte de esos problemas de seguridad derivan de la incapacidad de las élites y el Estado para poner atajo a la pobreza, la desigualdad, la exclusión y la marginalidad«.

En ese sentido, a su juicio la conmemoración del Día del Joven Combatiente sigue siendo «completamente legítima y vigente», aunque esta coyuntura va a permitir medir los niveles de masividad, extensión y participación que pueda tener esta convocatoria.

De hecho, Goicovic plantea que junto con haber un mayor despliegue de Carabineros, existe la posibilidad abierta de que un sector de la población exprese su repudio frente a estos incidentes.

A su juicio, posiblemente sean «sectores del mundo popular, que incluso participaron activamente de las movilizaciones de octubre del 2019 en adelante, pero que hoy día viven la frustración de un proceso político que no maduró en la dirección que muchos esperaban».

«Es importante hacerse cargo que las conmemoraciones han ido cambiando a través del tiempo. Hoy día quizás estas expresiones de rebeldía tienen menos contenido programático o político, y son más bien la expresión del descontento, la rabia y las frustraciones acumuladas. En ese mismo sentido, un rango de su legitimidad se erosiona o se deteriora. No era lo mismo la conmemoración del Día del Joven Combatiente en la lucha contra la dictadura o en una etapa temprana de la Transición, que en los últimos 10 años», subraya.

Cristián Castro, director de la Escuela de Historia UDP, también reconoce que actualmente «estamos viviendo una suerte de reconquista de las fuerzas pro-statu quo en Chile, encabezados por los grupos que más vieron amenazadas sus posiciones de privilegio durante estos últimos años y que tuvo su punto máximo de tensión en el triunfo del Rechazo en septiembre pasado».

«En este nuevo escenario, donde la derecha ha logrado hacer uso y abuso de su control de los medios, el Día del Joven Combatiente seguramente será asociado y utilizado con fines políticos a la delincuencia común, al narcotráfico, y por qué no decirlo, a la reciente y lamentable muerte de la carabinera«, subraya.

Sin embargo, puntualiza que «difícilmente» una jornada como el Día del Joven Combatiente pierda vigencia, especialmente considerando que «hace solo un par de años vivió otro de los episodios de represión policial más crudos de los últimos 30 años».

«La muerte de los hermanos Vergara a manos de agentes de Carabineros en 1985 quedó impregnada en la memoria reciente del país, y en particular, en la de las organizaciones estudiantiles que asociaron la represión dictatorial a este caso emblemático», concluye.